Por amor a sus hijos, Simón casi pierde la vida pedaleando de Porongo a Santa Cruz

Por Andres Zankis

Don Simón es albañil y padre soltero de dos hijos; él es el único sustento de su hogar. Su rutina nocturna consistía en salir de una obra de construcción en el Urubó, cruzar manejando bicicleta el puente que une Porongo con el cuarto anillo de Santa Cruz y luego recorrer varios kilómetros más en transporte público hasta llegar a casa.

Entre turnos de albañilería y el cuidado de sus pequeños, terminaba la jornada exhausto. Sabía que el trayecto era peligroso: los hundimientos en el pavimento, la falta de iluminación y señalización lo ponían en riesgo. Aun así, seguía pedaleando, impulsado por la responsabilidad de alimentar a sus hijos.

Una noche, como tantas otras, Simón pedaleaba bajo la luz débil de su linterna y el parpadeo de su casco reflectante, con la esperanza de llegar a casa para descansar, cuando de pronto un accidente evitó que esto ocurriera.

“De aquella noche solo recuerdo que venía muy cansado, ya quería llegar a casa para descansar. Sin embargo, de un rato a otro escuché un fuerte bocinazo y sentí un golpe que me tiró con mi bicicleta varios metros más adelante. Luego desperté en el hospital, conectado a varios aparatos y no podía moverme mucho”.

El atropello tuvo lugar de noche. A pesar de estar protegido, el conductor no se detuvo tras embestirlo y huyó sin prestar ayuda. El golpe provocó lesiones graves y gastos médicos elevados, sumados a deudas previas.

Como padre soltero, la nueva deuda hospitalaria representa una amenaza directa al bienestar de su familia. Su recuperación fue además un duro desafío económico, que lo obligó a volver al trabajo antes de lo previsto.

Desde entonces, Simón no volvió a montarse en bicicleta. Ahora toma un trufi hasta el cuarto anillo de la San Martín y luego camina varios kilómetros hasta el Urubó, por miedo a repetir el accidente. Su situación no es única: muchos trabajadores de bajos ingresos enfrentan diariamente rutas igual de peligrosas, porque no pueden pagar un segundo pasaje hasta su lugar de trabajo.

El caso de Simón evidencia la urgencia de soluciones integrales: ciclovías continuas y bien señalizadas, iluminación adecuada, aceras accesibles y transporte público económico. En respuesta, estudiantes de Arquitectura de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) están desarrollando un proyecto integral que propone ciclovías iluminadas, aceras seguras y puntos de conexión con transporte público entre Santa Cruz y Porongo.

La iniciativa busca garantizar rutas seguras para padres trabajadores como Simón y para toda la comunidad.

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