Los grandes desafíos del derecho internacional en el siglo XXI: paz, migración y justicia global

Desafíos del derecho internacional hoy: paz, migración y justicia ante conflictos, crisis y el choque entre soberanía y cooperación global.

El mundo pasa ahora por guerras persistentes, crisis migratorias y tensiones entre la soberanía nacional y los compromisos globales, en este contexto, el derecho internacional se enfrenta a desafíos profundos que ponen a prueba su eficacia y relevancia. 

Esta rama del derecho, encargada de establecer las normas que rigen las relaciones entre Estados, organizaciones internacionales e incluso personas, tiene como propósito fundamental preservar la paz, garantizar los derechos humanos y fomentar la cooperación internacional. Sin embargo, el escenario global actual exige nuevas respuestas, más compromiso y reformas estructurales.

“El derecho internacional establece las normas a través de las cuales todos los países deben regirse. Empezamos con instrumentos como la Declaración Universal de los Derechos Humanos o la Carta de las Naciones Unidas, que buscan mantener una sociedad mundial pacífica”, explica Alberto Salamanca, director de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

El derecho internacional surgió históricamente como un sistema que promovía la coexistencia pacífica entre Estados soberanos, con bases en tratados, costumbres y principios jurídicos reconocidos. Desde su consolidación tras la Paz de Westfalia en 1648, y su evolución tras las guerras mundiales del siglo XX, se ha ampliado para incorporar áreas como el Derecho Internacional Humanitario, el Derecho Penal Internacional y la protección del medioambiente. Pese a ello, su aplicación efectiva sigue siendo limitada por factores estructurales y políticos.

Desafíos

Uno de los principales problemas radica en la falta de mecanismos coercitivos eficaces. A diferencia del derecho interno, el Derecho Internacional no cuenta con una autoridad centralizada que garantice el cumplimiento de las normas, lo que deja la ejecución de tratados y sanciones en manos de la voluntad política de los Estados. Esto ha permitido, por ejemplo, que algunas potencias evadan responsabilidades o impongan condiciones según sus intereses estratégicos.

Además, Salamanca destaca otro desafío clave: la aplicación del Derecho Internacional Humanitario frente a las crisis migratorias y los conflictos armados.

“Esta rama ayuda a las personas desplazadas por guerras, desastres naturales o conflictos internos. Pero el verdadero reto está en afianzar sociedades donde se ejerzan y respeten los derechos humanos. Es necesario que todos entendamos lo importante que es vivir en paz”, afirma el docente.

A ello se suma el conflicto entre la soberanía estatal y las obligaciones internacionales. Muchos gobiernos, especialmente en contextos autoritarios o populistas, perciben los compromisos globales como una amenaza a su autonomía, dificultando la implementación de tratados sobre justicia, medioambiente o derechos humanos. Esta tensión limita la capacidad de acción de organismos como la ONU, la Corte Penal Internacional o la Corte Interamericana de Derechos Humanos.

La desigualdad en la aplicación de la justicia internacional también debilita la credibilidad del sistema. Países con mayor poder económico o militar suelen evitar consecuencias por violaciones al derecho internacional, mientras que otros menos influyentes enfrentan sanciones severas. Este doble estándar genera desconfianza en la imparcialidad de los órganos multilaterales.

Los retos emergentes del siglo XXI, como el cambio climático, la ciberseguridad, la inteligencia artificial, las pandemias globales y el crimen organizado transnacional, representan campos donde el Derecho Internacional aún no ha desarrollado herramientas suficientemente robustas. La necesidad de normas jurídicas actualizadas y de aplicación efectiva es urgente, especialmente en un contexto donde las amenazas trascienden fronteras y afectan a toda la humanidad.

En este complejo escenario, la formación de profesionales en Derecho Internacional se vuelve más relevante que nunca. Según Salamanca, se trata de una disciplina clave para quienes buscan contribuir a un mundo más justo, pacífico y cooperativo desde el ejercicio del derecho.

“El desafío está en que las sociedades puedan vivir de forma mucho más armónica y pacífica. Eso solo será posible si entendemos la importancia del respeto a las normas internacionales”, concluye.

La Universidad Franz Tamayo, Unifranz, responde a esta necesidad formando a sus estudiantes en el conocimiento y aplicación del Derecho Internacional como parte integral de su carrera de Derecho. Con un enfoque actualizado y comprometido con los valores universales, Unifranz apuesta por una nueva generación de abogados preparados para liderar los cambios globales y construir puentes entre los pueblos a través de la justicia y el derecho.

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