Por Manuel Filomeno
En tiempos donde las noticias falsas, el sensacionalismo y la desinformación se esparcen como una sombra sobre nuestras cabezas, los periodistas aparecen como un faro en la oscuridad, rompiendo las tinieblas con la luz de la verdad.
“El trabajo de los periodistas no consiste en pisar las cucarachas, sino en prender la luz, para que la gente vea cómo las cucarachas corren a ocultarse”, define el genial periodista y escritor Ryszard Kapuściński a los profesionales de la información.
Como cada 10 de mayo, Bolivia conmemora el Día del Periodista, en el cual se recuerda la muerte del periodista Cirilo Barragán, quien fue fusilado un 10 de mayo de 1865, por denunciar los atropellos del régimen de Mariano Melgarejo.
Las nuevas tecnologías, el Internet, las redes sociales, la inteligencia artificial, los smartphones y la nube, han tenido un impacto en la manera en la que el periodismo es ejercido e incluso han puesto en tela de juicio su utilidad y pertinencia.
En este tiempo incierto, por qué es importante formar periodistas
Desde siempre, el trabajo periodístico se ha visto dificultado por las estructuras de poder existentes, por aquellos que prefieren que la sociedad permanezca con los ojos vendados y que no cuestione la agenda existente, sin embargo, a estas trabas, en los últimos años se han sumado nuevos desafíos.
Raúl Peñaranda, presidente de la Asociación de Periodistas de La Paz (APLP) señala que los tiempos digitales han traído muchas innovaciones, pero también retos. El principal de ellos, es la proliferación de noticias falsas y la desinformación.
“Ahora es mucho más difícil para la sociedad informarse adecuadamente porque existe este problema de que las redes sociales son también portadoras de una gran cantidad de noticias falsas y, según varios estudios, las noticias falsas se esparcen a una mayor velocidad que la verdad. La gente quiere creer muchas veces temas que cualquier persona se daría cuenta de que son falsos”, indica.
Esta situación genera una dificultad adicional al trabajo periodístico, indica Peñaranda, pero reconoce que, al mismo tiempo, la apertura de nuevos canales y espacios permite una mayor difusión de las noticias verdaderas y de la información de relevancia.
“Para los periodistas hay una dificultad adicional: tratar de comprobar, confirmar la información antes de poder lanzarla. Sin embargo, ése es el vaso medio vacío: Por otra parte, las redes también ayudan mucho a que los medios logren amplificar su voz, llegar a mucha más gente, así que tiene estas dos características, una negativa, el tema de la difusión de tantas informaciones no confirmadas y falsas, pero también la capacidad de llegar a muchas más personas con la información”, explica.
Por su parte, Juan David Bernal, director ejecutivo del Consejo Latinoamericano de Acreditación de la Educación en Periodismo y Comunicación (CLAEP) de la Sociedad Interamericana de la Prensa (SIP), señala que hoy, más que nunca, la sociedad necesita periodistas profesionales, comprometidos con la verdad y, sobre todo, libres.
“Cada vez es más importante la formación de periodistas, porque lo necesitan nuestros países, porque la región de América Latina y el mundo en general cada vez tiene una tendencia más hacia las tiranías, hacia los regímenes autoritarios y el periodismo juega un rol determinante dentro de la democracia como garante de las libertades, como garantes de la democracia en general”, puntualiza.
El experto agrega que el ejercicio libre del periodismo garantiza el funcionamiento de los sistemas democráticos y el ejercicio de los derechos de la sociedad.
“Tener periodistas profesionales y formados nos va a garantizar que nuestros sistemas democráticos funcionen bien. Actualmente, nos vemos enfrentados a una crisis de la democracia, a una crisis de la libertad, desde la defensa de la pluralidad, de los derechos de las personas a la libre expresión. Entonces, el periodismo juega un rol clave en ese entorno que no estamos visualizando”, añade.
La periodista de investigación Adriana Gutiérrez, a su vez, indica que la formación de periodistas es fundamental, ya que la sociedad requiere de profesionales éticos y comprometidos que puedan garantizar información veraz.
“Es importante formar periodistas porque, ante tanta información se genera ruido, entonces lo que ahora tenemos que hacer los periodistas es ser mucho más creíbles, a un periodista lo avala su nombre. Mucha gente publica cosas en redes, pero son personas que no han estudiado o no tienen una trayectoria de reportajes o de prensa, si a una persona en un medio le dicen el nombre de un periodista reconocido que hace una nota, uno sabe que hay rigurosidad y que el trabajo está bien hecho, pero si lees la nota de una persona que no conoces hay muchas dudas”, expresa.
Nuevas habilidades
Los nuevos tiempos requieren de los periodistas nuevas habilidades y competencias, las cuales deben ser equilibradas con sus valores éticos y profesionales.
“Hay que tomar lo mejor de antes y aplicarlo a lo que pasa ahora. Es necesario tener rigurosidad, leer mucho, aprender de las nuevas tecnologías. Pero lo más importante es que el periodista tenga principios éticos, porque éstos son la base de nuestro trabajo”, dice Gutiérrez
Juan Carlos Flores, docente de la carrera de Periodismo de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, agrega que los nuevos periodistas deben dominar las nuevas tecnologías, que ya forman parte del cotidiano vivir.
“Por ejemplo, los periodistas deben saber utilizar la inteligencia artificial, el análisis de datos, entre otras herramientas que les van a ayudar en el proceso de la elaboración de las noticias y también deben dominar la objetividad y la ética”, expresa.
A su vez, Bernal señala que los nuevos periodistas deben ser activos y actualizarse diariamente, lo que les permitirá saber hacia dónde se dirigen las audiencias y a hablar el lenguaje de estas.
“El periodista tiene que formarse día a día, tiene que enfrentar los nuevos retos tecnológicos, cómo funcionan los algoritmos que cambian día a día, cómo funcionan los contenidos, cómo las audiencias van migrando de una plataforma a otra”, manifiesta.
Sin embargo, la autoridad de la CLAEP indica que estos nuevos conocimientos deben ser equilibrados con los valores tradicionales: la verdad, la ética, el equilibrio y la objetividad.
“El periodista también tiene que volver a la esencia, que es ser una buena persona, buscar la verdad y transmitir esa verdad, estar comprometido con la realidades sociales y humanas de su país. Eso no ha cambiado y no va a cambiar nunca. Decir la verdad es algo que está vigente hoy, hace 2000 años estuvo vigente y seguirá siendo vigente dentro de 2000 años más. Tenemos que anclar la profesión a esas cosas que no cambian”, concluye.