Turismo, un catalizador para la economía de servicios en Bolivia

Turismo, un catalizador para la economía de servicios en Bolivia

Por Lily Zurita

El turismo, un sector intrínsecamente ligado a los servicios, se ha consolidado como un motor fundamental para la economía boliviana. 

Según la Organización Mundial del Turismo (OMT), esta actividad tiene un impacto amplio y diverso en la economía, el entorno natural, las áreas urbanas y la población local de los destinos. Estos efectos hacen necesario adoptar un enfoque integral en el desarrollo, gestión y supervisión del turismo para formular políticas efectivas tanto a nivel nacional como local.

En Bolivia, este sector no solo permite «exportar» noches de hotel, pasajes de avión y experiencias turísticas, sino que también impulsa la adopción de tecnologías y conecta territorios y personas. 

Adicionalmente, se ha posicionado como el tercer generador de divisas y el quinto empleador formal en el país, destacándose en una economía predominantemente informal.

Andrés Aramayo, gerente del Observatorio Boliviano para la Industria Turística Sostenible (Órbita), subraya la importancia del turismo en la economía naranja del país, un sector que ha crecido a un ritmo anual del 10%, a pesar de los desafíos sociales y económicos. 

«Bolivia ya vive del turismo desde hace tiempo», señala Aramayo, destacando que este crecimiento es notable considerando el contexto de conflictos y dificultades que enfrenta el país.

El impacto económico del turismo es innegable. Según el economista Hugo Siles Espada, durante el TeCNia 2024, el sector turístico contribuyó con un 2,5% al PIB nacional en 2023, una cifra significativa dado que Bolivia aún está en proceso de recuperación económica. 

Juan Carlos Núñez, docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, resalta que el turismo no sólo crea empleos de calidad, sino que también ofrece oportunidades equitativas tanto para hombres como para mujeres.

Claves para potenciar el turismo en Bolivia

Aramayo identifica siete estrategias clave para potenciar el turismo en el país:

  1. Seguridad jurídica: crear un entorno de seguridad jurídica es esencial para atraer inversión nacional e internacional, fomentando un turismo sostenible y respetuoso con el medio ambiente.
  2. Economía de nichos: Bolivia debe enfocarse en mercados específicos que valoren experiencias únicas y sostenibles, promoviendo un turismo que respete y conserve su territorio.
  3. Conectividad aeronáutica: mejorar la conectividad aérea es crucial para facilitar el acceso a Bolivia. Respetar las nuevas libertades aeronáuticas y abrirse a la inversión extranjera en aerolíneas mejorará la calidad y reducirá los costos de los servicios aéreos.
  4. Digitalización del destino: en la era digital, es vital que Bolivia se posicione en línea. La digitalización de los destinos turísticos permitirá a los viajeros interactuar y realizar transacciones, diversificando así la economía.
  5. Comprensión de la estacionalidad: definir y aprovechar las temporadas turísticas ayudará a optimizar la oferta, permitiendo a Bolivia ajustar sus estrategias para maximizar su atractivo durante todo el año.
  6. Internacionalización del destino: además de promocionar sus atractivos turísticos, Bolivia debe internacionalizar productos locales de calidad, como el café, la miel, el cacao y los vinos, fortaleciendo así su imagen en el exterior.
  7. Orgullo nacional: fomentar el turismo interno es esencial para que los bolivianos conozcan y valoren su propio país, promoviendo un turismo sostenible desde adentro.

Mejora de servicios turísticos

A nivel nacional, la mejora del sector turístico se está impulsando a través de la capacitación y la profesionalización. Sin embargo, Juan Carlos Núñez advierte que algunos empresarios aún optan por contratar mano de obra no calificada, lo que resulta en un servicio ineficiente y de baja calidad. 

«Debemos enfatizar en proporcionar servicios con calidad total en todos los aspectos directos e indirectos, cambiando la mentalidad para que el turista se sienta protegido desde su llegada hasta su salida del país», afirma Núñez.

Por su parte, Javier Rivera, director de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo en Unifranz, subraya que el turismo tiene un impacto significativo en el desarrollo económico de un país o región, especialmente si los destinos se gestionan adecuadamente. 

«Debemos buscar mecanismos y acciones que minimicen el impacto del turismo en el medio ambiente, haciendo del turismo una actividad económica sostenible en la que Bolivia pueda apostar», concluye el académico.

El turismo no solo es una fuente de ingresos y empleos, sino que también tiene el potencial de transformar la economía boliviana hacia un modelo más diversificado y resiliente. Apostar por un turismo sostenible y tecnológicamente avanzado podría ser clave para enfrentar los desafíos del futuro y reducir la dependencia en sectores extractivos.

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