Donar sangre es una acción de generosidad con el prójimo; es un acto de esperanza de vida. El 14 de junio, el mundo celebra el Día del Donante de Sangre con el desafío de sensibilizar a la población acerca de la importancia de donar.
Julio Figueroa, magister en Medicina Transfusional y docente de hematología en la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que no existe un sustituto artificial para la sangre. Los donantes regulares son fuente de suministro de vida para la población. La sangre es necesaria todos los días del año.
“Los donantes voluntarios proporcionan el único suministro de sangre que salva vidas. Donar es simple, rápido y beneficioso. Mejora el flujo sanguíneo, reduce el riesgo de padecer infartos y accidentes cardiovasculares. Estimula la producción y renovación de nuevas células sanguíneas en el cuerpo”, indica.
Pero hay una serie de mitos respecto a la donación de sangre que han sido descartados hace muchos años, pero que, lamentablemente, influyen en los posibles donantes.
7 mitos sobre la donación de sangre
“Puedo contraer una enfermedad por donar sangre”. Falso. Es un procedimiento estéril y 100% seguro. No hay riesgos de contagiarse ningún tipo de enfermedad, ya que se utiliza material descartable, de un solo uso.
“Debo acudir a donar sangre en ayunas”. Falso. No es conveniente el ayuno. Se recomienda que el donante tome por lo menos 500 ml de agua media hora antes de la extracción. Lo mejor es comer algo sano y evitar grasas y lácteos antes de donar.
“Me quedaré débil luego de la extracción de sangre”. Falso. La cantidad de sangre que se extrae es de 450 ml, ya sea varón o mujer, y no afecta a su fortaleza. El cuerpo repone casi de inmediato el volumen donado y se pueden retomar normalmente las tareas cotidianas.
“Donar sangre engorda o enflaquece”. Falso. Donar sangre no engorda, ni adelgaza. No es ni bueno ni malo para la salud. Es una forma de hacerse un chequeo de rutina.
“Solamente puedo donar una vez al año”. Falso. Es posible donar sangre cada tres meses los varones y cada cuatro meses las mujeres.
“Tengo tatuajes o piercings, no puedo donar”. Las personas que posean tatuajes o perforaciones de piel no estériles en su cuerpo quedarán inhabilitadas como donantes en forma transitoria, solo por 12 meses.
“No puedo ser donante porque tuve hepatitis en mi infancia”. Quienes hayan tenido hepatitis antes de los 10 años de edad podrán se donadores de sangre. Para otros tipos de hepatitis es necesario consultar con un profesional médico antes.
Lo que debes saber para donar
Existen algunos requisitos que debe cumplir todo donador. Los centros de atención demandan que sea mayor de edad (de 18 a 65 años) y se encuentre en buenas condiciones de salud. Además, el donante debe tener un peso superior a los 50 kilos y una altura por encima de 1,50 metros.
Los condicionantes en salud impiden donar sangre a las personas que sufren o han padecido enfermedades infecciosas (VIH-Sida, Sífilis, Hepatitis, Paludismo, entre otras), que no consuman drogas y no estén bajo tratamiento médico de antibióticos.
Entre las excluyentes para donar sangre se identifican factores como la irregular presión arterial normal, haber sido objeto de trasplante o haber recibido trasfusión de sangre con anterioridad. También se limita la donación a quienes se realizaron tatuajes o piercings recientes en un plazo de 12 meses.
La donación de una unidad de sangre salva cuatro vidas porque se fracciona en concentrado de glóbulos rojos, plasma fresco, concentrado de plaquetas y crioprecipitado.
Figueroa reitera que la importancia de la donación voluntaria y altruista se centra en aumentar el número de donantes de sangre voluntarios y no remunerados, especialmente jóvenes, para salvar vidas y contribuir a mejorar la salud de las personas.