Educación, imprescindible en el cuidado de la Madre Tierra

Cada 22 de abril, el mundo celebra el Día Internacional de la Madre Tierra, una jornada que invita a reflexionar sobre el impacto de nuestras acciones en el planeta y a repensar la manera en que nos relacionamos con el entorno. 

En un contexto de crisis climática global, pérdida de biodiversidad y consumo desmedido de recursos naturales, el papel de la educación se torna más crucial que nunca. Es en las aulas donde puede gestarse una nueva conciencia ambiental, una ciudadanía más informada y un liderazgo capaz de transformar modelos de producción y consumo hacia paradigmas sostenibles. 

“La educación, en todos sus niveles, tiene hoy la responsabilidad de sembrar conocimiento, pero también valores de respeto, responsabilidad y cuidado por la vida en todas sus formas. No basta con comprender la crisis ecológica; es indispensable formar a las personas con las habilidades necesarias para actuar frente a ella”, reflexiona la rectora nacional de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Verónica Ágreda de Pazos. 

Según la autoridad académica, el compromiso con la sostenibilidad se debe traducir en acciones concretas, no solo rediseñando los programas académicos para incluir el enfoque de desarrollo sostenible, sino que también promoviendo proyectos de innovación con impacto real en las comunidades. 

“La sostenibilidad no puede limitarse al discurso, debe ser vivida y practicada desde los espacios formativos. Prueba de ello son las iniciativas que se gestan en distintas áreas de la academia, como la investigación en tecnologías limpias, el apoyo a emprendimientos verdes, o el trabajo con comunidades en soluciones ambientales adaptadas a sus contextos”, puntualiza.

Al respecto, Audrey Azoulay, directora General de la UNESCO, señala que es necesaria una revolución que cambie la manera en la que interactuamos con la naturaleza y el medio ambiente, ya que esta es la única manera de garantizar nuestra supervivencia como especie.

“Pedimos una revolución: una revisión completa de nuestra relación con la naturaleza y los seres vivos. Esto es necesario para la supervivencia de todos nosotros, porque la salud de la humanidad depende de la salud de nuestro medio ambiente, así como de la salud de las especies con las que convivimos en el planeta.

En 2024, en el marco de la III Convención Iberoamericana de Rectores organizada por UNESCO IESALC en Cartagena de Indias se creó la Red de Rectores y Rectoras por la Sostenibilidad. Esta alianza, conformada por universidades de distintos países iberoamericanos y de la cual Unifranz forma parte, busca promover la sostenibilidad en la educación superior mediante la cooperación estratégica y la construcción de vínculos con gobiernos, empresas y la sociedad civil.

La Red tiene como objetivo fortalecer la integración de la sostenibilidad en la educación superior, influir en políticas públicas y capacitar a líderes universitarios para abordar desafíos globales. Además, fomenta la investigación, la innovación y la responsabilidad social.

Con motivo de la celebración del Día Internacional de la Madre Tierra y el desafío de seguir promoviendo el liderazgo de la educación superior en su contribución a la sostenibilidad, UNESCO IESALC; National Geographic Learning; el Foro Mundial de Estudiantes; la Red de Rectores para el Desarrollo Sostenible y las Alianzas Transformativas; la Red de Cooperación Universitaria Sur-Sur de las Naciones Unidas; y otros asociados, se llevará a cabo, el 29 de abril en París una jornada de debates inspiradores sobre herramientas, prácticas y estrategias para fortalecer la cooperación internacional en materia de educación superior para la sostenibilidad.

La rectora de Unifranz participará de este evento, como parte de la Red de rectores y rectoras por la sostenibilidad.

Clínica Empresarial: incubadora de negocios verdes

Cada granito cuenta a la hora de sumar iniciativas. Por ese motivo, a través de la Clínica Empresarial Unifranz, esta Casa de Estudios Superiores promueve la creación de negocios verdes y de emprendimientos de triple impacto.

La directora de la carrera de Contaduría Pública, Luz Estrella Canido Reyes, indica que, bajo el enfoque del modelo CANVA, estudiantes de distintas carreras —como Contaduría Pública, Ingeniería en Sistemas y Administración de Empresas— trabajaron durante semanas en la formulación de propuestas de emprendimiento con triple impacto: económico, social y ambiental.

Este enfoque no sólo permitió a los estudiantes aplicar sus conocimientos de manera interdisciplinaria, sino también construir una visión crítica sobre el rol que pueden desempeñar en la transformación sostenible de sus comunidades. Los proyectos desarrollados abordaron aspectos fundamentales como la propuesta de valor ambiental, el uso de recursos sostenibles, las relaciones con consumidores conscientes y la minimización del impacto ecológico en los procesos de distribución.

Como parte del cierre del ciclo formativo, los equipos participantes compitieron en un concurso de fondos concursables verdes, obteniendo capital semilla para llevar sus ideas a la realidad. Los proyectos ganadores incluyeron desde la producción artesanal de mermeladas endulzadas con miel de Cupesí, hasta la creación de textiles reciclados con enfoque social, implementación de energías limpias en comunidades rurales, y sistemas innovadores de gestión de residuos. Cada una de estas iniciativas encarna la visión de que es posible emprender sin dañar, innovar sin excluir, y crecer sin destruir.

Este modelo de formación práctica y contextualizada demuestra que, con la guía adecuada y una visión educativa transformadora, los estudiantes no solo están listos para enfrentar los desafíos del siglo XXI, sino para liderar las soluciones. 

En palabras de Verónica Ágreda, “la educación tiene la capacidad de convertir a quienes se están formando en agentes de cambio, especialmente si nos enfocamos en la educación para el desarrollo sostenible”.

Valores ambientales

La inclusión de valores ambientales y de sostenibilidad en la educación superior permite formar líderes no solo técnicos, sino también éticos. Personas capaces de tomar decisiones informadas, que comprenden la complejidad de los sistemas ecológicos y económicos, y que valoran la justicia social como parte de la ecuación ambiental. 

No hay transición ecológica sin transformación educativa. No hay desarrollo sostenible sin profesionales comprometidos con su entorno. En cada aula, en cada laboratorio, en cada proyecto de innovación social o empresarial, la universidad debe sembrar conciencia ambiental, y con ello, esperanza.

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