Desarrolladores enfrentan el desafío de conquistar mercados globales

Por Paula Beatriz Cahuasa

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Los desarrolladores de software bolivianos se encuentran ante el reto de expandirse hacia mercados internacionales. A pesar de contar con profesionales altamente capacitados, la falta de recursos y oportunidades en el país impulsa a muchos de estos profesionales a ofrecer sus servicios en el extranjero.​

El desarrollo de software, en palabras simples, es el conjunto de programas que le dicen a una computadora qué hacer y comprende una serie de actividades que van desde la creación, el diseño, el despliegue y la compatibilidad.

Julio César Gómez Roda, docente de la carrera de Ingeniería en Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y gerente de Cegepa S.R.L., destaca que “en el caso de desarrolladores tenemos mucha gente capacitada, experta en desarrollo, pero en el país no tenemos ese apoyo y por ese motivo migran a prestar sus servicios a otros países”.​

Evidentemente, la industria del software en Bolivia ha mostrado un crecimiento notable. Según la Agencia de Gobierno Electrónico y Tecnologías de Información y Comunicación (AGETIC), las empresas informáticas registradas en el país generan alrededor de 30 millones de dólares por año en concepto de exportación. Este crecimiento se debe en parte a la capacidad de los desarrolladores bolivianos para adaptarse a las demandas del mercado global.

​Connaxis, Truextend, Jalasoft, Jalmeco, Banana Pack, Mamut y Quantum, todas de Cochabamba, son algunas de las empresas vanguardistas en tecnología y líderes en sus rubros que están exportando al exterior a través de contratos millonarios. Se destacan en el desarrollo de software y transformación digital, generando ambiental al reutilizar desechos o al aprovechar las energías alternativas.

Gómez puntualiza que la industria del software tiene gran potencial en el país ya que, a diferencia del hardware, que enfrenta elevadas barreras de entrada por los costos de materiales y tecnología, el software requiere menos inversión inicial, lo cual democratiza su acceso. 

Un programador o desarrollador sólo necesita una computadora y conocimiento. Este campo abre oportunidades para los programadores bolivianos incluso en países como India, Costa Rica y, por supuesto, Bolivia.

“Acá tenemos gente muy capacitada, yo podría decir incluso que son genios, por lo que son muy valorados en otros países. Y por ese motivo, ellos optan por brindar sus servicios en otros países”, reflexiona el ingeniero en sistemas.

Desafíos en el país

Sin embargo, la adopción de tecnologías emergentes como la inteligencia artificial (IA) es todavía limitada en el país, que se encuentra en los últimos lugares en la adopción de IA en América Latina, según el Índice Latinoamericano de Inteligencia Artificial (ILIA 2024), que agrupa a 19 países en torno a tres categorías según el grado de madurez de sus ecosistemas de IA: Pioneros, Adoptantes y Exploradores. Bolivia ocupa el puesto 16 del mencionado índice. 

A propósito de la limitada adopción tecnológica en el país, Gómez Roda señala que “si aplicáramos inteligencia artificial en los procesos dentro de una empresa, reduciremos costos en personal y otras áreas”, pero que todavía falta trabajar mucho en torno a la alfabetización tecnológica en las empresas privadas e instituciones gubernamentales.

La alfabetización digital es un componente clave para cerrar la brecha tecnológica en el país. La Autoridad de Regulación y Fiscalización de Telecomunicaciones y Transportes (ATT) ha lanzado un plan nacional de alfabetización digital con el objetivo de capacitar a miles de bolivianos en el uso de la tecnología, promoviendo una ciudadanía digital activa.​

A pesar de los desafíos, existen iniciativas que buscan fortalecer el ecosistema tecnológico en Bolivia. Empresas como Jalasoft y Truextend han logrado posicionarse en el mercado internacional, demostrando el potencial del talento boliviano en el desarrollo de software .​

Gómez Roda enfatiza la importancia de brindar oportunidades a los desarrolladores locales: “Falta acá el apoyo y claro, hay algunas empresas privadas, como por ejemplo, mi propia empresa contratamos gente acá en el mismo medio, o de otras universidades para poder apoyarnos con su conocimiento y darles esa oportunidad que tal vez falta en el país para hacer crecer esta tecnología”.​

El futuro de los desarrolladores bolivianos depende de la colaboración entre el sector público y privado para crear un entorno que fomente la innovación y permita a estos profesionales competir en el mercado global. Con el apoyo adecuado, Bolivia tiene el potencial de convertirse en un referente en la industria del software en América Latina.

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