Tecnología 6G: el futuro de la conectividad ya está en marcha

Mientras el 5G aún se expande por el mundo y revoluciona la manera en que nos conectamos, la mirada de los expertos ya está puesta en la próxima gran revolución tecnológica: el 6G. Aunque aún está en fase de investigación y desarrollo, se espera que esta nueva generación de redes inalámbricas llegue entre 2030 y 2035, con avances que transformarán radicalmente la comunicación, la industria y la vida cotidiana.
El 6G es la sexta generación de tecnología móvil, como lo indica su nombre. Para Julio Cesar Gómez, docente de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el desarrollo de esta tecnología permitirá aplicaciones en tiempo real aún más precisas, como cirugías remotas, de la misma manera la posibilidad de conectividad masiva para diferentes dispositivos.
“Con la llegada del 6G, se espera una evolución mucho más allá de las velocidades actuales. Se anticipan avances concretos como: velocidades de descarga y carga hasta 100 veces más rápidas que el 5G, de la misma manera la integración profunda de inteligencia artificial para optimizar las redes en tiempo real, entre otros. El 6G representa una visión a largo plazo que puede transformar sectores como la educación, la salud y la agricultura cuando esté disponible”, explica el académico.
Uno de los avances más esperados del 6G es la velocidad, que promete ser mayor que la del 5G. Esto permitirá descargas casi instantáneas, transmisiones en calidad holográfica (reconstrucción de imagen tridimensional) y una conectividad prácticamente sin retrasos en la transmisión (sin latencia). Se habla de velocidades superiores a los 1.000 gigabits por segundo, lo que abriría posibilidades impensadas en sectores como la medicina, la educación y el entretenimiento, como indica el académico. Sin embargo, dentro los avances más esperados de la tecnología 6G figuran:
- Velocidades ultrarrápidas: Como adelantaba el académico, se proyecta que el 6G alcance velocidades de hasta 1 Tbps (terabit por segundo), miles de veces más rápido que el 5G (hasta 20 Gbps). Esto permitirá transferencias de datos masivas en tiempo real.
- Conexión masiva de dispositivos: Brinda la capacidad para conectar millones de dispositivos del Internet de las Cosas (IoT) simultáneamente, optimizando redes para ciudades inteligentes y la automatización industrial.
- Uso de frecuencias de terahercios: El 6G utilizará el espectro de terahercios (THz), que ofrece mayor ancho de banda, pero requiere avances en antenas y modulación de señales.
- Integración con inteligencia artificial (IA): La IA optimizará la gestión de redes 6G, prediciendo patrones de tráfico y asignando recursos dinámicamente.
- Cobertura global y 3D: Integración de satélites y plataformas de gran altitud para ofrecer conectividad ubicua, incluso en áreas rurales y marítimas. Esto permite la reducción de la brecha digital, conectando regiones remotas y habilitando comunicaciones en aviación y navegación.
- Holografía y experiencias inmersivas: Transmisión de hologramas en tiempo real gracias a velocidades y latencia mejoradas que permitirá la educación inmersiva, reuniones virtuales realistas y entretenimiento holográfico.
- Eficiencia energética y sostenibilidad: Utilizando superficies inteligentes reconfigurables (RIS) optimizarán la conectividad con menor consumo energético, de esta manera se reducirá la huella de carbono en centros de datos y redes móviles.
Desde el punto de vista económico, el desarrollo del 6G representa una carrera global. Potencias como China, Estados Unidos, Corea del Sur, Japón y la Unión Europea ya están invirtiendo millones de dólares en investigación para liderar esta nueva era tecnológica. Quien controle el 6G, controlará una buena parte del futuro digital.
Al respecto, también surgen desafíos. Las preocupaciones sobre la seguridad de los datos, la privacidad y la gobernanza global de las redes serán claves. A mayor conectividad, mayor será también la necesidad de sistemas robustos de ciberseguridad y de marcos éticos que regulen su uso, según se realice la implementación.
“En el contexto de nuestro país, muchas de estas tecnologías aún se encuentran en fases experimentales o no están al alcance debido a limitaciones en infraestructura y acceso. No obstante, con una planificación estratégica, inversiones sostenidas en el sector tecnológico y políticas públicas orientadas a la innovación y la inclusión digital, es posible reducir significativamente la brecha tecnológica y prepararnos para integrar el 6G cuando esta tecnología se consolide a nivel global”, sostiene el docente de Unifranz.
El 6G promete revolucionar la conectividad con mayores velocidades, latencia de microsegundos y aplicaciones transformadoras como hologramas, ciudades inteligentes y telemedicina avanzada. Estudios y pruebas en curso, muestran un progreso tangible hacia su comercialización en 2030.
Sin embargo, los desafíos técnicos, regulatorios y éticos requieren una planificación cuidadosa para evitar que los beneficios se concentren en unos pocos. La colaboración global será clave para que el 6G cumpla su potencial sin agravar desigualdades o riesgos.
En definitiva, el 6G no será solo una evolución tecnológica, sino una revolución social, económica y cultural. Nos acercará a una realidad donde lo digital y lo físico se integren a la perfección, y donde la conectividad será tan rápida, inteligente y omnipresente que transformará la forma en que vivimos, trabajamos y nos relacionamos con el mundo.