Más allá del diagnóstico: cómo la información empodera a las mujeres frente al cáncer de mama

Por Leny Chuquimia

El 19 de octubre se conmemora el Día Internacional de Lucha contra el Cáncer de Mama, una fecha establecida por la Organización Mundial de la Salud (OMS) para crear conciencia sobre la importancia de la detección temprana. Y es que el cáncer de mama continúa siendo la principal causa de muerte por cáncer entre las mujeres.

“Muchos tipos de cáncer, entre ellos el de mama, son conocidos como asesinos silenciosos debido a su naturaleza inicialmente asintomática, que dificulta su detección en etapas tempranas. Por eso, en materia de salud, siempre debemos hablar de medicina preventiva”, explica Jorge Luis Reyes, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

En este contexto, la formación en salud y la educación universitaria desempeñan un papel fundamental. No solo se trata de detectar a tiempo, sino también de empoderar a las mujeres mediante la información y la educación en salud para que tomen decisiones informadas sobre su bienestar.

Cifras en la región y Bolivia

Según la OMS, el cáncer de mama causa más años de vida perdidos por discapacidad en mujeres que cualquier otro tipo de cáncer. Su impacto es mayor en los países en desarrollo, donde la mayoría de las muertes se producen de forma prematura, en mujeres menores de 70 años.

En América Latina y el Caribe, el 31% de las mujeres afectadas tiene menos de 50 años, una cifra considerablemente mayor que la registrada en América del Norte. De manera similar, el 21% de las muertes por cáncer de mama en la región ocurre en mujeres menores de 50 años, frente al 10% en el norte del continente.

En Bolivia, de acuerdo con datos del Registro Nacional, dependiente del Programa Nacional de Lucha Contra el Cáncer (PNLCC), en los últimos cinco años se reportaron 31.398 nuevos casos de cáncer, de los cuales 5.161 corresponden a cáncer de mama, lo que representa el 5,16% del total.

La educación como primera línea de prevención

El pronóstico después de un diagnóstico de cáncer de mama ha mejorado notablemente en los países de altos ingresos, con una reducción del 40% en la mortalidad entre 1980 y 2020, gracias a los programas de detección temprana y protocolos de tratamiento estandarizados.

Esto demuestra que educar es prevenir. Cada vez que una mujer aprende a realizarse un autoexamen, comprende la importancia de acudir a un control médico anual o comparte información verificada con su entorno, se convierte en una agente de cambio. 

La educación salva vidas tanto como la medicina. Este enfoque forma parte del modelo educativo de Unifranz, que integra la promoción de la salud y la investigación con el compromiso social. Desde las aulas y los proyectos de extensión, docentes y estudiantes trabajan para acercar el conocimiento médico a las comunidades, derribar mitos y fomentar una cultura preventiva.

El miedo, la desinformación o la vergüenza aún retrasan la búsqueda de atención médica. Por ello, la educación es una herramienta poderosa para romper silencios y cambiar percepciones. Todavía existen mitos peligrosos: que el cáncer de mama solo afecta a mujeres mayores o que equivale a una sentencia de muerte. Combatirlos con información es el primer paso para salvar vidas.

Información para prevenir

Desde la Clínica Unifranz se destaca que la detección temprana y la prevención son esenciales para el tratamiento exitoso del cáncer de mama. Conocer los síntomas, causas y factores de riesgo permite estar mejor preparadas.

El cáncer de mama ocurre cuando las células del tejido mamario crecen de manera anormal, volviéndose cancerosas. Sin tratamiento oportuno, estas células pueden invadir tejidos cercanos o propagarse a otras partes del cuerpo a través del sistema linfático o del torrente sanguíneo.

Existen varios tipos de cáncer de mama, siendo los más comunes el carcinoma ductal, el carcinoma lobular, el cáncer inflamatorio y el cáncer de mama en hombres.

Los signos de alerta pueden variar, pero algunos de los más comunes incluyen: un bulto o masa en el seno o axila, cambio en el tamaño o forma del seno, dolor en el pecho o en el pezón, alteraciones en la piel del seno (enrojecimiento, engrosamiento o textura similar a la piel de naranja) y secreción anormal del pezón, especialmente si es sanguinolenta.

En algunos casos, el cáncer de mama no presenta síntomas visibles en sus primeras etapas, por lo que es fundamental realizar controles médicos periódicos.

Aunque no se conoce la causa exacta del cáncer de mama, existen factores que pueden aumentar el riesgo de padecerlo. La edad es uno de ellos ya que el riesgo aumenta después de los 50 años. 

Los factores genéticos también son importantes, en este caso, son las mutaciones en los genes BRCA1 y BRCA2 las que elevan la probabilidad de desarrollar la enfermedad. Por lo mismo, es importante estar atentas si se tiene antecedentes familiares de cáncer de mama u ovario.

Otros factores de riesgo son el uso prolongado de terapia hormonal sustitutiva, la obesidad, el consumo excesivo de alcohol, la exposición a radiación y la menstruación temprana o menopausia tardía.

Recomendaciones para la prevención

Aunque no siempre se puede evitar el cáncer de mama, existen hábitos que pueden reducir el riesgo. La principal es realizar autoexploraciones mamarias con regularidad para detectar cambios inusuales.

También se debe agendar mamografías periódicas, especialmente a partir de los 40 años o antes si hay antecedentes familiares. Llevar un estilo de vida saludable, con una alimentación equilibrada y ejercicio.

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