“Cuando me duele, es como si me clavaran mil agujas en las piernas, mientras me golpean con un martillo los tobillos”, cuenta Eliana, una joven de 32 años que sufre de dolor crónico en todo el cuerpo a causa de la fibromialgia que padece.
Pero, ¿qué es el dolor? De acuerdo con la Asociación Internacional para el Estudio del Dolor (IASP) y la Organización Mundial de la Salud (OMS) el dolor es «una experiencia sensorial y emocional desagradable asociada con daño tisular real o potencial».
Los expertos clasifican el dolor en dos grandes ramas, el dolor común o nociceptivo y el dolor neuropático.
“El dolor es un síntoma. Hay dos tipos, el nociceptivo que a su vez se divide en somático y visceral, y el dolor neuropático. El primero tiene el sistema nervioso indemne, el neuropático obedece a daños del sistema nervioso que conduce el dolor, por ejemplo, el dolor en la neuropatía diabética”, explica el doctor Felipe Molina, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
El experto agrega que cada tipo de dolor tiene un tratamiento diferente, orientado en muchos casos por parámetros establecidos por la OMS.
Los tipos de dolor
El dolor común o nociceptivo, el cual se produce por una lesión o daño a algún tejido o al proceso de curación del cuerpo, el dolor que todos sentimos al hacernos una herida, golpearnos contra algo o cuando experimentamos la inflamación de una muela.
Como explica Molina, este dolor se clasifica en somático y visceral. El dolor somático es aquel que está bien localizado y se describe como agudo.
Por su parte, el dolor visceral es aquel que se produce en las capas más profundas de los órganos internos. Es un dolor tipo cólico y aumenta con la palpación.
En estas clases de dolor se conoce su origen y su propósito.
El segundo tipo de dolor es el dolor neuropático, el dolor causado por una lesión o enfermedad que afecta el sistema nervioso central, aquel que se encarga de llevar la información al cerebro y del sistema nervioso o del periférico, que envía señales desde el resto del cuerpo al central. Este dolor es causado por enfermedades como la fibromialgia, algunos tipos de cáncer y los tratamientos que se utilizan para tratarlo (quimioterapia o radioterapia).
Puede llegar a ser muy molesto, no responde a los analgésicos y, sin embargo, mejora con fármacos que a primera vista no están relacionados, como son algunos antidepresivos y fármacos empleados en la epilepsia o en el tratamiento de arritmias cardiacas, porque estabilizan las membranas nerviosas alteradas.
Se estima que afecta aproximadamente a una de cada 20 personas en el mundo occidental, según la Royal Society of Medicine del Reino Unido.
De estos dolores, se conoce la causa, pero no se entiende el propósito.
Otros expertos reconocen un tercer tipo de dolor, el dolor enigmático, del cual no se conocen las causas ni sus propósitos.
Este tipo de dolor en muchos casos es considerado una enfermedad más que un síntoma, ya que surge de la nada y afecta a los pacientes sin lesiones o daños aparentes.
El grupo de trabajo conjunto de la IASP y la OMS, que desarrolló la 11ª Clasificación Internacional de Enfermedades clasificó este tipo de dolor como dolor crónico primario o sensibilización central o dolor nociplástico.
Esta clasificación entró en vigor en 2022 e incluyó un concepto novedoso originado en la idea de que las enfermedades o afecciones a largo plazo, asociadas con el dolor crónico, deben reconocerse por derecho propio.
Esta condición está definida por un dolor que persiste durante más de tres meses, en una o más regiones anatómicas y que se caracteriza por un malestar emocional significativo, como ansiedad, ira, frustración y depresión o discapacidad funcional.
Cuidados paliativos
Otra de las áreas del tratamiento del dolor son los cuidados paliativos, los cuales se aplican en pacientes terminales, con el objetivo de brindarles alivio en sus momentos finales y facilitarles una muerte digna y cómoda.
En estos casos, se aplican terapias, tanto farmacológicas como físicas para aliviar el sufrimiento de los pacientes, que en muchos casos sufren de dolor crónico.
Según la OMS, se estima que anualmente 40 millones de personas necesitan cuidados paliativos; el 78% de ellas viven en países de ingresos bajos o medianos.
La OMS agrega que, actualmente, a nivel mundial, tan solo un 14% de las personas que necesitan asistencia paliativa la reciben.