Por Rene Castellón
La obesidad o sobrepeso puede considerarse como la epidemia del siglo XXI. Actualmente está considerada como uno de los principales problemas de salud pública.
Como cualquier padecimiento es gradual y puede avanzar si es que no se toman previsiones para frenarlo a tiempo. La obesidad puede llegar a un punto en que se convierte en mórbida, es decir, que sea capaz de provocar la muerte.
La Organización Mundial de la Salud ha señalado un método para establecer el nivel de obesidad en el que se encuentra una persona. Se sugiere utilizar el Índice de Masa Corporal (IMC), que se calcula dividiendo el peso corporal, establecido en kilogramos, entre la talla, determinada en metros.
El coordinador de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo – Unifranz, José Encinas, explica el valor de la fórmula. Una persona tiene obesidad cuando tiene un sobrepeso de 30 kilos por encima de su peso ideal. La obesidad mórbida se establece cuando el sobrepeso supera los 40 kilos. En este último caso, hay que preocuparse.
El sobrepeso se presenta con malestares como dolor en las articulaciones o espalda, apetito desenfrenado, fatiga o ronquido.
Pero cuando una persona ha ingresado al nivel de la obesidad mórbida este padecimiento está asociado con enfermedades crónicas como las del corazón, diabetes, hipertensión arterial y algunos tipos de cáncer. Y también a problemas emocionales o de rechazo, lo que afecta su calidad de vida. Pero lo que es peor, esta persona puede ver reducida su esperanza de vida.
Malos hábitos
En Bolivia, la obesidad también es uno de los problemas principales de salud pública, según advirtió en 2022 la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO), pues señaló que el país «está un poquito peor que el resto de América del Sur». En Bolivia el 28% de su población es obesa, mientras que la tasa subregional es de 23%.
Encinas apunta a que las causas de esta situación tienen que ver con el abandono de la dieta tradicional andina, de la fruta y la falta de costumbre de consumir verduras. Esto acompañado de consumo excesivo de guisos tradicionales y de frituras de todo tipo.
“Recuperar la esencia alimentaria es una de las claves, y no descuidarse pasa por ser vital, pues instalar los buenos hábitos en la infancia tiene recompensas después”.
En la «Estrategia Mundial OMS sobre Régimen Alimentario, Actividad Física y Salud», se exhorta a todas las naciones a que adopten medidas para mejorar las dietas y los hábitos de actividad física en la población.
Los cuidados
Para enfrentar el sobrepeso, Encinas señala que las personas pueden intentar el cuidado personal, que implica hacer cambios en su estilo de vida, como por ejemplo, seguir una dieta más saludable, reducida en carbohidratos y grasas, y además hacer ejercicio. También sugiere someterse a una terapia del comportamiento para modificar los hábitos de vida y de consumo.
Pero en el caso de una persona que padece obesidad mórbida, probablemente las diferentes dietas, ejercicios o medicamentos no proporcionen resultados. En estos pacientes, tal vez la única forma de solucionar el problema pueda ser un tratamiento quirúrgico, afirma el especialista.
Entre los tratamientos quirúrgicos se destacan el bypass gástrico (que consiste en crear una pequeña bolsa en el estómago y conectarla directamente al intestino delgado), la gastroplastia vertical (cuando la porción superior del estómago cerca al esófago se cierra con grapas en forma vertical) y el banding gástrico (que consiste en una anilla de silicona ajustable que se coloca alrededor de la boca del estómago).