En tiempos de incertidumbre, la habilidad de tomar decisiones económicas acertadas y enfrentar los desafíos del futuro es primordial. Sin embargo, la mayoría de las personas no cuenta con los conocimientos necesarios para comprender términos como inflación, inversión, especulación o devaluación ni su impacto en nuestras vidas, lo que limita su capacidad de gestionar sus recursos de manera eficiente.
Según Osvaldo Nina, economista y docente de la carrera de Ingeniería Económica en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, el conocimiento en finanzas personales permite a las personas planificar mejor el uso de sus ingresos, proteger su poder adquisitivo y evitar errores financieros que podrían afectar su estabilidad económica.
«Esta comprensión facilita interpretar el contexto económico general, como las noticias sobre la situación del país, y les da herramientas para anticiparse a posibles crisis o aprovechar oportunidades de inversión», explica el especialista.
Por ejemplo, una persona que comprende el impacto de la inflación en el valor del dinero sabrá que, en lugar de simplemente ahorrar en una moneda que se devalúa, es preferible invertir en activos que mantengan o incrementen su valor a lo largo del tiempo. De igual forma, entender términos como recesión o especulación puede ayudar a evitar decisiones apresuradas basadas en información incorrecta o rumores financieros.
En tiempos de crisis, muchas personas buscan formas de proteger su dinero. Algunas optan por ahorrar en dólares, otras invierten en bienes raíces, mientras que algunas prefieren mantener su dinero en efectivo por temor a pérdidas. Según Nina, una de las mejores estrategias es la diversificación de inversiones.
«Si tienes dinero ahorrado, lo recomendable es mantenerlo en dólares o invertir en bienes raíces, dependiendo del capital disponible», aconseja la experta.
Las decisiones financieras deben tomarse con base en el conocimiento y no en el miedo o la incertidumbre. Por ello, es clave que cada persona se pregunte cómo generar más ingresos y en qué invertir para obtener mejores ganancias a futuro.
La falta de educación financiera no solo impide a las personas tomar decisiones acertadas, sino que también las deja vulnerables a crisis económicas y oportunidades desaprovechadas. Como señala Nina, «si una persona no entiende estos conceptos, tampoco tendrá idea de lo que ocurrirá en el futuro y qué hacer con su dinero».
Educación financiera: un reto global
A pesar de su importancia, la educación financiera sigue siendo un reto en muchos países. Según el informe de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) sobre educación financiera de 2022, solo el 33% de los adultos en los países miembros tiene un nivel adecuado de conocimientos financieros.
Esto significa que una gran parte de la población carece de las herramientas necesarias para tomar decisiones económicas informadas. Esta brecha es aún más evidente en países en desarrollo, donde la falta de acceso a educación financiera adecuada limita las oportunidades de progreso.
En Bolivia, el acceso a servicios financieros ha mejorado en los últimos años, aunque aún existen desafíos por superar. Un informe de Credicorp sobre el Índice de Inclusión Financiera en 2024, presentado en Lima, Perú, destaca que Bolivia dejó el último puesto en el ranking regional, superando a México en acceso y uso de servicios financieros.
Los avances se han dado en las áreas de uso y calidad, aunque el país todavía tiene uno de los puntajes más bajos en la región en cuanto a adopción del sistema financiero. Esto demuestra que, aunque el acceso ha mejorado, aún es necesario fortalecer la educación financiera para que más personas se beneficien de estas oportunidades.
La OCDE reveló que las personas que han recibido educación financiera son más propensas a ahorrar regularmente y administrar mejor sus deudas, en comparación con quienes no han recibido este tipo de formación.
El estudio de la institución internacional además indica que contar con conocimientos financieros permite a las personas:
Optimizar sus ingresos y hacer un mejor uso de su dinero.
Evitar deudas innecesarias y gestionar sus obligaciones financieras de manera eficiente.
Invertir de forma segura y aprovechar oportunidades económicas.
Garantizar estabilidad económica a largo plazo.
El impacto de la educación financiera no solo se refleja en la vida personal, sino también en la economía global. Una población con conocimientos financieros contribuye al crecimiento económico del país, ya que toma decisiones más responsables y sostenibles.
¿Cómo mejorar la educación financiera?
Para que la educación financiera se convierta en una herramienta efectiva, es fundamental que se implemente desde edades tempranas. Algunas estrategias clave incluyen:
Incorporar educación financiera en el currículo escolar: enseñar conceptos básicos sobre ahorro, inversión y presupuesto desde la escuela.
Facilitar el acceso a recursos educativos: crear programas de capacitación para adultos y jóvenes sobre finanzas personales.
Fomentar el uso de tecnología y herramientas digitales: aplicaciones y plataformas en línea pueden ayudar a las personas a mejorar sus habilidades financieras de manera interactiva.
Promover campañas de concienciación: gobiernos e instituciones financieras deben impulsar iniciativas para aumentar el conocimiento financiero en la sociedad.
Nina indica que la educación financiera no es una opción, sino una necesidad. Cuanto antes las personas adquieran conocimientos sobre finanzas, mayores serán los beneficios tanto a nivel individual como colectivo.
“Enfrentar los desafíos económicos del futuro requiere preparación y planificación. La educación financiera es la herramienta clave para tomar mejores decisiones, asegurar la estabilidad económica y garantizar el bienestar de las generaciones venideras”, finaliza el economista.