La meningitis puede ser devastadora si no se la cura a tiempo 

La meningitis puede ser devastadora si no se la cura a tiempo 

Por Lily Zurita

La meningitis, una inflamación de las membranas que rodean el cerebro y la médula espinal, es un gran problema de salud pública en el mundo por sus consecuencias devastadoras en la persona que la contrae y graves secuelas a largo plazo, sumadas a los altos índices de letalidad.

Esta enfermedad, que es provocada por diferentes agentes como las bacterias y virus, puede generar complicaciones serias y poner en riesgo la vida de quienes la padecen. Por ello, la prevención y la información son fundamentales en la lucha contra esta enfermedad.

“La meningitis es una inflamación aguda de las meninges, las membranas que recubren el cerebro y la médula espinal. Esta condición puede ser provocada por una variedad de agentes patógenos, incluyendo bacterias, virus, hongos y parásitos, o por procesos no infecciosos como enfermedades autoinmunes y ciertos medicamentos”, indica Griselda Vargas, directora de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

En promedio, el periodo de incubación es de cuatro días, pero puede durar entre dos y diez días. Los síntomas más frecuentes son rigidez de nuca, fiebre alta, fotofobia, confusión, cefaleas y vómitos. Incluso con un diagnóstico precoz y un tratamiento adecuado, entre el 5% y el 10% de los pacientes mueren, en general en las 24 a 48 horas posteriores a la aparición de los síntomas. 

La meningitis bacteriana puede causar lesiones cerebrales, pérdida de audición o una discapacidad de aprendizaje en el 10% al 20% de los supervivientes.  

Este miércoles, el reporte de un brote de meningitis en la Academia Nacional de Policías en La Paz puso en alerta al sistema público de salud con el establecimiento de medidas preventivas para evitar nuevos brotes de contagio en la ciudad. Adicionalmente, se informó que el cadete afectado recibe atención médica en el Hospital Obrero y que la Anapol fue encapsulada, entre otras medidas preventivas.

La meningitis puede ser devastadora si no se la cura a tiempo

¿Qué es la meningitis bacterial y viral?

Vargas explica que las meningitis más comunes son  cuatro:

  1. Meningitis bacteriana: es causada por bacterias como Neisseria meningitidis (meningococo), Streptococcus pneumoniae (neumococo), y Haemophilus influenzae tipo b (Hib). La transmisión suele ocurrir a través de gotitas respiratorias y contacto cercano con una persona infectada.
  2. Meningitis viral: causada por virus como enterovirus, virus del herpes simple (VHS), virus del Nilo Occidental, entre otros. La transmisión es generalmente fecal-oral (en el caso de enterovirus) o a través de secreciones corporales infectadas.
  3. Meningitis fúngica: es menos común, típicamente afecta a individuos inmunocomprometidos. Un ejemplo es la meningitis por Cryptococcus neoformans, que puede afectar a personas con VIH/SIDA.
  4. Meningitis parasitaria: muy rara y generalmente adquirida a través de la exposición a aguas contaminadas. Naegleria fowleri es un parásito que puede causar una infección cerebral severa conocida como meningoencefalitis amebiana primaria (MAP).

Síntomas y tratamiento

Los síntomas de la meningitis pueden variar, pero comúnmente incluyen fiebre, dolor de cabeza intenso, rigidez en el cuello y sensibilidad a la luz. En casos graves, pueden presentarse vómitos, confusión, convulsiones y coma. 

En caso de sospecha, es crucial buscar atención médica inmediata, ya que el tratamiento temprano puede mejorar significativamente el pronóstico.

Prevención

La prevención de la meningitis bacterial y viral se centra en varias medidas clave:

  1. Vacunación: las vacunas son una herramienta crucial en la prevención de la meningitis. Existen vacunas disponibles para prevenir la meningitis bacteriana causada por diferentes tipos de bacterias, como la vacuna contra el meningococo, la vacuna contra el neumococo y la vacuna contra Hib. Es importante mantener al día las vacunas recomendadas por las autoridades sanitarias.
  2. Higiene personal: lavarse las manos con frecuencia, especialmente después de toser o estornudar, puede ayudar a prevenir la propagación de virus y bacterias que pueden causar meningitis.
  3. Evitar el contacto cercano con personas enfermas: la meningitis puede propagarse a través de la saliva y las secreciones respiratorias de personas infectadas. Evitar el contacto cercano con personas enfermas puede reducir el riesgo de contraer la enfermedad.
  4. Prácticas sexuales seguras: algunos tipos de meningitis viral pueden transmitirse a través de las relaciones sexuales. Practicar sexo seguro, como el uso de preservativos, puede ayudar a prevenir la transmisión de virus que pueden causar meningitis.
  5. Mantener un sistema inmunológico saludable: un estilo de vida saludable, que incluya una dieta equilibrada, ejercicio regular y suficiente descanso, puede ayudar a fortalecer el sistema inmunológico y reducir el riesgo de contraer infecciones, incluida la meningitis.
  6. Educación y concienciación: es crucial que las personas conozcan la seriedad de la enfermedad y cómo evitar su propagación.
  7. Monitoreo de la salud: realizar vigilancia activa en personas vulnerables para detectar síntomas tempranos de meningitis y asegurar un acceso rápido a atención médica.  

Es crucial entender que la meningitis, particularmente la bacteriana, es una emergencia médica que requiere intervención rápida. La identificación temprana de los síntomas y el inicio inmediato del tratamiento pueden significar la diferencia entre la recuperación y complicaciones severas o la muerte. 

“La prevención es fundamental y la vacunación es la estrategia más efectiva para prevenir brotes de meningitis. Las autoridades de salud pública deben implementar programas de vacunación y campañas de concienciación para educar a la población sobre la importancia de las vacunas y las medidas preventivas”, reflexiona la académica.

En caso de brotes, la coordinación entre los profesionales de la salud, las autoridades y la comunidad es esencial para controlar la propagación de la infección y proteger a los más vulnerables. 

“La implementación de protocolos de manejo de brotes, incluyendo el aislamiento de casos sospechosos y el tratamiento profiláctico de contactos cercanos, puede ayudar a contener la enfermedad y reducir su impacto”, concluye Vargas.

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