¿Padre, se nace o se hace?

¿Padre, se nace o se hace?

Los padres desempeñan un papel fundamental en la vida y el desarrollo de sus hijos. Su influencia va más allá de proveer recursos económicos o cuidado físico y material; abarca la formación de valores, el apoyo emocional y el modelado de comportamientos. 

¿El padre nace o se hace? “Se hace. Cada día se aprende a ser papá, a compartir, a respetar, a disfrutar, a dar y recibir amor en familia. Es un reto muy grande, pero posible, y de los más satisfactorios”, indica Alberto Salamanca, padre de tres hijos, todos ya independientes.

De forma coincidente, Juan Manuel Miranda, también papá de tres niños, sostiene que “cuando uno es padre por primera vez, desconoce muchos aspectos de su rol y los aprende paulatinamente, con los consejos de sus propios padres y madres. Tiene que ir descubriendo todo (…)”.

Para Edwin Rossel, “el padre es un constante aprender, es un constante leer, donde el corazón se va preparando. Con la ayuda de Dios te conviertes en un gran padre”.

En la sociedad contemporánea, se reconoce que el papel del padre va más allá de la mera contribución biológica en el proceso de gestación y nacimiento de un hijo. 

Si bien es cierto que las mujeres experimentan cambios físicos y emocionales durante el embarazo, los hombres no comparten esta vivencia de manera directa. Esto puede dar la impresión de que el padre se convierte en tal, recién con el nacimiento del bebé.

“Sin embargo, la paternidad va más allá de la biología. Se gesta en el afecto emocional y en la disposición de estar presentes en la vida cotidiana de los hijos. Es en el día a día, en el compartir experiencias, en el brindar apoyo emocional y en la construcción de vínculos afectivos donde se forja la verdadera paternidad”, afirma Paola Hoyos, directora interina de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz. 

De ahí la importancia de reconocer que cada padre vive este proceso de manera única y personal. Algunos pueden sentir una conexión instantánea con su hijo desde el momento del nacimiento, mientras que para otros puede requerir un tiempo para desarrollar ese vínculo emocional.  

Milton Zelada, que tiene dos hijos universitarios, asegura que el padre “se hace” porque “es decisión de cada persona asumir la paternidad y lo que conlleva dicha responsabilidad. Un padre no es solo un proveedor de recursos económicos”.

Hoy, varios países de tradición católica, entre ellos Bolivia, celebran el Día del Padre, de forma coincidente con la festividad de San José.

Rol del padre

Uno de los aspectos más significativos del papel de los padres es su capacidad para transmitir valores y principios éticos a sus hijos. 

A través de sus acciones y palabras, los padres moldean las percepciones de los niños sobre lo correcto e incorrecto, la empatía, la honestidad, el respeto o la integridad. Estos valores sirven como cimientos sólidos para que los hijos enfrenten desafíos y tomen decisiones éticas a lo largo de sus vidas.

“Mi papá es una persona que me inspira a seguir mis sueños. Es una pieza importante para mi familia y para mí”, dice Matías Philco Izaguirre, joven universitario que sueña devolver el cariño y las enseñanzas recibidas de parte de su padre, regalándole un auto o una casa, cuando ya sea profesional.

Paola Hoyos explica que se reconoce cada vez más la importancia del vínculo emocional y el tiempo de calidad que los padres pasan con sus hijos, ya que están asumiendo un papel más activo en actividades como el cuidado diario, la educación y el apoyo emocional de sus hijos.

“Se espera que los padres no solo provean financieramente, sino que también estén presentes emocionalmente para sus hijos, brindándoles apoyo, orientación y afecto, se reconoce que los padres desempeñan un papel fundamental en la transmisión de valores, tradiciones y conocimientos a sus hijos”, explica.

Además, el apoyo emocional que los padres brindan es fundamental para el bienestar psicológico de los hijos. La presencia constante de figuras parentales amorosas y comprensivas contribuye a desarrollar la autoestima, la confianza en sí mismos y la capacidad de establecer relaciones saludables. 

“Cuando hablan de papá, automáticamente, viene a mi mente la figura de mi abuelito, quien asumió ese rol luego que mi papá se separó de mi mamá y se fue a vivir a otra ciudad. Si me gusta el fútbol, si soy hincha del Tigre, es gracias a él”, recuerda Wendel, con nostalgia y la voz entrecortada. 

