La crisis es una oportunidad para los emprendedores

La crisis es una oportunidad para los emprendedores

Por Luis Flores

A pesar de que parezca contradictorio, las épocas turbulentas en economía y las crisis son etapas propicias para el emprendedurismo, pero lo recomendable es invertir en proyectos pequeños y no arriesgar capitales grandes, aconsejó el economista y empresario boliviano Samuel Doria Medina, en la charla “Emprender con impacto: claves para crear negocios sostenibles y rentables, realizada en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

En la escritura del idioma chino, los ideogramas que se utilizan para escribir crisis son dos: uno significa peligro y el otro, oportunidad, explica. Rememora que en la etapa de la pandemia por coronavirus, su empresa de comida rápida se adecúo a las restricciones de movilidad y apostó por el envío a domicilio, lo que significó un éxito, comparado con las empresas que no lo hicieron.

“Cuando hay crisis, pese a que hay problemas, hay también oportunidades y, por ejemplo, en esta coyuntura donde no hay dólares, donde hay problemas con las importaciones, hay que realizar emprendimientos que reemplacen los productos del exterior y que se los puede hacer aquí”, subraya.

El director del concurso Emprendeideas, que busca apoyar a emprendimientos bolivianos, compartió la charla con estudiantes de las carreras de la Facultad de Ciencias Económicas y Empresariales de Unifranz, sede El Alto. 

Aunque es una buena etapa para iniciar y consolidar emprendimientos, Doria Medina alerta que lo aconsejable es hacer inversiones pequeñas, inteligentes y con una buena planificación, debido a los tiempos “turbulentos”.

Inicios pequeños

Es más, la recomendación de empezar con emprendimientos pequeños es general, ya que todos los unicornios (startups valoradas en más de 1.000 millones de dólares) comenzaron como proyectos mínimos. Hay que recordar que Apple de Steve Jobs inició en la cochera del creador. 

Otro ejemplo de éxito que inició con un proyecto mínimo es el de Inés Quispe. La empresaria boliviana comenzó vendiendo cemento en una tienda de tres por cuatro metros en El Alto. Hoy, esa mujer es una de las empresarias más grandes de Bolivia, fue presidenta del club The Strongest y dirige diferentes empresas nacionales.

Por ello, la importancia de que las universidades puedan debatir los temas, puesto que los proyectos exitosos, inician pequeños y son impulsados por la juventud y muchas veces con capitales de inversión mínimos. 

El economista recuerda que el más reciente concurso Emprendeideas fue protagonizado por una mujer que hace mantequilla de maní, un proyecto que no requiere grandes inversiones o maquinarias de última generación. 

“Es un ejemplo interesante. Esa es una buena noticia, porque no se necesita mucho dinero, mucho capital para comenzar un emprendimiento. Se puede comenzar con un emprendimiento pequeño porque todos los grandes emprendimientos comienzan pequeños”.

Hay muchas personas que piensan que tienen una idea increíble, que va a cambiar al mundo, se prestan dinero de los bancos para echarla a andar, hipotecan su casa y quieren empezar con un emprendimiento gigante, pero el proyecto no avanza como esperaban y terminan perdiendo todo. 

“Entonces está claro de que no se necesita mucho dinero. Si funciona bien el emprendimiento en pequeño, tienen toda una vida para que crezca”, recomienda.  

Estructura de costos 

Un emprendedor que no conoce su estructura de costos es como un médico que opera sin luz, califica el economista.

La estructura incluye todos los costos en los que incurre una empresa para funcionar: salarios, alquiler, materias primas, servicios, pago de impuestos, entre otros. Esto determinará el precio de distribución y el precio final al consumidor o cliente. 

“El secreto es que cuando están en la etapa de estudiar, tomarse en serio los estudios y después poder hacer una buena investigación sobre su producto, sobre el servicio que van a prestar, que haya un buen mercado y trabajar duro, conocer bien los costos para poner adecuadamente el precio y si se cumplen todas las normas, van a poder tener éxito y lo más importante es no rendirse nunca”, motiva. 

Si un emprendedor no entiende las operaciones más básicas, como cuál es tu “punto de equilibrio”, entonces el emprendimiento no irá por buen camino. El punto de equilibrio es el monto que se necesita para no tener pérdidas y cubrir todos los costos de producción y operación. 

“Veo con muy buenos ojos a los emprendedores, porque he estado recorriendo el país y la semilla del emprendedurismo está sembrada en todo el territorio nacional. Hay jóvenes que tienen emprendimientos, que tienen embriones de empresas que con un poco de apoyo van a surgir, van a avanzar y vamos a tener un país de emprendedores”, concluye.

El empresario recuerda que cada vez es más complicado conseguir un trabajo y emprender puede ser una salida positiva. Cuenta además que las ideas de los emprendedores exitosos fueron concebidas en la universidad o en el colegio, así que anima a los jóvenes a pensar en soluciones para el país, soñar y trabajar duro en sus proyectos.

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