Por Lily Zurita
En el corazón de la era digital, la educación se encuentra en constante evolución para adaptarse a las demandas cambiantes de la sociedad y, por supuesto, la industria, dando paso al surgimiento de un paradigma de vanguardia: la educación 4.0, que se erige como la respuesta necesaria para dotar a los estudiantes de las habilidades y conocimientos requeridos en la industria 4.0 y su proyección a futuro.
La educación 4.0 fusiona la innovación tecnológica con estrategias de enseñanza y aprendizaje renovadas. Su objetivo central es acercar la realidad a la experiencia formativa, porque la nueva era educativa busca trascender los límites tradicionales del aula, aprovechando al máximo los recursos digitales, para ofrecer una educación más dinámica, relevante y orientada hacia el futuro.
Inés Álvarez Icaza Longoria, miembro del R4C Interdisciplinary Research Group del Institute for the Future of Education del Tecnológico de Monterrey (México) puntualiza que la educación 4.0 es un término que se acuñó a partir de la vinculación de la industria 4.0 y su impacto en la educación.
“Esta educación, que responde a esta industria, tiene como elementos fundamentales, el uso de la tecnología, el replanteamiento de las estrategias de enseñanza aprendizaje, nuevas formas de acercar la realidad de los estudiantes y, por supuesto, la generación y la búsqueda de conocimiento de frontera; es decir, aquello que está más cercano en nuestro tiempo y que es relevante en estos momentos”, explica.
Para el World Economic Forum (WEF), la educación 4.0 reimagina la educación como una experiencia inclusiva a lo largo de toda la vida que hace recaer en el alumno la responsabilidad del desarrollo de sus capacidades, mientras que los profesores y mentores actúan como facilitadores.
Educación 4.0, asociada a la revolución industrial
Michael Parrales, en su artículo ¿Qué es la Educación 4.0 y por qué es tan relevante?, señala que para hablar de lo que es la educación 4.0 necesariamente se tiene que hablar del proceso de la revolución industrial, desde la primera hasta la cuarta etapa.
La primera usó el acero y fuerzas energéticas para optimizar los procesos de producción y bajar los costos operativos. La segunda usó la electricidad para producir en serie y la tercera usó la electrónica y los sistemas de información para optimizar la producción. En esta etapa nació el Internet como medio más importante y poderoso pues permite el acceso a información cada vez más ágil y rápido.
“La cuarta revolución industrial es la que se está construyendo sobre esta base, y en esta cuarta revolución empezamos a ver cómo tecnologías emergentes como la realidad virtual, la inteligencia artificial, el Internet de las Cosas (IoT), la nanotecnología y la robótica empiezan a brindar posibilidades sociales, económicas y productivas nunca antes vistas a los billones de usuarios que ya están conectados a través de dispositivos móviles de alta capacidad alrededor del mundo”, explica el también coach pedagógico y director educativo del Monterrey Christian School de San José de Costa Rica.
Habilidades que nacen con la educación 4.0
La educación 4.0 plantea una nueva revolución en los modelos educativos, al proporcionar formación en competencias que se requieren para la nueva era que, además de la tecnología, tiene que ver con todo aquello que las máquinas no pueden hacer y en donde el ser humano marca la diferencia.
El WEF identifica la resolución de problemas, la colaboración y la adaptabilidad como las tres habilidades fundamentales que la educación 4.0 debe impartir a los estudiantes.
“Éstas son las tres competencias críticas que deberían desempeñar un papel central en el currículo personal de cada estudiante, a medida que preparamos a los estudiantes, los padres, los educadores y la comunidad empresarial -trabajando junto con los organismos gubernamentales y no gubernamentales- para invertir en los sistemas educativos existentes y mejorarlos para los puestos de trabajo del futuro en constante evolución”, asegura la organización no gubernamental internacional con sede en Cologny, que se reúne anualmente en Davos.
Un enfoque basado en competencias
Uno de los pilares fundamentales de la Educación 4.0 es el enfoque en el aprendizaje basado en competencias. Más allá de la mera acumulación de conocimientos teóricos, se prioriza el desarrollo de habilidades prácticas y aptitudes blandas que permitan a los estudiantes enfrentar los desafíos del mundo laboral con agilidad y eficacia.
Este enfoque asegura que los graduados estén equipados con un conjunto integral de habilidades que les permitan adaptarse rápidamente a las demandas cambiantes de las industrias locales, multinacionales y globales.
“Entre otras cosas, la educación 4.0 plantea acercar la realidad a la experiencia formativa del estudiante”, puntualiza Álvarez, experta del TEC de Monterrey, quien dio un taller sobre emprendimiento social y modelo educativo de pensamiento complejo a docentes de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
En un panorama donde la industria ya se encuentra inmersa en la revolución 4.0 y se encamina hacia la industria 5.0, es imperativo que la educación acompañe este proceso de transformación, dice la experta.
Los profesionales del futuro deben estar preparados no sólo para sobresalir en sus campos locales, sino también para prosperar en un entorno globalizado y altamente competitivo.
“La industria ya es 4.0 y ya está migrando a una industria 5.0. Necesitamos formar profesionales que respondan a esas necesidades, no sólo en el entorno local, sino también en el entorno multinacional y global”, añade la experta.
La educación 4.0 se enfoca en capacitar a los estudiantes para que sean innovadores, creativos y capaces de liderar el cambio en sus respectivos campos. En esencia, no sólo prepara a los estudiantes para el futuro, sino que los empodera para que ellos le den forma.
En ese sentido, representa un cambio de paradigma en el mundo educativo, donde la tecnología y la innovación son los motores del progreso. Al adoptar este enfoque, las instituciones educativas están preparando a una nueva generación de profesionales para abrazar las oportunidades del mañana con confianza y optimismo.