Por Manuel Filomeno
Vivimos en una tierra de emprendedores, la falta de oportunidades o el deseo de independencia nos hace buscar la manera de ser nuestro propio jefe, de explotar nuestras ideas o de cambiar de aires. “Sin embargo, así como miles de empresas se crean cada día, un gran porcentaje de ellas no sobrevivirán hasta el próximo año”, dice Julio Tovar.
Tovar, experto peruano en liderazgo e innovación, participó en el Futures Week, evento organizado por la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el cual reunió a una treintena de líderes internacionales con un millar de jóvenes de las ciudades de El Alto y Cochabamba, con el objetivo de elaborar propuestas y proyectos para la construcción de las ciudades del futuro.
El empresario peruano señala que el emprendimiento es una herramienta de cambio social, ya que transforma las comunidades con creatividad y trabajo.
“En Perú, el emprendimiento es un rasgo distintivo. Según Rolando Arellano, Perú es el país más emprendedor del mundo, con un emprendimiento por cada 13 habitantes. Este espíritu emprendedor ha sido clave para la economía del país, especialmente durante la pandemia. Los emprendedores peruanos, que representan el 85% de la población, han mantenido la economía a flote incluso en tiempos difíciles”, explica.
Sin embargo, para emprender no basta con el esfuerzo propio, expresa Tovar, sino que es necesario planificar y adaptarse para alcanzar nuestras metas.
“Para mí, emprender es pasar de un punto A a un punto B, con la expectativa de que en el punto B las cosas estarán mejor. Sin embargo, muchos emprendedores no tienen claro su punto B, lo que lleva al fracaso. Es crucial planificar cómo llegar al punto B, en qué tiempo, con qué recursos y con qué objetivos. Este entendimiento es lo que genera el éxito en un emprendimiento”, afirma.
Cuando asesoro a mis clientes, siempre empezamos con los objetivos SMART. Esta teoría establece que, para iniciar un proyecto, debes ser específico sobre lo que deseas lograr, tener una forma de medir el progreso, asegurarte de que sea realista y establecer un tiempo determinado para alcanzarlo.
Los objetivos SMART son los puntos que determinan las prioridades de una empresa y propician su crecimiento y éxito. Además, permiten medir los resultados de su trabajo, por tanto, orientarlo. Estos criterios son específicos, medibles, alcanzables, relevantes y en tiempo.
“Sin embargo, muchos emprendedores fracasan porque no planifican adecuadamente. En lugar de solo esforzarse, es vital definir claramente el punto B, el objetivo final del emprendimiento. Es importante entender que el valor no reside en el producto en sí, sino en la historia y el conocimiento que se le añade”, agrega.
Pasado, presente y futuro
El experto enfatiza que el tiempo puede ser un aliado en el éxito de los negocios.
“Los filósofos han debatido sobre cómo el presente, el pasado y el futuro se entrelazan. El tiempo no es una serie de instantes estáticos, sino una vibración continua que podemos aprovechar en el emprendimiento. Transformar el tiempo de enemigo a amigo puede ser clave para el éxito de cualquier proyecto”, manifiesta.
Tovar apunta que, al ver los mercados, estos se pueden percibir un universo lleno de oportunidades.
“Cada mercado es una fuente de potencial emprendedor. El pasado nos ofrece una arqueología de datos vital para aquellos que quieren minimizar riesgos y obtener resultados seguros”, expresa.
Durante la pandemia, Tovar cuenta que tuvo que encontrar nuevas oportunidades para sobrevivir, ya que su empresa principal sufrió un duro golpe debido a la paralización de la producción y las restricciones de movimiento.
“Me volqué a la exportación, revisando datos históricos para identificar productos seguros como la palta y el mango. Esto me permitió entrar en un negocio con riesgos mínimos y resultados confiables. Así que, si eres un inversionista cauteloso, usa los datos del pasado para minimizar riesgos”, dice.
En segundo lugar, el experto explica que el presente requiere observación. “Mi primer negocio de yogur a los nueve años se basó en observar y responder a una necesidad inmediata. Ahora, estoy abriendo un negocio de productos saludables en Lima tras observar una falta de postres saludables en restaurantes. Utilizar el presente como aliado significa identificar necesidades actuales y responder a ellas eficazmente”.
Finalmente, el futuro, dice Tovar, es para quienes se arriesgan y proyectan, ya que este escenario es el que más incertidumbre genera.
“Para quienes buscan grandes márgenes y están dispuestos a asumir riesgos, el futuro es el camino. Inversiones en tecnologías emergentes como la inteligencia artificial, energías renovables y biotecnología prometen altos retornos. Tienes que utilizar el tiempo a tu favor: analiza el pasado, observa el presente y construye el futuro”, concluye.