La agrotecnología impulsa la productividad, sostenibilidad y control ambiental

Por Aldo Juan Peralta Lemus

La tecnología permite el seguimiento de los productos agrícolas desde que se siembran hasta que llegan al consumidor.

La integración de la informática y los sistemas en el agro están cambiando la forma de producir alimentos: desde la planificación digital hasta la automatización de procesos, la tecnología impulsa un campo más productivo, sostenible y competitivo.

Sergio Valenzuela, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que la implementación de la tecnología en el ámbito agrícola es una tendencia en pleno auge. Cada vez más productores están adoptando soluciones digitales para optimizar sus procesos, reducir costos y hacer frente a los desafíos ambientales y patológicos. 

“Los avances en la agricultura, en este caso, ayuda a los productores agrícolas a determinar y detectar la presencia de enfermedades en los campos de cultivos. Todo esto a través del procesamiento de imágenes digitales”, explica el académico.

Es evidente que la agricultura moderna, ya no se limita al trabajo manual y la intuición del agricultor. Hoy, la informática y los sistemas de gestión tecnológica se han convertido en aliados estratégicos para mejorar la eficiencia, reducir costos y proteger el medio ambiente. Esta sinergia entre campo y tecnología responde a los desafíos globales: alimentar a una población creciente, enfrentar el cambio climático y optimizar el uso de recursos naturales.

Estiudios de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), titulado World Agriculture Towards 2030, destaca el papel clave de la biotecnología y las tecnologías sostenibles en del agro. Según el informe, estas innovaciones permiten un crecimiento significativo de la productividad global sin necesidad de expandir las áreas de cultivo, lo que representa una oportunidad concreta para reducir el hambre en los países en desarrollo. 

Beneficios globales

1. Aumento de productividad y eficiencia económica: La incorporación de tecnologías avanzadas en la agricultura ha demostrado un impacto significativo en la productividad y la rentabilidad del sector. La agricultura de precisión, por ejemplo, permite aplicar insumos como agua, fertilizantes y pesticidas de forma específica y localizada, lo que reduce considerablemente los desperdicios y mejora el rendimiento de los cultivos.

2. Beneficios ambientales y sostenibilidad: La implementación de tecnologías agrícolas también genera beneficios significativos para el medio ambiente, contribuyendo a prácticas más sostenibles y responsables. Según el World Economic Forum, sostiene que herramientas como la inteligencia artificial (IA) y los drones están ayudando a mitigar la degradación de suelos, un problema que representa pérdidas económicas estimadas en más de 400 mil millones de dólares anuales a nivel mundial. 

Estas tecnologías permiten un monitoreo detallado del terreno, aplicando tratamientos solo donde son necesarios, lo cual reduce el impacto ambiental y fomenta la agricultura regenerativa.

3. Impactos sociales y desafíos: Además de los beneficios económicos y ambientales, el avance tecnológico en la agricultura también tiene implicaciones sociales . Uno de los aspectos más relevantes es su potencial para fortalecer la autosuficiencia de pequeños productores y comunidades rurales. 

De acuerdo con un estudio de la SM Sehgal Foundation, en India, la incorporación de tecnologías en tiempo real —como sistemas de alerta temprana y plataformas de información climática— ha permitido mejorar significativamente los rendimientos y la resiliencia de millones de pequeños agricultores, continuando el legado de transformación iniciado con la Revolución Verde.

Esto puede ser posible gracias a la incorporación de herramientas como los sensores inteligentes, los drones, la inteligencia artificial y el análisis de datos, los agricultores pueden monitorear en tiempo real el estado de los cultivos, prever enfermedades, ajustar el riego y aplicar fertilizantes de forma precisa. Esto no solo incrementa los rendimientos, sino que también minimiza el desperdicio y el impacto ambiental.

Las plataformas digitales permiten el seguimiento completo de los productos agrícolas, desde la siembra hasta el consumidor final, lo que aumenta la transparencia y la seguridad alimentaria. “La implementación de una plataforma tecnológica, orientada a la agricultura ayuda, a que los productores agrícolas determinen y detecten la presencia de enfermedades en los campos de cultivos. Todo esto a través del procesamiento de imágenes digitales”, sostiene Valenzuela.

El uso de tecnologías más avanzadas reduce la dependencia de insumos químicos como fertilizantes y pesticidas, promoviendo prácticas agrícolas más limpias y respetuosas con el medio ambiente. También se subrayan los avances en cultivos genéticamente mejorados, especialmente aquellos resistentes a condiciones extremas como la sequía, lo cual es crucial frente al cambio climático. 

Es así que la formación y el acceso a la tecnología se vuelven fundamentales para que pequeños y grandes productores puedan integrarse a esta nueva era de agricultura inteligente.

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