Escuchar los colores puede parecer un sinsentido para la mayoría de las personas, pero para algunas es una afirmación con mucho sentido.
“La sinestesia es un fenómeno neuropsicológico en el cual la estimulación de un sentido involucra la activación automática e involuntaria de otro sentido. Por ejemplo, una persona sinestésica podría experimentar ver colores al escuchar música, asociar sabores con palabras o percibir formas al tocar objetos”, explica James Yhon Robles, director del Instituto de Neurociencia (INU) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
La primera vez que se registró un caso de sinestesia fue en 1812, cuando un estudiante austriaco de medicina llamado George Tobias Ludwig Sachs escribió que los días tenían su propio color, “el jueves es verde tirando a amarillento”.
Actualmente se cree que entre un 1 y un 4% de la población es sinestésica, pero artículos recientes apuntan a que el porcentaje podría aumentar.
Se han catalogado 80 tipos y lo habitual es que se sientan varias modalidades. Las más comunes son las que tienen que ver con el color y las que vinculan letras y números con colores y las secuencias espaciales, aunque hay muchas más: las que unen tacto y color, dolor y color u orgasmo y color. Fuera de éstas hay sinestesias que conectan palabras con sabores, sonidos con tacto o visión con sabor.
De acuerdo con Robles, algunos ejemplos de sinestesias incluyen:
- Sinestesia grafema-color, consiste en ver letras o números con colores específicos.
- Sinestesia auditiva-color consiste en asociar sonidos con colores.
- Sinestesia gustativa-color, consiste en apreciar colores al probar ciertos alimentos.
- Sinestesia táctil-color consiste en asociar sensaciones táctiles con colores.
El experto indica que el diagnóstico de la sinestesia generalmente se realiza a través de entrevistas y pruebas realizadas por profesionales de la salud mental como psicólogos clínicos.
“Los sinestésicos a menudo describen experiencias consistentes y específicas que pueden ser evaluadas para determinar la presencia de sinestesia”, explica.
Sin embargo, Robles remarca que la sinestesia no es una patología o una enfermedad.
Es más, la sinestesia es muchas veces considerada una cualidad, pues viene asociada a una memoria notable, a una rica imaginación, a una gran facilidad para la metáfora y a un alto coeficiente intelectual, lo que explica su estrecha relación con la creatividad, especialmente en los campos de la literatura, la música y las artes plásticas.
Una percepción única del mundo
“La sinestesia puede influir en la percepción del mundo de una manera única para aquellos que la experimentan. Aunque en muchos casos no se considera perjudicial, puede afectar la forma en que las personas procesan la información sensorial y, en algunos casos, puede ser una fuente de inspiración creativa”, señala el experto.
Esta relación con el arte y la creatividad es una de las más documentadas, artistas, músicos, inventores y escritores vivieron y viven con sinestesia y su trabajo se ha visto influido por su condición.
El escritor Vladimir Nabokov, los pintores Vincent Van Gogh y Wassily Kandinsky, el inventor Nikola Tesla, los músicos Franz Liszt, Duke Ellington, Stevie Wonder y Kanye West son algunos de los ejemplos personalidades sinestésicas.
“La sinestesia a menudo se asocia con la creatividad y el arte debido a la capacidad de experimentar la realidad de una manera única. Algunos artistas sinestésicos han expresado que sus experiencias influyen en sus obras, ya que les permiten percibir y comunicar sensaciones de una manera más rica y compleja. Esto puede resultar en obras artísticas que tienen una conexión única entre colores, sonidos y otras sensaciones”, explica Robles.
De acuerdo con estudios recientes de las universidades de California y San Diego, en Estados Unidos, y de la Universidad Complutense de Madrid, el siglo XIX dejó varios ejemplos de sinestesia y, aunque la ciencia la estudia desde hace años, no es hasta finales del siglo XX, gracias a las técnicas de neuroimagen, cuando la neurociencia empieza a investigarlo.
Hasta el momento, se ha podido descubrir que la genética que afecta a cómo se configuran las vías de conexión entre diferentes áreas del cerebro estaría en la base de la sinestesia.
Hay una hipótesis que dice que en las personas con sinestesia podría haber un cruzamiento de vías entre estas dos áreas, como si anatómicamente se hubieran conectado; por eso, cada vez que ven una letra o un número se activa la otra área, la del color. Sin embargo, hay otros científicos que sostienen que esta relación no es tan directa, sino que intervienen otras regiones del cerebro.
Los institutos nacionales de salud de los Estados Unidos (NIH, por sus siglas en inglés) aseguran que la sinestesia es diferente para todos los que la tienen. Las personas con la enfermedad pueden experimentar, desde ver ciertas letras o números en colores específicos, tener un cierto sabor en la boca que se desencadena al escuchar una palabra, sentir una sensación de tacto al oler algo, hasta ver un color o forma en respuesta a la escucha de un sonido.