Consejos para identificar y tratar la depresión de forma efectiva

Por Aldo Juan Peralta Lemus

Para considerar que una persona tiene depresión, debe presentar al menos cinco síntomas durante dos semanas consecutivas.

La depresión es un trastorno del estado de ánimo que, según la Organización Mundial de la Salud (OMS), afecta a más de 280 millones de personas a nivel mundial. Esta afección no se trata simplemente de “estar triste” o “pasar por un mal momento”; se refiere a una condición médica compleja que altera el pensamiento, las emociones y la energía vital de quienes la padecen. Identificar sus señales de manera temprana es importante para buscar ayuda y evitar que avance.

Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que los trastornos mentales, como la depresión y otros trastornos del comportamiento, son usuales en la adolescencia, particularmente en esta generación, como resultado de una combinación de factores biológicos, psicológicos y sociales que afectan su desarrollo emocional.

“La depresión no es fácil de detectar, porque los síntomas pueden confundirse con estados de ánimo pasajeros o ser minimizados por el entorno. Sin embargo, existen algunos cambios en la conducta y las emociones que pueden dar indicios de que una persona está lidiando con esta enfermedad”, explica la académica.

La depresión es un problema de salud mental que se reconoce por síntomas comunes que incluyen:

  • – Estado de ánimo deprimido la mayor parte del día, casi todos los días.
  • – Pérdida marcada de interés o placer en todas o casi todas las actividades que se realiza.
  • – Cambios en el peso o apetito.
  • – Insomnio o hipersomnia (dormir demasiado).
  • – Presencia de fatiga o pérdida de energía.
  • – Sentimientos de inutilidad, culpa excesiva o de “no valer nada”.
  • – Disminución de la capacidad para pensar, concentrarse o tomar decisiones.
  • – Pensamientos recurrentes de muerte o suicidio.

También puede aparecer un estado de irritabilidad, ganas de estar solo o incluso pensamientos negativos sobre uno mismo o la vida. Si estos síntomas duran más de dos semanas, es importante buscar ayuda de un profesional.

“Ahí entran los psicólogos, que estamos llamados a atender este tipo de situaciones. Sin embargo, los padres no pueden dejar que las cosas pasen como si nada; hay que buscar soluciones”, destaca Loayza.

Además, la depresión puede verse influida por varios factores, como tener familiares que hayan pasado por el mismo estado, vivir situaciones de mucho estrés, sufrir una enfermedad crónica o haber atravesado experiencias difíciles o traumáticas.

De manera más precisa, los estudios de la American Psychiatric Association, sobre cómo se identifica la depresión, indican que se suelen utilizar guías oficiales para el diagnóstico, como el DSM-5 (Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos Mentales) o la CIE-11 (Clasificación Internacional de Enfermedades de la Organización Mundial de la Salud).

Estas guías establecen que, para considerar que una persona tiene depresión, debe presentar al menos cinco de los síntomas mencionados durante dos semanas consecutivas. Además, los investigadores que utilizan estas guías lo hacen con el objetivo de que el diagnóstico sea más claro, confiable y estandarizado.

Avances del tratamiento

En la última década, los avances en el tratamiento de la depresión han mejorado la manera en que se aborda esta enfermedad. La psicoterapia, en particular la terapia cognitivo-conductual, sigue siendo una herramienta eficaz para ayudar a los pacientes a identificar y modificar patrones de pensamiento negativos, así como a recuperar habilidades emocionales fundamentales.

“Es necesario hacer un diagnóstico para ver el tipo de depresión, porque varía según la intensidad, frecuencia y tiempo. El abordaje es diferente en cada caso”, sostiene Loayza.

Por otro lado, los medicamentos antidepresivos de última generación, con menos efectos secundarios y mayor precisión, han ampliado significativamente las opciones de tratamiento para quienes requieren apoyo farmacológico.

La conocida Prozac, exhibe propiedades antiinflamatorias y neuroprotectoras, que, combinadas en dosis bajas, puede acelerar el proceso de tratamiento para pacientes que sufren de depresión. Opciones como las inyecciones o parches, también facilita la absorción directa del fármaco en el torrente sanguíneo, para llegar al sistema nervioso central.

De la misma manera, la combinación de enfoques —psicoterapia, medicación, hábitos de vida saludables y apoyo social— constituye hoy el estándar más efectivo para el tratamiento de la depresión. Actividades como practicar ejercicio físico de forma regular, mantener rutinas de sueño estables, fortalecer los vínculos afectivos y evitar el consumo de sustancias se consideran pilares fundamentales que complementan la intervención clínica.

Además, la sensibilización social cumple un papel crucial, ya que hablar abiertamente sobre la salud mental contribuye a reducir el estigma y motiva a más personas a buscar ayuda profesional.

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