Una generación de jóvenes disruptivos demanda universidades innovadoras

Una generación de jóvenes disruptivos demanda universidades innovadoras

Nativos digitales del siglo XXI, con una nueva realidad y nuevos desafíos, ya son universitarios y cursan los últimos semestres de carreras, como medicina, ingeniería comercial, diseño gráfico, periodismo o ingeniería de sistemas, entre otras. Ávidos de conocimiento y dominio de las nuevas tecnologías, la juventud de hoy está ansiosa de profesionalizarse porque su meta es conquistar el mundo. 

Para este segmento de la sociedad, ya no basta con ser ‘licenciado o licenciada’. A sus 23 o 25 años, cuentan con estudios de postgrado y apuntan a doctorados. La virtualidad les ha dado la posibilidad de acceder a la educación a distancia de reconocidas universidades del país y de otras partes del mundo. 

Son jóvenes que cuentan con conocimientos globales, conectados, que establecen relaciones de amistad, estudio y pertenecen a redes de contactos profesionales para ejercer su profesión en Bolivia, Perú, Brasil, China o la India, porque tienen capacidad de adaptación.

Esta nueva generación de jóvenes es disruptiva. No quiere ver pasar la vida ante sus ojos y sin comprometerse. El acceso a la información la ha empoderado. Líderes en potencia estudian, se informan y buscan soluciones a problemas reales globales que aquejan a la humanidad. 

Pedro Sáenz, vicerrector de la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ, experto en pedagogía y educación superior sostiene que estos nuevos profesionales son capaces de adaptarse y trabajar en entornos diferentes. La pandemia, para muchos de ellos, significó una oportunidad de expandir su mirada profesional más allá de su contexto nacional. 

“Los nuevos profesionales deben tener la capacidad no sólo de adaptarse a entornos diferentes sino de desempeñarse adecuadamente en ellos, lo que obliga a que en su formación se incluyan conocimientos actualizados y que tengan la capacidad de interactuar en esos nuevos entornos ya sea presencial o virtualmente”.

En ese marco, la educación superior tuvo que adaptarse e innovar para responder a las nuevas exigencias del mercado laboral. Ahora es un espacio de práctica, del ‘aprender haciendo’ en el que los futuros profesionales desarrollan competencias, en ambientes controlados, para competir en ambientes ya globalizados.

Multifacéticos y con dominio de diferentes áreas del conocimiento es la expectativa que tiene la sociedad respecto a los nuevos profesionales.

“Los profesionales de la nueva era deben ser multifacéticos, conocer y dominar diferentes áreas, con competencias tecno-digitales altamente desarrolladas, con un core de habilidades blandas muy fuerte y fundamentalmente con una altísima capacidad de adaptación al cambio constante”, agrega Sáenz.

Cambios profundos en la educación

En tanto, Xavier Aragay, experto en temas educativos y asesor de UNIFRANZ en innovación y transformación educativa, considera que la virtualidad por la pandemia ha significado un gran avance para la educación de pre y post grado.

“Soy optimista. Creo que ha significado un avance la propia reflexión que los docentes, los equipos directivos de las instituciones de educación superior han tenido que hacer para el gran esfuerzo de adaptarse tecnológicamente a la enseñanza remota de emergencia y las posibilidades de las experiencias, los aprendizajes, las reflexiones que todo esto ha significado son de por sí un avance”, indica. 

La educación en la actualidad está experimentando cambios profundos, a la par de la tecnología. La sociedad –según Aragay– está ante el reto de reimaginar, reinventar, replantear, buscar nuevas miradas, herramientas y estrategias para experimentar una transformación profunda.

Este es el momento de plantear nuevos sueños y transformaciones para la educación en todo el mundo y en todos los niveles. Transformar una institución educativa de rango superior no es fácil, significa transformar a las personas que trabajan en ella, que se relacionan, que aprenden en la educación superior y esto es de lo más complejo que hay, pero es posible.

 “Hay muchas instituciones de educación superior que ya están andando por el camino de la transformación, como UNIFRANZ. Lo más importante para iniciar la transformación de la educación superior es dedicarle tiempo (…), esto es lo que hacemos desde Reimagine Education. Tenemos una metodología del camino de transformación y cambio y estamos ayudando a muchas instituciones educativas a hacerlo”, puntualiza Aragay.

Hoy en día, contrariamente a un par de décadas atrás, es común ver redes colaborativas entre instituciones de todo tipo. Las universidades no son la excepción y han conformado equipos multiculturales para el desarrollo de proyectos de alto impacto en este caso, referidos específicamente a la generación y difusión de conocimiento.  Si a esto le sumamos el aporte de la web como repositorio y una vía de difusión del nuevo conocimiento y del previamente existente, por supuesto que el beneficio es enorme. 

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