Por Lily Zurita
“Hipnótico” es una película de suspenso estrenada en 2021, cuya trama gira en torno a una joven que, sintiéndose estancada personal y profesionalmente, busca la superación a través de un misterioso hipnoterapeuta, con el que se somete a sesiones intensas de hipnosis. Lo que al principio parecía una técnica de ayuda, acaba atrapándola en un juego mental mortal con consecuencias aterradoras.
Cuando se habla de la hipnosis es casi imposible no ponernos a pensar en una película de suspenso de terror, donde un paciente o un individuo es controlado mentalmente y con malas intenciones. Sin embargo, la ficción no siempre refleja la realidad.
Al margen de lo que sucede en Hollywood, ¿cómo es la hipnosis en la vida real?
“La realidad es otra”, dice Cristofer Ortiz, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien afirma que la hipnosis, en manos de profesionales capacitados, generalmente, es segura.
“Sin embargo, como con cualquier intervención terapéutica, hay riesgos potenciales si se utiliza incorrectamente. Por ejemplo, la hipnosis no es adecuada para personas con ciertos trastornos mentales o aquellos que no están dispuestos a participar activamente”, puntualiza.
La hipnosis es un estado alterado de conciencia caracterizado por la atención enfocada y la relajación profunda. En este estado, la mente está más receptiva a las sugerencias. Aunque algunas personas pueden pensar en la hipnosis como un sueño, es un estado consciente en el cual la persona puede hablar y participar activamente en el proceso.
En 2014, la American Psychological Association definió la hipnosis como “un estado de conciencia que implica la atención focalizada y conciencia periférica reducida, caracterizado por una mayor capacidad de respuesta a la sugestión”.
El docente universitario explica que la hipnosis surgió gracias a la gran necesidad terapéutica que había muchas décadas atrás. “Como sabemos, no todo lo que pensamos y hacemos es 100% consciente, hay ciertos rasgos, patrones y pensamientos que son inconscientes y muy difícil de acceder a ellos, incluso, para el paciente mismo. Entonces, la hipnosis surgió como una técnica con la cual se pueden conocer los detalles de aquellos recuerdos y pensamientos reprimidos”.
Esta técnica sólo puede y debe ser puesta en práctica por terapeutas calificados en el área de la hipnosis, por lo que se desmiente la típica creencia del mago o brujo que puede hipnotizar a quien quieran con chasquear solamente los dedos. No funciona así.
“En este estado, la mente está más receptiva a las sugerencias. Aunque algunas personas pueden pensar en la hipnosis como un sueño, es un estado consciente en el cual la persona puede hablar y participar activamente en el proceso”, indica.
Por qué se realiza
Ortiz señala que “la hipnosis con fines terapéuticos se utiliza para ayudar a las personas a superar una variedad de problemas psicológicos y físicos”. Por ejemplo, puede ser eficaz en el tratamiento de la ansiedad, el estrés, las fobias, el dolor crónico, los trastornos del sueño y adicciones.
También se ha utilizado en la modificación de comportamientos no deseados, como dejar de fumar o perder peso.
Según la Clínica Mayo, la hipnosis puede ser una manera eficaz de lidiar con el estrés y la ansiedad antes de un procedimiento médico, como una biopsia de mama. También puede ser útil para:
- Control del dolor, para sobrellevar el dolor producto de quemaduras, cáncer, trabajo de parto, síndrome de colon irritable, fibromialgia, problemas de mandíbula, procedimientos dentales y dolores de cabeza.
- Sofocos, para aliviar los sofocos que causa la menopausia.
- Cambios en la conducta, tales como problemas del sueño y el hábito de mojar la cama, fumar o comer en exceso.
- Tratamiento contra el cáncer, ya que alivia los efectos secundarios de la quimioterapia y la radioterapia.
- Enfermedades de salud mental, a fin de reducir la ansiedad relacionada con miedos y fobias.
Hay que superar mitos
Ortiz indica que existen muchos mitos en torno a la hipnosis y que uno de los principales es que las personas pierden el control durante la hipnosis. “Una aseveración falsa porque el paciente mantiene la capacidad de tomar decisiones y recordar lo que sucede”.
La hipnosis requiere la cooperación del individuo, y no se puede forzar a nadie a hacer algo en contra de su voluntad. Otra idea errónea es que sólo ciertas personas pueden ser hipnotizadas, pero la mayoría de las personas pueden experimentar algún grado de hipnosis.
“Implica un estado de relajación profunda y atención focalizada, pero no es equivalente a estar dormido. La persona está consciente y puede participar activamente en el proceso”, puntualiza.
En su artículo académico “Sobre la validez y eficacia de la hipnosis clínica. Valoración crítica del documento Observatorio OMC contra las pseudociencias, pseudoterapias, intrusismo y sectas sanitarias en relación con la hipnoterapia”, Héctor González-Ordi (profesor en la Facultad de Psicología de la Universidad Complutense de Madrid) recuerda que la hipnosis tiene una larga historia como técnica reconocida y aceptada por las asociaciones profesionales internacionales médicas y psicológicas, que se remonta a mediados del siglo pasado.
“Algunos hitos que podemos destacar son los siguientes: en 1955, la British Medical Association fue la primera organización profesional que aprobó el uso médico de la hipnosis. Posteriormente, siguieron esa tradición en la validación profesional la Canadian Medical Association y la Canadian Psychological Association en 1958; la American Psychological Association, Division 30 ‘Society of Psychological Hypnosis’, en 1960; la American Psychiatric Association en 1961; The Royal Society of Medicine del Reino Unido, que crea una sección sobre ‘hipnosis y medicina psicosomática’, en 1978; y, en 2001, la British Psychological Society valida la técnica para su empleo en el ámbito de la Psicología Clínica”, afirma el académico europeo.
Por su parte, Ortiz aclara que la hipnoterapia efectiva generalmente requiere habilidades y formación especializada, aunque hay técnicas que cualquier persona puede aprender para inducir un estado de trance ligero,
“No todos responden de la misma manera a la hipnosis, y un terapeuta capacitado puede adaptar su enfoque para satisfacer las necesidades individuales”, afirma.
Es fundamental comprender que la hipnosis no es una panacea y no funciona para todos. Además, la calidad de la relación entre el hipnoterapeuta y el paciente es crucial para el éxito de la terapia.