Los padres que fomentan un ambiente de aceptación y afecto crean un espacio seguro donde los hijos se sienten valorados y pueden expresar libremente sus emociones.

Otro aspecto relevante es el papel de los padres como modelos a seguir. Los hijos observan y aprenden de las acciones y actitudes de sus padres, lo que influye en su propio comportamiento y desarrollo de habilidades sociales. 

Lucía es hija de madre soltera, la referencia más próxima que tiene de “papá” son sus tíos y su propia mamá. “Afecta no tener papá porque al final es otra visión, no tanto como ejemplo sino como la mirada del otro género. Influye en la forma en la que construyes tu mentalidad, porque las mujeres no pensamos igual que los hombres. Si así se comporta mi papá, con seguridad así se comportará tu chico o tu pareja”.

Es fundamental que los padres sean conscientes de su conducta y busquen ser ejemplos positivos, demostrando respeto, empatía, resiliencia y responsabilidad.

“Sin las recomendaciones o lecciones que aprendí de su vida, y de él mismo, hubiera caído en varias situaciones peligrosas”, afirma Jorge López, un estudiante universitario de la carrera de Periodismo.

Zelada, por su parte, señala que el rol del padre en estos tiempos es de orientador, junto con la madre, para garantizar educación, salud, soporte económico y el disfrute, además de apoyar en la disciplina, inculcar valores, y otros que garanticen a los hijos un equilibrio en su futuro.

“Lamentablemente, en la sociedad actual, la figura paterna se mantiene como proveedor de recursos y símbolo de dureza y disciplina, lo cual no considero correcto, porque ése es un rol de ambos padres”, agrega.

Solo de pensar en su papá, a Viviana se le llenan de lágrimas los ojos. “No saben cuánto añoro estar cerca de mi papá, de sus cuidados, de sus mimos y de la energía positiva que me transmite. No estoy cerca de él porque se tuvo que ir a vivir a otra ciudad por temas de salud”.

La joven recuerda que hace como cinco años, cuando ella se inscribió en un concurso de danza, su papá la agarró, la abrazó y le dijo ‘que todo lo que hayas ensayado valga la pena, tienes todo para ganar, no te sientas mal porque yo estoy aquí para apoyarte’.

“Si mi papá me dice te quiero, ya estoy llorando (…) es la persona que más sensible me pone, por todo el amor que tiene para dar. Ésa es la conexión profunda que tengo con él”, puntualiza.

«Se hace. Cada día se aprende a ser papá, a compartir, a respetar, a disfrutar, a dar y recibir amor en familia»

 

Cuáles son las principales dificultades que enfrenta un padre

Hoyos manifiesta que las principales dificultades son:

  • Cambios en la estructura familiar: con divorcios o separaciones se pueden plantear desafíos adicionales para los padres. Adaptarse a nuevas dinámicas familiares y mantener una relación positiva con los hijos requiere un esfuerzo adicional por parte de los padres.
  • Comunicación: la comunicación efectiva con los hijos puede ser un desafío, especialmente durante la adolescencia.  
  • Equilibrio trabajo-vida: la presión para proporcionar recursos económicos puede dificultar la capacidad de pasar suficiente tiempo de calidad con los hijos y esto genera un desequilibrio emocional, que puede afectar al entorno.
  • Presiones sociales y culturales: puede incluir presiones para tener éxito profesional, criar hijos ‘perfectos’ o adherirse a normas culturales específicas sobre la paternidad.

“Ser padre implica enfrentar una serie de desafíos, sin embargo, reconocer y abordar estas dificultades con paciencia, apoyo y comunicación abierta puede ayudar a los padres a superar estos desafíos y fortalecer sus relaciones con sus hijos y su familia en general”, puntualiza la académica. 

La paternidad es un viaje lleno de desafíos, pero también de oportunidades para crecer, aprender y construir conexiones significativas con los hijos. El papel de los padres en la vida de los hijos es invaluable. Su influencia se extiende más allá de la infancia, dejando una huella profunda en la identidad y el desarrollo personal de los hijos a lo largo de sus vidas.  

“La paternidad me cambió completamente. Soy capaz de sacrificar mi vida por la de mi hija. Ella es mi vida”, dice Cristian Torrez, a propósito de su pequeña hija que, desde este año, empezó a ir a la guardería.

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