Estudiante de UNIFRANZ desarrolla una aplicación para aprender lenguaje de señas

Estudiante de UNIFRANZ desarrolla una aplicación para aprender lenguaje de señas

¿Te imaginas una APP que ayude a aprender el lenguaje de señas para comunicarse con personas sordomudas? La idea de una aplicación que facilite la comunicación con personas con discapacidad auditiva, gracias a la inteligencia artificial y las nuevas tecnologías, da esperanza de una sociedad más inclusiva y empática con este sector vulnerable de la población.

Cuando Jazmín tenía un año y medio de vida, su madre Marina descubrió que su hija tenía dificultades auditivas. Jazmín no hablaba en el nivel que se esperaría para su edad, no respondía cuando la llamaban y no reaccionaba al aumentar el volumen de la televisión o el equipo de música. Una prueba de audición confirmó que Jazmín tenía problemas de audición.

Lo que parecía una tragedia al principio, terminó siendo un aliciente para buscar alternativas de comunicación que la incluyan en su contexto. Aprendieron el lenguaje de señas, lo que les permitió una comunicación fluida en la familia. Sin embargo, para poder incluirla socialmente, es necesario que más personas dominen la lengua.

Consciente de esta realidad, Guido Escobar, estudiante de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, en Cochabamba, ha desarrollado un prototipo de APP que permitirá la interpretación del lenguaje de señas con fines educativos. La aplicación aún está en desarrollo.

“La aplicación ha sido desarrollada para personas que no saben el lenguaje de señas o, también, para autoaprendizaje ya que tiene un avatar que muestra la traducción al lenguaje de señas que permite que el usuario vaya imitando los movimientos o gestos que hace (…)”, explica el universitario.

El proyecto nació en el marco de una asignatura que Guido Escobar lleva en la carrera de Ingeniería de Sistemas, que consiste en desarrollar proyectos innovadores de alto impacto social. La idea va evolucionando a lo largo de la carrera y se concreta con la aplicación.

“Al principio, fue muy difícil porque no sabía por dónde empezar. No sabía qué abarcar, pero con una buena planificación y objetivos claros, estoy avanzando y estoy seguro de que se concretará”, puntualiza.

Guido Escobar, estudiante de Unifranz

Edmundo (62 años) y Carmen (60 años) son una pareja de adultos mayores que, hace más de 40 años, trabajan como fotógrafos en la plaza Murillo de la ciudad de La Paz. Ambos son sordomudos y, a veces, se les dificulta la comunicación con sus circunstanciales clientes, pese a que tienen pequeños letreros con la tarifa que cobran por foto.

Su hijo, Ronald, dice que se sienten un poco discriminados y que les emociona cuando alguien hace un poco de esfuerzo para comunicarse con ellos, ya sea por lenguaje de signos, señas o letreros, porque ellos saben leer y escribir.

La particularidad de esta población es que tiene dificultades para acceder a la lengua oral de su contexto social y necesita tener una lengua propia

Tecnología, clave para la solución de problemas sociales

Por otro lado, Fabiola Cadima, docente de la materia de Proyectos Integradores en la Carrera de Ingeniería de Sistemas de Unifranz, indica que desde la Universidad se busca generar impacto en la sociedad mediante este tipo de proyectos, pero principalmente lograr que la tecnología solucione problemas de nuestro entorno social.

“Lo que hacemos con los estudiantes es que visualicen en su entorno y detecten una necesidad social que, mediante la tecnología, se pueda solucionar. Así nació el proyecto de Guido. Al principio, tenía otras ideas que han ido madurando, obviamente pasando por todo el desarrollo formal que debe seguir un proyecto”, puntualizó la docente.

El proyecto que está siendo desarrollado por el estudiante ha sido analizado en cada uno de sus detalles para que, a futuro, sea viable. Sin embargo, todavía falta completarlo para que pueda descargarse desde cualquier aplicación, ya sea para IOS o Android.

Talento que debe ser canalizado

En las universidades e institutos de educación superior hay talento. La clave está en generar espacios para que toda esa capacidad creativa se haga realidad. También es importante visibilizarlos para que la sociedad vea que en la universidad se manejan, se crean y se diseñan proyectos interesantes que pueden ayudar a la población.

“Buscar soluciones a problemáticas sociales, a personas vulnerables, realizar proyectos que sean inclusivos, como el que ha realizado Guido, es una oportunidad (…). Con la aplicación, vamos a poder contactarnos y comunicarnos con este tipo de personas y eso es lo que buscamos, en cualquier ambiente o en cualquier realidad, que podamos dar solución a una problemática”, agrega Cadima.

En Bolivia, una de las principales dificultades que atraviesan las personas sordas es la falta de acceso a información en Lengua de Señas Boliviana (LSB), especialmente en temas de sexualidad, salud sexual y reproductiva, derechos sexuales, derechos reproductivos y prevención de la violencia basada en género.

Una lengua que une

La Organización de las Naciones Unidas (ONU) sostiene que las lenguas de señas son idiomas naturales de las personas sordas. Esta lengua cumple con todas las leyes lingüísticas y se aprende dentro de la comunidad de usuarios, a quienes facilita resolver todas las necesidades comunicativas y no comunicativas propias del ser humano, social y cultural.

También existe un lenguaje de señas internacional que utilizan las personas sordas en reuniones internacionales y, de manera informal, cuando viajan y socializan. Este lenguaje internacional se considera una lengua pidgin, es decir, una lengua mixta creada a partir de una lengua determinada y otros elementos de otras lenguas. En el caso de la lengua de señas internacional, es menos compleja que la lengua natural de señas y tiene un léxico limitado.

La Convención sobre los derechos de las personas con discapacidad reconoce y promueve el uso de las lenguas de señas. Establece que tienen el mismo estatus que las lenguas habladas y obliga a los estados partes a que faciliten el aprendizaje de la lengua de señas y promuevan la identidad lingüística de la comunidad.

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