Este miércoles, Bolivia conmemora el Día contra la Discriminación y el Racismo. La fecha instituida por el Gobierno en 2009 con el objetivo de incentivar la tolerancia entre los ciudadanos y crear conciencia ante actos que puedan ser considerados racistas o discriminatorios. 14 años después se evidencia mucho trabajo pendiente por lograr.
La directora de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, Liudmila Loayza sostiene que, en el país, lastimosamente persisten prácticas discriminatorias y racistas. Claro ejemplo son los 33 casos de feminicidio reportados por la Fiscalía General del Estado (FGE) entre el 1 de enero y el 10 de mayo de este 2023.
Este indicador da cuenta que hay un grado de discriminación social a la mujer por el simple hecho de ser mujer y que algunos varones, “se creen con derechos sobre las mujeres para celarlas, violarlas e, incluso, asesinarlas”.
Ante este panorama, la educación cumple un rol fundamental en la lucha contra el racismo y la discriminación. Desde la educación y el compromiso social se asientan las bases para erradicar las expresiones racistas.
“Solo a través de la educación se va a poder dar a conocer los derechos que todas las personas tienen. En cualquier ámbito educativo debe ser transversal en contenidos la tolerancia, equidad, diálogo, bien común o justicia de paz, entre otros valores y principios, porque (la educación) es inherente a todo el desarrollo del ser humano”, puntualiza la psicóloga.
Por su parte, la abogada Andrea Gómez, docente de la carrera de Derecho en Unifranz, afirma que las instituciones educativas son los espacios ideales para extinguir resabios de racismo que aún quedan en la sociedad.
“Lograr que las universidades sean inclusivas es un elemento importante. El objetivo es evitar el racismo y la discriminación buscando el bien común y la paz jurídica, principios consagrados en la Constitución Política del Estado”, indica.
Racismo y discriminación
La Ley 045 promulgada en octubre de 2009 establece una distinción entre ambos términos:
Racismo alude a las situaciones de violencia vinculadas a diferencias biológicas y/o culturales, reales o imaginarias en provecho de un grupo y en perjuicio del otro, con el fin de justificar una agresión y un sistema de dominación que presume la superioridad de un grupo sobre otro.
El término discriminación se centra en la distinción, exclusión, restricción o preferencia fundada en razón de sexo, color, edad, cultura, nacionalidad, y otras categorías que tengan por objetivo o resultado anular o menoscabar el reconocimiento, goce o ejercicio, en condiciones de igualdad, de derechos humanos y libertades fundamentales reconocidos por la Constitución y el derecho internacional.
Loayza considera que es una falacia la supuesta superioridad de una raza respecto a otra porque no existe superioridad entre razas. “Todas somos iguales, cada una tiene particularidades que nos hacen diferentes por eso hay que luchar contra el racismo y la discriminación porque provoca daño emocional sobre todo en las víctimas y también en los victimarios, pero ellos no se dan cuenta”.
La sociedad todavía es racista y discriminadora
Gómez sostiene que la sociedad boliviana todavía es discriminadora y que está marcada por un profundo patriarcado donde lamentablemente aún se evidencia diferencias de clase o estatus social, pero que hay normativa legal vigente para proteger a los ciudadanos contra prácticas racistas.
Por su parte, Loayza dice que el racismo y la discriminación provocan daño emocional en las víctimas y también en los victimarios, aunque muchas veces ellos ni se dan cuenta.
La relación complementaria puede ser saludable, por ejemplo, cuando se da entre un médico y un paciente; pero también puede ser dañina cuando la persona se coloca en un lugar de supuesto poder y abusa de los más vulnerables. En ese caso, se estaría hablando de un problema de trastorno de personalidad y puede ser una forma nociva de relacionamiento con los demás.
“Hay que ver cómo las personas se desarrollan en la sociedad y qué patrones están siguiendo para poder cortar esos modelos mentales nocivos y disfuncionales que hacen que los demás se sientan superiores a otros y por eso abusen y discrimen”, agrega.
En tanto, las víctimas van a tener daño emocional y, muchas veces, necesitarán terapia o tratamientos psicológicos para superar los traumas generados.