Por Luis Escobar
A Natalia Lazo le invadió el miedo antes de partir a la Argentina como parte del programa de Internacionalización de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz). Al regresar a su Cochabamba natal cuenta cómo logró vencer los temores, conoció una nueva cultura, distintas formas de aprendizaje y ser una ciudadana global.
“Tenía mucho miedo, me sentía insegura y no sabía qué iba a pasar porque no conocía más que Bolivia. Al terminar el semestre puedo asegurar que me gustó mucho la estadía en Mendoza, Argentina, porque aprendí a vivir sin temor”, contó la estudiante de Diseño Gráfico y Producción Crossmedia de Unifranz Cochabamba.
Lazo regresó junto con otros tres compañeros quienes fueron a universidades de México y Colombia. Reconoció que viajó “con una timidez increíble” a un país donde la gente “es demasiado abierta” y eso la impulsó a romper sus miedos y seguir avanzando.
Rolando López, vicerrector de Unifranz Cochabamba, valoró que los estudiantes se atrevieron a salir del país y sigan su camino por la vida. “Internacionalizarte no sólo te sirve para tener amigos, sino contactos y pares profesionales. Esa es la vida, no sólo dedicada a la tecnología, sino, fundamentalmente, al relacionamiento humano. Dijeron que salir les permitió conocer culturas y pensamientos diferentes; (ahora les digo) que también les permitió ampliar su creatividad”.
López agregó que el lugar adecuado para ir es aquel que genera miedo porque después ese sentimiento se convertirá en felicidad. “Hay una zona que uno no conoce y cree que es de pánico. Prefiere quedarse en su cama y casa, pero ser distinto es una oportunidad”.
Brayan Hinojosa, estudiante de Psicología, regresó de Colombia y aseguró que no fue el único en participar del programa de intercambio. “Llegaron personas de otros países, por lo tanto, se formó un grupo entusiasta y con las mismas inquietudes al momento de lanzarse a esta experiencia. Entre nosotros se generó un compañerismo que nos ayudó a conocer otras culturas y a nosotros mismos”.
Hinojosa reconoció algunas de las fortalezas de la universidad a la que viajó son sus amplios espacios de estudio, la biblioteca abierta al público, una feria del libro dentro del mismo campus donde los estudiantes intercambian sus textos. “También conocí lugares y amistades que siempre guardaré en mi corazón porque creamos un vínculo de complicidad maravilloso. Pese a ser de otros países, tenemos mucho en común”.
Samuel Rocha, estudiante de psicología regresó de la Ciudad de México con una nueva visión. “Somos el futuro del país y está en nuestras manos proponer actividades para reducir problemas sociales, la vulneración de los derechos de las mujeres, de la tercera edad y otros grupos”, precisó.
María Fernanda Ollé, coordinadora nacional de Movilidad Internacional de Unifranz expresó su orgullo al ver la transformación positiva de los estudiantes. “Sé que nos encontramos, que tuvimos largas conversaciones, pero nunca me imaginé verlos tan empoderados. Hasta su semblante cambió lo que demuestra cómo es una experiencia internacional. Quiero felicitarlos porque representan ese porcentaje de la población estudiantil que se animó a vivir esta experiencia, a superar ese miedo y a atreverse a vivir algo diferente”.
Para acceder al programa los estudiantes deben tener un promedio acumulado como mínimo de 75 puntos, no tener ni un aplazo, abandono o haber desertado en algún momento de sus estudios, no tener sanciones disciplinarias, el aval del director de carrera y las cartas de recomendación de dos catedráticos de la universidad. También deben tener un pasaporte, hoja de vida, cartas de solicitud y compromiso para realizar el intercambio.