Por Christhoper Gongora
Un estudio elaborado por la Organización Mundial de la Salud (OMS) establece como principal causa de muerte evitable en todo el mundo el tabaco. Provoca más de ocho millones de muertes al año de las cuales 1,2 millones se deben a la exposición al humo.
Griselda Vargas, directora de la Carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, explica que el tabaquismo es una epidemia que afecta a nivel mundial y a distintos grupos etarios.
“Al consumir el cigarrillo se produce una serie de sustancias que no pueden ser metabolizadas por el organismo. Más o menos se habla de 70 sustancias que son cancerígenas y que, en algún momento, se quedan en los pulmones produciendo cáncer”, afirma Vargas.
Lucas, consultor en evaluación de proyectos, se describe como un fumador obsesivo. Asegura que le ayuda a contrarrestar la tensión que le provoca el cumplimiento de plazos de entrega de sus informes. Hace poco sintió una tos ligera que no lo dejaba trabajar y concentrarse.
Sin embargo, pese a las consecuencias que provoca el tabaco en el organismo, muchas personas siguen optando por aliviar su estrés fumando. Para Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología de Unifranz, el consumo del cigarrillo es un reflejo de la respiración profunda que uno realiza.
“Lo que relaja no es el tabaco en sí, sino el ejercicio de respiración”, apunta Loayza.
Datos de la OMS dan cuenta que, a nivel mundial, el 22,3% de la población consumen tabaco. El porcentaje es mayor entre los hombres (asciende al 36,7%) mientras que un 7,8% de las mujeres fuma regularmente.
Luego de visitar al médico por una tos persistente, Lucas fue diagnosticado con problemas pulmonares. Le prohibieron fumar ante el riesgo de que su salud se complique. El desafío es grande para el fumador porque tendrá que decidir entre cuidar su salud o encontrar nuevas formas para bajar sus niveles de ansiedad cuando trabaja.
Adicción al tabaco
La lucha contra la adicción al tabaco puede ser un desafío difícil y emocionalmente agotador para la persona que la sufre. La psicóloga sostiene que el tabaquismo es una adicción que pertenece a ciertos tipos de patologías, trastornos de personalidad y dependientes de este agente.
“Por ejemplo, en su trabajo si están en un pico muy alto de estrés, deciden alejarse y fumar para bajar ese pico de estrés. También se puede dar casos en los que otras personas fuman como un hábito, ya sea después de las comidas o en determinados espacios del día”, dice Loayza.
Vargas, quien también es médica epidemióloga, identifica dos factores que generan adicción al tabaco. El primero cuando una persona está estresada genera la dependencia por la nicotina y el segundo es eminentemente psicológico por estrés.
La nicotina, como los otros químicos en el humo del tabaco, llega hasta la sangre por medio de los pulmones y se propaga rápidamente por el cuerpo. Al inhalar en pequeñas cantidades causa una sensación de placer, le sirve como distractivo ante sensaciones desagradables.
La nicotina afecta el estado de ánimo del fumador, actúa en la química del cerebro y el sistema nervioso central, funciona como otras drogas adictivas. También provoca un incremento de adrenalina con efecto en el corazón y la presión sanguínea.
Humo del tabaco
Los cigarrillos, puros y la pipa usan hojas secas del tabaco y otras sustancias para dar sabor y hacer agradable fumar. El humo de estos productos está formado de una mezcla compleja de químicos generados por la combustión (quemado) del tabaco y de sus aditivos.
Nicotina, plomo, arsénico, amoniaco, elementos radioactivos como el uranio, monóxido de carbono, entre otros se encuentran entre los químicos expulsados por el humo del cigarro. Los datos se extraen de un informe publicado por la Sociedad Americana contra el Cáncer.
Muchas de estas sustancias pueden causar cáncer y algunas de ellas provocan enfermedades en el corazón y los pulmones.
Riesgos de fumar
El habito de fumar conlleva una amplia gama de enfermedades que se suman al ya mencionado riesgo de cáncer de pulmón. Vargas amplía el riesgo de cáncer a la boca, laringe o faringe.
“El riesgo es muy alto para estas personas, se puede afectar incluso al esófago y hasta el estómago, que no está dentro del tracto respiratorio, pero está en contacto porque hay gente que no aspira, a veces como que lo deglute y después lo libera, y todo lo que toca el humo del tabaco puede generar en algún momento cáncer”, asegura.
Fumar no es la única manera de desarrollar este tipo de enfermedades. Estudios de personas que mastican tabaco también evidencian riesgo a contraer cáncer de paladar.
A pesar de la popularidad del hábito, es importante recordar que existen alternativas más saludables para combatir el estrés y la ansiedad.