Inversiones inteligentes: una herramienta para blindar las finanzas personales

En momentos en los que la inflación y la recesión son amenazas constantes que erosionan el poder adquisitivo, invertir con inteligencia se ha convertido en una necesidad más que en una opción. Frente a la volatilidad de los mercados, la depreciación de las monedas locales y las crecientes dificultades para mantener el valor del dinero a través del ahorro tradicional, cada vez más personas buscan estrategias financieras que no sólo conserven, sino que potencien sus recursos.
«Definitivamente, tenemos que buscar instrumentos financieros que mantengan el valor de nuestro dinero. En este momento no podemos confiarnos en solo ahorrar en bolivianos «, afirma Orlando López, economista y docente de la carrera de Ingeniería Económica de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien sostiene que la inflación proyectada puede devorar cualquier ganancia que se obtenga de instrumentos de ahorro tradicionales, especialmente si no están indexados a la inflación.
El experto indica que entre las herramientas más recomendadas se encuentran los activos indexados a la inflación, la diversificación en monedas fuertes, la inversión en bienes raíces, y una gestión activa del riesgo y el flujo financiero. Estos enfoques ofrecen salidas prácticas para quienes desean proteger su patrimonio y afrontar con mayor solidez los embates económicos.
La primera estrategia clave consiste en invertir en activos cuyo rendimiento esté ligado directamente a la inflación.
“Esto significa que, si el índice de precios sube, también lo hace la rentabilidad del activo, lo que permite preservar el valor real del dinero”, expresa López.
Entre estas opciones destacan los bonos indexados a la Unidad de Fomento a la Vivienda (UFV) ya que estos ajustan su valor y los pagos de interés según el índice inflacionario. También se encuentran los fondos de inversión y los ETF especializados, los cuales replican el comportamiento de activos relacionados con la inflación y permiten diversificar el riesgo.
Ahorrar en divisas más estables
Otra medida ampliamente utilizada en contextos de alta inflación es la diversificación en monedas fuertes. Convertir parte del ahorro en divisas más estables como el dólar estadounidense puede ser una manera de mitigar la pérdida de valor.
Las stablecoins, criptomonedas respaldadas por activos físicos como el dólar, ofrecen una alternativa digital y accesible para quienes desean preservar su poder adquisitivo, especialmente cuando la moneda local está sujeta a fuertes presiones devaluatorias.
“Las personas pueden comprar USDT o dólares digitales, en algún Exchange como Binance. Si bien su precio está en función del mercado, de la libre demanda y oferta, tienen una mayor disponibilidad que los dólares físicos”, añade.
Bienes raíces
En paralelo, la inversión en bienes raíces y otros activos físicos continúa siendo una de las estrategias más tradicionales y efectivas para protegerse contra la inflación. La compra de propiedades, ya sea para habitar o alquilar, no solo garantiza la tenencia de un activo tangible, sino que puede generar ingresos pasivos.
Asimismo, los metales preciosos como el oro o la plata, y ciertas materias primas, han demostrado históricamente ser refugios seguros en tiempos de crisis económicas.
Invertir en sectores económicos resistentes a la inflación representa otra táctica inteligente. Los negocios esenciales, como aquellos ligados a la alimentación, la salud o la energía, suelen mantener una demanda constante, incluso en contextos de desaceleración económica.
Del mismo modo, las empresas con capacidad de ajuste de precios —es decir, que pueden trasladar el aumento de costos a los consumidores sin perder competitividad— tienden a conservar su rentabilidad, lo que las convierte en apuestas más estables en los mercados financieros.
Estrategias de control financiero
Además de elegir cuidadosamente dónde invertir, es fundamental desarrollar estrategias de control financiero que eviten el deterioro del capital. Por ejemplo, evitar deudas con tasas de interés variables puede evitar sorpresas desagradables en escenarios de inflación creciente. A su vez, diversificar las fuentes de ingreso a través de emprendimientos o inversiones en negocios emergentes también puede ser una solución viable para compensar la pérdida de poder adquisitivo.
El contexto económico actual, caracterizado por múltiples crisis simultáneas —cambiaria, inflacionaria, fiscal y de balanza de pagos— obliga a repensar el rol del ciudadano en la defensa activa de su estabilidad financiera. Saber invertir es hoy más crucial que nunca, especialmente cuando las señales del entorno económico no ofrecen certezas sobre el futuro inmediato. Ya no se trata solo de ahorrar, sino de hacerlo de manera estratégica.
“Invertir con inteligencia implica entender el entorno, conocer los instrumentos disponibles y adaptarse según el nivel de ingreso y tolerancia al riesgo. En tiempos de inflación, cada decisión financiera cuenta y puede marcar la diferencia entre la pérdida y la protección del patrimonio”, finaliza López.