En un mundo cada vez más dinámico, disruptivo e innovador, el aprendizaje continuo y a lo largo de la vida es insoslayable. El mercado laboral demanda adaptabilidad y actualización constante de saberes y competencias para enfrentar los desafíos de la globalización y responder a las necesidades emergentes.
Este imperativo del aprendizaje continuo no está exento de obstáculos significativos, especialmente en el ámbito educativo, ya que su propósito es acompañar a las personas para que diseñen y concreten la vida que quieran vivir, no sólo en lo personal sino también en lo profesional.
El contexto en el que nos desenvolvemos exige a educadores, estudiantes y padres de familia estar en constante proceso de aprendizaje y actualización, asegura Sara Yoshino Otsuka, jefa de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
“En ese entendido, la actualización de los saberes y competencias deben estar a la par de esos cambios para responder a las demandas de la sociedad y de la globalización”, puntualiza.
Es decir, la forma en que tradicionalmente se concibió la educación y se desarrollaron los procesos de enseñanza y aprendizaje se enfrenta, ahora, a un desafío crucial: la necesidad de adaptarse a un entorno en constante evolución.
Este sábado 23 de marzo, el mundo celebra el Día del Aprendizaje, una fecha que destaca la importancia del aprendizaje para el crecimiento y desarrollo de las personas.
Desafíos para lograr aprendizajes significativos
En el proceso de enseñanza aprendizaje, uno de los desafíos más apremiantes es la mentalidad arraigada y los hábitos consolidados en las personas.
Cambiar la forma en que se aprende y se enseña, desaprender para luego reaprender, implica un proceso complejo y multifacético. Además, requiere tiempo, paciencia y un compromiso firme por parte de todos los involucrados.
Yoshino considera que desaprender para aprender otras maneras de enseñar y aprender es complejo. “Se requiere tiempo para desarrollar procesos que posibiliten la formación de los involucrados; pero, sobre todo, se requiere la motivación, disposición de las personas, así como la apertura al cambio”.
Evidentemente, la resistencia al cambio puede ser uno de los obstáculos más difíciles de superar. Durante siglos, la educación ha seguido patrones establecidos que ahora se ven desafiados por la necesidad de adaptación y transformación.
Cambiar el «chip» y adoptar nuevas metodologías de enseñanza y aprendizaje no solo implica adquirir nuevos conocimientos, sino también modificar profundamente la forma en que se concibe la educación en su conjunto.
Para abordar estos desafíos, se debe promover la motivación y la disposición al cambio en todos los actores del proceso educativo. Es crucial desarrollar procesos que faciliten la formación continua de los educadores, así como brindar herramientas y recursos adecuados para fomentar el aprendizaje significativo en los estudiantes.
Por su parte, Karen Meneses, docente de la carrera de Psicología en Unifranz, indica que es importante lograr aprendizajes significativos en los estudiantes porque les permite comprender, asimilar y retener la información de manera efectiva.
“El aprendizaje significativo no solo facilita el desarrollo de habilidades de pensamiento crítico, resolución de problemas y toma de decisiones, sino que también desempeña un papel fundamental en el proceso formativo, el desarrollo académico y personal de los estudiantes. Además, les permite aplicar sus conocimientos en situaciones reales, lo que, a su vez, incrementa su motivación y confianza en sus capacidades”, puntualiza la académica.
La intención hace la diferencia
Los aprendizajes académicos tienen ‘intenciones educativas’, que son determinadas a partir de las demandas y necesidades sociales.
Estas intenciones marcan las pautas para delinear el perfil de egreso sea cual fuere el nivel académico, y sobre el cual versa todo el proceso de formación, de tal manera que, para que el estudiante logre desarrollar ese perfil se dinamizan una serie de contenidos, metodologías, actividades, recursos, sistema de evaluación, en tiempos y espacios específicos.
“En pocas palabras, el aprendizaje académico es estructurado, ejecutado, sistematizado y evaluado para verificar los resultados; además se actualiza periódicamente adaptando el proceso formativo a la realidad del contexto”, especifica.
¿Qué es el aprendizaje?
Yoshino indica que el aprendizaje es un proceso de construcción de significados en el que el ser que aprende va estableciendo relaciones entre lo nuevo y lo que ya tiene consolidado como aprendido; mientras no se establezcan esas relaciones, el aprendizaje no es significativo, es sólo memorizado.
El desarrollo y evolución de la humanidad no sería posible sin la capacidad de aprender, sin aprendizaje la humanidad queda estática, conformista, sin aspiraciones.
En tanto, el aprendizaje continuo se presenta como una necesidad imperiosa en un mundo en constante transformación. “Su implementación enfrenta desafíos significativos, especialmente en lo que respecta a cambiar mentalidades arraigadas y hábitos consolidados. Superar estos obstáculos requerirá un esfuerzo colectivo y un compromiso firme con la adaptación y la innovación en el ámbito educativo”, señala la experta.
¿Por qué impulsar el aprendizaje continuo?
Más allá de la simple adquisición de conocimientos, este método se centra en la comprensión profunda y duradera de los temas por parte de los estudiantes. Aquí exploramos algunas razones fundamentales:
- Retención a largo plazo, porque los aprendizajes significativos fomentan una comprensión profunda de los conceptos, lo que conduce a una retención a largo plazo del conocimiento.
- Transferencia de conocimiento, esencial en la vida cotidiana y en el lugar de trabajo, donde se enfrentan constantemente a problemas y desafíos diversos.
- Motivación y compromiso, ya que cuando los estudiantes perciben la relevancia y utilidad de lo que están aprendiendo, están más dispuestos a participar activamente en el proceso de aprendizaje.
- Desarrollo de habilidades críticas, como el pensamiento crítico, la resolución de problemas y la toma de decisiones informadas.
- Fomento de la creatividad, fundamental en un mundo donde se valoran cada vez más las habilidades creativas y la capacidad de pensar de manera original.
Las nuevas tecnologías facilitan el aprendizaje continuo
La digitalización, la virtualidad y las nuevas tecnologías derribaron barreras y acortaron las distancias para que las personas se formen a lo largo de la vida.
“La tecnología ha irrumpido de tal manera que nosotros debemos tomarla para poder seguir avanzando en este mundo. No podemos negar, los cambios son permanentes y la educación continua viene a dar respuesta para mejorar estos perfiles, entregar nuevas competencias, el conocimiento a lo largo de la vida”, manifiesta, al respecto, Luz Vanzulli, directora ejecutiva Latam Sur, formación a lo largo de la vida, educación continua y posgrado, del Tecnológico de Monterrey.