La cultura de paz en el mundo ha desarrollado valores sociales de convivencia afectiva y efectiva en la humanidad. El transcurso de la historia global motivó a generar métodos alternos de pacificación, al margen de las disputas en estrados judiciales. Esta revolución de enfoque se basa en la educación y buenas prácticas desde la academia, con un modelo que tenga un fin preventivo.
El manejo del concepto de justicia, en cada nación, refleja el tipo de metodología aplicada en la resolución de controversias o conflictos sociales. Es un criterio cultural y es en este ámbito que el pilar fundamental de la educación debe generar una transformación de las personas, en las etapas de escolaridad, universitaria o de especialidad.
La educación para la paz y la metodología socioafectiva plantean ocho tipos de competencias que pueden ser aplicadas en aulas para generar la adquisición de valores para el respeto de los Derechos Humanos. Se relaciona también con la comunicación lingüística, que desarrolla la convivencia afectiva, a través de la escucha activa, empatía y asertividad. Así lo afirma David Balderrama, docente de la materia de Métodos Alternativos de Solución de Conflictos, de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Además de las competencias social y comunicacional ya mencionadas, la interacción con el mundo físico se suma en el desarrollo de la gestión positiva de conflictos con conocimiento y habilidades saludables. También está la Cultural y Artística, un ámbito que desarrolla la adquisición de ideas creativas.
Otra competencia de la educación para la paz es la autonomía e iniciativa personal, que fomenta la toma de decisiones. El listado propuesto por el académico continua con el aprender a aprender, que promueve el conocimiento para la convivencia sin violencia. La séptima competencia es el tratamiento de la información, con lectura comprensiva y valoración de mensaje. Y, finalmente, la matemática, cuyos métodos sirven para la resolución de conflictos.
Cuatro vías para resolver controversias
Bolivia asume la convivencia pacífica y busca promoverla. Así se refrenda en la Constitución Política del Estado que reseña: “(…) es un Estado pacifista, que promueve la cultura de la paz y el derecho a la paz, así como la cooperación entre los pueblos de la región y del mundo”, según recoge el artículo 10. En el territorio también se aplica la Ley 708, de Conciliación y Arbitraje.
Balderrama identifica cuatro metodologías aplicadas a la cultura de paz: la negociación, mediación, conciliación y arbitraje.
“Para que vivamos en un estado de derecho, un Estado debe garantizar la seguridad jurídica, para que la justicia sea pronta, oportuna y económica”, dijo el profesional de Unifranz.
En la explicación de Balderrama, la conciliación es un método de resolución. Ambas partes en conflicto acuden a un tercero imparcial, llamado conciliador, que les ayuda a encontrar una solución mutuamente satisfactoria. El conciliador no tiene poder de decisión, sino que facilita el diálogo y propone fórmulas de arreglo. Si las partes llegan a un acuerdo, se plasmará en un acta que tendrá valor de ‘cosa juzgada’ y podrá ser ejecutada judicialmente.
En el arbitraje, las partes en conflicto someten su controversia a un tercero imparcial, llamado árbitro o tribunal arbitral, que les impone una solución vinculante y definitiva. El laudo arbitral tiene valor de sentencia judicial y podrá ser ejecutado judicialmente.
En tanto, en la negociación, las partes en conflicto se comunican directamente entre sí para buscar una solución que satisfaga sus intereses. No hay intervención de un tercero, sino que los participantes se valen de sus propias habilidades y estrategias para negociar.
Finalmente, la mediación es un método por el cual las partes en conflicto acuden a un tercero imparcial llamado mediador, que les ayuda a comprender sus necesidades y emociones, y a generar opciones creativas para resolver su problema.
Balderrama afirmó que en Bolivia “hay un cambio de perspectiva”, sobre la conflictividad. El experto mencionó que las redes sociales son un instrumento valioso para dar a conocer estos métodos alternativos.