“Una comunicación oportuna y transparente, con información correcta y basada en evidencias, pero también honesta y franca, con empatía y comprensión por las preocupaciones del público, es fundamental para que las personas conozcan los riesgos de la COVID-19”, aseguró la Organización Mundial de la Salud (OMS) en 2020, en pleno pico de la primera ola de la pandemia.
A tres años de registrarse el primer caso de coronavirus, Bolivia enfrenta la sexta ola de la pandemia, con un registro total de 1.143.829 casos confirmados y 22.277 decesos (reporte Covid-19 al 22 de diciembre de 2022). Asimismo, desde que se declaró la sexta ola en el país, los contagios han aumentado exponencialmente, llegando a casi 3.000 casos, los días previos a la Navidad.
Al igual que la OMS, Rodrigo Arce, médico con especialidad en salud pública y epidemiología, considera que, ya sea para bien o para mal, la principal experiencia que dejó la Covid-19 es la incorporación de la comunicación como elemento vital para la prevención de enfermedades contagiosas.
“En los momentos más críticos algunos medios de comunicación y las redes sociales se convirtieron en foros de desinformación, donde circulan teorías conspirativas, donde hay medias verdades o falsedades que circulan ampliamente entre la población y disminuyen la capacidad de confianza en el sistema sanitario y que, lamentablemente, ha sido la razón principal para la generación del miedo y la falta de adhesión a estrategias de prevención”, dijo el médico durante el Congreso Internacional de Infectología que se realizó en mayo de este año en Cochabamba, bajo organización de la Universidad Franz Tamayo, UNIFRANZ.
La desinformación –según el experto- durante la emergencia por la COVID-19 afectó seriamente políticas públicas de contención de la pandemia y prevención, al extremo que programas de vacunación encarados por los gobiernos del continente han sido afectados por desinformaciones sistemáticas.
De ahí que, la comunicación es un factor clave que deberán considerar los estados o las instituciones de salud al momento de planificar campañas de prevención o contención de cualquier tipo de emergencia sanitaria, no solo en el país sino en la región latinoamericana.
“Vamos a tener una hipersensibilización a cualquier tipo de enfermedad que aparezca y una captura, de parte de los medios tradicionales e internacionales, de este tipo de hechos dando cobertura e incrementando el miedo y la zozobra de la población ante este hecho”, afirmó.
Las enfermedades contagiosas no son de ahora
Las enfermedades infecciosas no han aparecido en 2020 o con la COVID19 sino que son parte de un proceso constante que ha ido de la mano del desarrollo de la civilización y que ha modificado el comportamiento de los seres humanos constantemente.
Arce considera que se debe “entender cómo las enfermedades en este tipo de situaciones se transmiten, cómo se asimila la información es vital para cualquier persona que vive en este mundo actualmente y creo que es la razón principal por la que podemos hablar de enfermedades contagiosas de manera más global”.
La Covid-19 no va a desaparecer, seguramente se van a registrar miles de casos más por las nuevas variantes o mutaciones propias del virus, pero el estigma asociado a la Covid-19 va a persistir a lo largo de los años.
¿La Covid-19 está controlada? Todavía es muy temprano para decir que el virus ha sido controlado completamente. Se tiene que trabajar fuerte en lograr una mayor cobertura de la vacunación, prevención en los grupos específicos que no creen en esta enfermedad o que creen que no tiene importancia en sus vidas.
“Nuestro sistema sanitario lamentablemente aún tiene muchas deficiencias, una variante que cambie un poquito la letalidad de esta enfermedad, por ejemplo, puede cambiar toda la película para nosotros, pero no así para algún otro país que tiene un sistema sanitario con mayor versatilidad.
Secuelas de la COVID-19
Según estadísticas, uno de cada cinco adultos que han tenido COVID 19 sintomática presenta sintomatología a largo plazo o problemas asociados.
La mayoría de las secuelas se presentan en el sistema vascular renal o en los pulmones. Se tiene reportes del incremento de una patología llamada embolismo pulmonar que son coágulos que se presentan en el pulmón. Las emergencias en estos casos se han duplicado en las personas que tienen esta enfermedad.
“Estamos empezando a entender mucho mejor este proceso que se llama Covid-19 o infección aguda post Covid que son tema de estudio en el mundo. Sabemos más de lo que sabíamos hace un año, con seguridad dentro de un par de semanas conoceremos un poco más aún”, dijo el médico especialista.
Arce presentó la ponencia “Control de enfermedades infecciosas” durante el primer Congreso Internacional de Infectología que contó con la participación de 17 profesionales de Estados Unidos, México, Argentina, Colombia, Ecuador, Paraguay, Chile y Bolivia; y la participación de autoridades locales de salud, expertos, instituciones colegiadas, estudiantes y población en general.
En el congreso se analizó el impacto del coronavirus en personas que padecieron y superaron la enfermedad ante varios reportes de síntomas crónicos, como cansancio, fatiga, dolor abdominal, calambres, problemas gastrointestinales, afecciones nerviosas, respiratorias y dérmicas. Además de problemas de salud mental, como ansiedad y estrés postraumático, propios de los síntomas persistentes y las secuelas relacionadas a la COVID-19 y la resistencia a los antibióticos.
Rodrigo Arce tiene maestría en Salud Pública, en Epidemiología y Bioestadística de la Universidad de la Ciudad de Nueva York (CUNY) – Escuela de Postgrado en Salud Pública y Política Sanitaria. Actualmente es gerente de Proyectos en la División de Epidemiología de la Escuela de Medicina de la Universidad de Nueva York (NYU SOM).