Infanticidio: señales de alerta para detectar un agresor en potencia

Por Aldo Juan Peralta Lemus

El infanticidio es uno de los delitos más estremecedores que afectan a la sociedad, y su gravedad aumenta cuando es perpetrado por uno de los progenitores. A pesar de los avances en los derechos infantiles y en la lucha contra la violencia hacia la mujer, los casos de infanticidio siguen ocurriendo. Aunque tradicionalmente se asocia a los varones como responsables, las mujeres también pueden estar involucradas en estos crímenes. En estos casos, el infante es víctima directa de uno de los padres o, al menos, uno de ellos actúa como cómplice. ¿Qué factores explican esta trágica realidad?

El infanticidio se refiere al asesinato de un niño o niña por parte de sus progenitores, familiares o cuidadores. Este acto de violencia extrema tiene raíces complejas en factores psicológicos, sociales y económicos, los cuales son esenciales para abordar y prevenir este grave problema.

Magaly Mariaca, docente de Medicina Legal en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, y experta en Psicología Forense, sostiene que el hecho de infanticidio se da más a causa de embarazos no deseados, o como producto de escalada de agresiones psicológicas o físicas que llegan al punto de quitar la vida del niño o niña.

“Hay una gran parte, que sobre todo viene de aquellas familias o personas que han tenido también una historia de maltrato infantil. Entonces, piensan que es algo normal y ocurre ese maltrato y muchas veces pues llega el infanticidio”, manifiesta Mariaca.

Este tipo de delito según la experta está motivado por problemas de salud mental, abuso de sustancias, pobreza extrema, violencia doméstica. “Normalmente hay antecedentes de maltrato infantil que ellos (los agresores) han sufrido, o por consumo de sustancias controladas, bebidas alcohólicas”, explica la docente de Medicina Legal.

María Kyoko De Uzin, especialista en Psicología Jurídica y Forense, manifiesta que no existen en nuestro medio un estudio especifico en cuanto al perfil de una persona infanticida, pero se puede encontrar similitudes en “factores situacionales”, tomando en cuenta que el perfil de personalidad que lleva al infanticidio no es único.

“Acerca de la estructura de la personalidad podríamos decir que el trastorno de personalidad Límite, es y va estar más preponderante, seguido del (trastorno) paranoide y el (trastorno) evitativo. Cuando nos referimos al trastorno de personalidad límite nos referimos a la capacidad de establecer relaciones personales maduras, dependencia, abandono, miedo”, explica Kyoko.

Según la experta, estos tres tipos de trastornos son los principales que cumplen con diferentes características de comportamiento. El trastorno límite de la personalidad (TLP) es una enfermedad mental que afecta la capacidad de controlar las emociones. Se caracteriza por inestabilidad emocional, impulsividad y problemas en las relaciones interpersonales.

En cambio, el trastorno de personalidad paranoide (PPD) es una afección mental que se caracteriza por un patrón de desconfianza y sospecha hacia los demás. Las personas con este trastorno pueden tener dificultades para confiar en las demás personas y pueden interpretar sus intenciones como maliciosas. A tal punto que “incluso tienen una justificación escasa o nula para los sentimientos conducta de celos (…) el paranoide no olvida en el tiempo, puede mantenerse con ira, rencor y ganas de venganza” destaca Kyoko.

El trastorno de personalidad evitativa es una afección mental que se caracteriza por evitar situaciones sociales por miedo a ser rechazado o criticado. Kyoko señala que “las experiencias de rechazo y marginación durante la infancia y los rasgos innatos de ansiedad social y evitación, pueden construir al trastorno de personalidad por evitación”. A causa de esto se evita desarrollar habilidades sociales y mejorar lo que es la asertividad para poder establecer unas relaciones sociales satisfactorias.

De la misma manera la especialista en psicología forense sostiene que los medios por los cuales se comete el delito son provocados por envenenamientos, asfixias, entre otros.

“Estos hechos muchas veces son cometidos principalmente por familiares como hermanos, padrastros, vecinos, personas ajenas a la familia. Existen factores comunes como los embarazos no deseados, violaciones y abandonos por parte del progenitor lo que ocasiona frustración desesperación sentimientos de abandono de impotencia y de pensamientos tienen las condiciones mínimas para poder la crianza de los niños” explica Kyoko.

Según el Observatorio del Ministerio de Gobierno en el 2024 se registraron un total de 38 víctimas de infanticidio, a comparación de 2023 hubo un incremento del 52%. Los principales victimarios fueron el padre o la madre, seguido por el padrastro.

En lo que va del 2025, a través de la Fiscalía General del Estado se conoce que a la fecha se registraron seis hechos de este delito en Bolivia. La lista encabeza el departamento de La Paz con tres casos, le sigue Santa Cruz con dos casos y cierra Cochabamba con uno caso registrado. 

El último caso conocido fue el deceso de una bebé de un año que fue golpeada y violada, el hecho ha ocurrido en el Barrio Cuapurú del Plan 3000 en Santa Cruz.

Según estos datos los niños y niñas pierden la vida cada año y en condiciones donde los victimarios principales son los familiares, en especial el padre, la madre o el padrastro. En muchos casos, las víctimas son bebés recién nacidos, pero también se registran casos en edades más avanzadas, lo que refleja la necesidad de reforzar las medidas de protección infantil.

Uno de los desafíos es la prevención y la detección temprana de los signos o comportamientos que den una alerta a tiempo sobre el potencial agresor. Por otro lado, las condiciones como violencia doméstica, el maltrato infantil y la situación económica son factores que pueden indicar riesgo de infanticidio y deben ser atendidos de inmediato.Para María Kyoko, la prevención temprana en lugares como los servicios de salud y educación requiere que se definan y sigan protocolos de manejos adecuados ante cualquier señal de alerta, y así no llegar a circunstancias desafortunadas.

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