Hormona de crecimiento en adultos: beneficios y aplicaciones contra el envejecimiento

En los últimos años, la hormona de crecimiento humano (HGH, por sus siglas en inglés) ha despertado un creciente interés en el ámbito médico y estético por sus posibles beneficios en la lucha contra el envejecimiento. Aunque tradicionalmente se la ha asociado al tratamiento de trastornos del crecimiento en niños y adolescentes, cada vez más estudios, desarrollos y aplicaciones clínicas destacan su uso en adultos como una herramienta potencial para mejorar la calidad de vida y contrarrestar algunos efectos del envejecimiento.
Marina Guarachi, docente de la carrera de Bioquímica y Farmacia de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, señala que es fundamental estudiar la hormona del crecimiento, ya que cumple un papel clave en el desarrollo y funcionamiento del organismo. Explica que esta hormona, de naturaleza proteica, actúa sobre diversas células del cuerpo humano, influyendo en múltiples procesos biológicos esenciales.
“La administración de esta hormona (HCH) en pacientes adultos, que deben presentar ciertas características, los beneficios que se reportan son a nivel muscular. El aumento de la masa muscular, en la disminución del tejido adiposo, entre otros marcadores biológicos. Por ejemplo, de manera general se aumenta el colesterol bueno y disminuye el colesterol malo. En la vejez de manera normal, existe una disminución de las hormonas, pero para prolongar la vitalidad de una persona a cierta edad, se proponen estas terapias”, explica la académica.
La hormona de crecimiento humano ha sido objeto de numerosos estudios debido a su posible implicancia en el proceso de envejecimiento. Diversas investigaciones han explorado su potencial para ralentizar algunos de los signos del envejecimiento y mejorar la calidad de vida en personas adultas. Sin embargo, su uso con este propósito continúa siendo motivo de debate en la comunidad científica, principalmente por la controversia en torno a los beneficios reales, la aparición de efectos secundarios y, sobre todo, por la falta de evidencia concluyente sobre su eficacia a largo plazo.
Un estudio de Harvard Health, revisó 31 estudios de alta calidad sobre HGH en adultos mayores sanos (promedio 69 años). El resultado fue que los tratados con la hormona ganaron 4.6 libras de masa magra y perdieron una cantidad similar de grasa, pero no hubo cambios significativos en colesterol, capacidad aeróbica, densidad ósea o niveles de glucosa/insulina.
Una revisión reciente (2025) de Frontiers, examinó los mecanismos moleculares de HGH y su mediador, el factor de crecimiento, en el envejecimiento. Los resultados obtenidos son que el HGH influye en la composición corporal, promueve la lipólisis (proceso metabólico en el cual los triglicéridos (grasas) se descomponen en ácidos grasos libres), mejora la masa muscular y ósea, y podría tener efectos positivos en la función cognitiva y endotelial.
La hormona de crecimiento es producida por la glándula pituitaria (hipófisis) y cumple un papel clave en la regeneración celular, el mantenimiento de tejidos y órganos, y el metabolismo. A medida que una persona envejece, los niveles naturales de esta hormona disminuyen de forma significativa, especialmente a partir de los 30 años. Este descenso se vincula con diversos signos de envejecimiento: pérdida de masa muscular, incremento de grasa corporal, menor densidad ósea, disminución de la energía, trastornos del sueño y deterioro de la piel.
Avances y aplicaciones actuales sobre antienvejecimiento
Los avances recientes en el uso de la hormona del crecimiento para retrasar el envejecimiento muestran resultados prometedores. Algunos estudios indican beneficios en composición corporal y salud de la piel como:
- Mejora de la composición corporal: Se promociona para aumentar masa muscular con mejoras modestas de 2 a 4 kg de músculo, y la misma cantidad de reducción de grasa, contrarrestando la sarcopenia (pérdida de masa y función muscular) y obesidades asociadas al envejecimiento.
- Reparación tisular y función inmunológica: Se explora para acelerar la recuperación de tejidos y fortalecer el sistema inmunológico.
- Aplicaciones en salud dérmica: Se activan funciones celulares que mejoran la producción de colágeno y elastina, contribuyendo a una piel más elástica y resistente. Su producción nocturna es crucial para la reparación de los tejidos del organismo, aunque sus niveles disminuyen progresivamente después de los 25 años
“Por otro lado también hay que tomar en cuenta los riesgos, porque la administración de esta hormona, si bien tiene efectos beneficiosos, también implica riesgos. Existe una publicación de Estados Unidos, donde recomienda no administrar la hormona del crecimiento sin controles previos”, destaca la académica de Unifranz.
El potencial de la hormona de crecimiento como herramienta “antiage” continúa en evaluación. El abuso o administración sin control de esta hormona puede acarrear efectos secundarios graves como hipertensión, retención de líquidos, crecimiento anormal de órganos, resistencia a la insulina e incluso aumento del riesgo de ciertos tipos de cáncer. Por ese motivo su aplicación debe realizarse con criterio profesional, ética y vigilancia especializada, priorizando siempre el bienestar integral del paciente.
En la actualidad, las investigaciones buscan establecer con mayor precisión los límites seguros, dosis adecuadas y grupos específicos que realmente podrían beneficiarse del tratamiento. Paralelamente, se han desarrollado terapias complementarias que estimulan la producción natural de HGH, como el ejercicio de alta intensidad, el ayuno intermitente, una dieta rica en proteínas y un buen descanso nocturno.