Desde su adolescencia, Margarita sufre de fuertes y recurrentes migrañas que la dejan exhausta y afectada anímicamente. Los achaques le duran, al menos, dos días y van acompañados de vómitos e intolerancia a la luz y al ruido, al extremo que debe aislarse completamente en su dormitorio y pedir permiso en su fuente laboral.
La migraña es un trastorno del sistema nervioso central que se caracteriza por la presencia recurrente de cefaleas, generalmente pulsátiles, acompañadas de síntomas autonómicos y un aumento en la sensibilidad a estímulos como la luz, el sonido y el movimiento.
En los últimos años, la migraña ha sido redefinida como una enfermedad crónica con episodios intermitentes. Su prevalencia es aproximadamente del 12% en la población, siendo más común en mujeres con una proporción de tres mujeres afectadas por cada hombre.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció a la migraña crónica como una enfermedad altamente discapacitante porque obstaculiza la actividad diaria. Las personas que la padecen afrontan graves dificultades en casi todos los aspectos de su vida, tanto en lo físico y lo emocional, como en lo social y laboral.
Se trata, según la OMS; de la octava enfermedad más discapacitante de la humanidad en días de capacidad por años vividos ya que el 40% de los pacientes sufre más de un ataque al mes, que dura más de 24 horas en el 50% de casos, y es de intensidad de dolor moderado en el 20% y grave en el 80%. Asimismo, su pico de prevalencia se sitúa entre los 25 y 55 años, que es la etapa más productiva de la vida.
Aunque existen varios tipos de migraña, los más estudiados son la migraña sin aura (la más común porque no hay síntomas neurológicos focales asociados ni antes ni con el dolor de cabeza) y la migraña con aura (o clásica, un dolor de cabeza recurrente que aparece después o al mismo tiempo que los trastornos sensitivos llamados aura y que pueden incluir destellos de luz, puntos ciegos y otros cambios en la visión u hormigueo en la mano o la cara).
“La aparición de los episodios de dolor está influenciada por factores genéticos o desencadenantes externos”, indica Fernando Siles, docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Los síntomas más comunes de la migraña incluyen dolor de cabeza unilateral pulsante, náuseas, vómitos, sensibilidad a la luz (fotofobia) y al sonido (fonofobia).
Algunas personas también experimentan aura, que puede incluir síntomas visuales o sensoriales antes o durante un ataque de migraña.
La migraña y el dolor de cabeza no son lo mismo. La migraña suele ser más intensa y debilitante que un simple dolor de cabeza. Sus síntomas característicos son el dolor pulsante, la fotofobia y la fonofobia, que ayudan a distinguirla de un dolor de cabeza común.
No se debe ignorar el dolor de cabeza por migraña
Siles indica que, durante un ataque de migraña, se deben evitar los desencadenantes conocidos y se debe buscar un ambiente tranquilo y oscuro para descansar.
“No es aconsejable ignorar el dolor y continuar con las actividades normales, ya que esto puede empeorar los síntomas”, dice el académico.
Asimismo, explica que, para algunas personas, ciertos alimentos pueden desencadenar ataques de migraña. Los desencadenantes alimentarios comunes incluyen el alcohol, la cafeína, el chocolate, los alimentos procesados, los lácteos y los alimentos con alto contenido de tiramina, como los quesos envejecidos.
La migraña no se cura
La migraña no tiene una cura definitiva, pero se puede tratar y controlar eficazmente. El académico explica que el tratamiento puede incluir medicamentos para aliviar el dolor durante los ataques agudos, así como medicamentos preventivos para reducir la frecuencia y la gravedad de los ataques.
“Además, el manejo de los desencadenantes, el estilo de vida y la gestión del estrés son importantes para el control de la migraña”, reflexiona el profesional médico a tiempo de recomendar que las personas que sufren de migraña deben buscar la atención de un profesional de la salud para obtener un diagnóstico preciso y un plan de tratamiento personalizado.
La migraña puede ser extremadamente incapacitante, pero con el enfoque terapéutico adecuado y la identificación de los desencadenantes pertinentes, muchas personas pueden disfrutar de una vida normal y controlar eficazmente sus síntomas.
“Es de suma importancia evitar la automedicación, porque, en ocasiones, los pacientes pueden confundir un simple dolor de cabeza con una migraña y recurrir a medicamentos antimigrañosos de venta libre, lo cual puede resultar en una menor eficacia de estos fármacos durante un auténtico episodio”, finaliza.