En el constante devenir de la educación, el enfoque lúdico emerge como un catalizador poderoso para el proceso de enseñanza aprendizaje, ofreciendo un ambiente dinámico y estimulante donde los estudiantes pueden desarrollar habilidades y conocimientos de manera más efectiva.
¿Qué son las metodologías lúdicas? ¿Cuál es su importancia en la transformación de la educación? La comprensión de estas metodologías y su influencia en el desarrollo educativo serán abordados por Imma Marín y Esther Hierro de la consultora española Marinva, especializada en el uso del juego como metodología para la transformación, durante el “V Foro Internacional de Innovación Educativa: El futuro de la educación, reflexiones desde Bolivia para Latinoamérica” (FIIE 2024), que se realizará en Santa Cruz de la Sierra el 2 y 3 de mayo próximos, organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Al abordar el aprendizaje lúdico, Marín y Hierro diferencian entre dos enfoques complementarios pero distintos: aquellos que se centran en el comportamiento para el aprendizaje y los que promueven una actitud lúdica hacia el proceso educativo.
Metodologías basadas en el comportamiento para el aprendizaje
Este primer grupo de metodologías se enfoca en la utilización de técnicas y herramientas específicas para inducir comportamientos que faciliten la adquisición de conocimiento. Entre las más destacadas se encuentran:
1 Aprendizaje basado en juegos: emplea juegos preexistentes o diseñados específicamente con objetivos educativos. Al fusionar la diversión inherente del juego con los objetivos de aprendizaje, se crea un ambiente propicio para la absorción de conceptos y habilidades.
2 Dinámicas lúdicas para el aprendizaje: los estudiantes son desafiados a resolver situaciones desde una perspectiva lúdica. Estas dinámicas fomentan el pensamiento crítico, la colaboración y la creatividad, mientras se mantienen comprometidos con el contenido académico.
3 Capa lúdica: integra elementos lúdicos para estimular una mentalidad abierta al aprendizaje. Al conectar la mente con una disposición receptiva, se facilita la absorción y retención de información.
Promoción de una actitud lúdica para el aprendizaje
Por otro lado, existe una estrategia más holística que busca infundir un espíritu de juego en todo el proceso educativo. Esta perspectiva no se limita a técnicas específicas, sino que abarca una filosofía más amplia que transforma la experiencia de aprendizaje.
“Se trata de llevar el espíritu de juego al aprendizaje, de forma que se crea un espacio seguro para explorar ideas de maneras ‘no convencionales’, asumir riesgos y ser vulnerables, donde el juicio y la crítica están permitidos en un espacio donde no serán juzgados. “, indican las expertas.
El juego, en estos casos, se convierte en un lugar donde el error no es penalizado, donde todo es posible y los desafíos se presentan como oportunidades para el crecimiento.
Esta visión estratégica constituye la base de toda intervención lúdico-pedagógica. Al cultivar una actitud lúdica hacia el aprendizaje, se fomenta la curiosidad, la autonomía y el amor por el conocimiento, preparando a los estudiantes para enfrentar los desafíos del siglo XXI con confianza y resiliencia.
La integración efectiva de estas metodologías lúdicas en el aula no solo enriquece la experiencia educativa, sino que también promueve un aprendizaje duradero y significativo que trasciende los límites de lo convencional.
Enfoque lúdico en el proceso de enseñanza aprendizaje
El enfoque lúdico en el proceso de enseñanza aprendizaje es una metodología educativa que utiliza el juego como herramienta central para facilitar la adquisición de conocimientos, habilidades y actitudes en los estudiantes. Reconoce que el juego es una actividad natural en el desarrollo humano, que no solo entretiene, sino que promueve el aprendizaje de manera activa, participativa y significativa.
En lugar de concebir el aprendizaje como un proceso pasivo de recibir y memorizar información, el enfoque lúdico fomenta la exploración, la experimentación y la resolución de problemas a través de actividades lúdicas. Esto puede incluir juegos de roles, rompecabezas, simulaciones, competencias, entre otros recursos que involucren la participación activa de los estudiantes.
También implica la creación de un ambiente educativo que promueva la creatividad, la colaboración, la autonomía y el disfrute del proceso de aprendizaje. Busca transformar el aula en un espacio dinámico y estimulante donde los estudiantes se sientan motivados y comprometidos con su propio aprendizaje.
Finalmente, reconoce el valor del juego como una herramienta poderosa para motivar, comprometer y potenciar el desarrollo integral de los estudiantes, convirtiendo el aprendizaje en una experiencia divertida, significativa y transformadora.
“En la educación tiene que haber emoción, tiene que haber ciertas reglas del juego. Y creo que lo más importante es que el estudiante, el universitario, cuando está dentro de un ambiente de juego, se siente en libertad”, explica Pablo Llano, de la Jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de Unifranz.
La IA se integra a la educación
La inteligencia artificial (IA) puede enriquecer las experiencias de aprendizaje lúdico promoviendo la participación, la motivación y el logro, en cuanto permite invertir energía en aquello que es realmente importante: en conectar conocimientos, pensar, analizar, proponer soluciones desde la creatividad humana.
Así, según Marín y Hierro, la IA nos permite llevar a cabo sueños del aprendizaje lúdico, como es la adaptación al progreso y necesidades individuales basados en los niveles de habilidad y estilo de aprendizaje de cada persona.
“De igual manera, nos permite desarrollar propuestas lúdicas que facilitan la retroalimentación personalizada, ajustando la dificultad según los avances de cada estudiante. También nos permite una suerte de tutorización virtual que deja a los humanos la parte realmente importante: hacer las preguntas poderosas y acompañar en la búsqueda constante de respuestas”, concluyen las dos speakers del Foro Internacional de Innovación Educativa.