Emancipación, cuando un adolescente quiere liberarse del cuidado y control de sus padres

Emancipación, cuando un adolescente quiere liberarse del cuidado y control de sus padres

¿Tienes menos de 18 años y quieres independizarte de la protección de tus padres, pero tienes miedo y no sabes cómo hacerlo? En la rama del Derecho existe un instituto jurídico que se denomina emancipación que permite a los “adolescentes liberarse del cuidado y control de sus padres”. La emancipación puede producirse por efecto de la ley o por una orden judicial.

Emanciparse es un paso significativo en la vida de una persona cuando se da de forma natural porque el hijo o hija se casó, se fue a vivir a otra ciudad o porque ya trabaja y está en condiciones de solventar los gastos que implica el vivir solo. Sin embargo, cuando se trata de menores de edad se deben cumplir algunos pasos necesarios, establecidos en normativa nacional e internacional.

Desde su niñez, Javier era víctima de violencia intrafamiliar. Dice que, incluso, en dos oportunidades fue hospitalizado por la severa paliza que le propinó su progenitor. El adolescente lamenta que su mamá jamás lo haya defendido y que, muchas veces, ella era la que provocaba los castigos.

Cuenta que cuando tenía 16 años, su vecino, que era abogado, le comentó que había una manera legal de salir de su casa y que él podía ayudarlo. “Eso de la emancipación parecía fácil, pero no pude lograrlo porque no tenía a dónde ir. Tuve que aguantar algunos años más los golpes de mi papá”, recuerda el joven, quien ahora tiene 20 años y, recientemente, logró salir de su casa porque ya tiene un lugar dónde vivir.

La abogada Ruth Torres Arévalo, docente de la carrera de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, indica que el instituto jurídico de la emancipación en Bolivia es una figura perteneciente al derecho de familia que consiste en un proceso legal por el cual un adolescente, que haya cumplido los 16 años de edad, adquiere la capacidad de tomar decisiones como si ya fuera mayor de edad para ejercer derechos y obligaciones.

“Son facultades que se confieren a un menor de edad para que pueda administrar sus propios bienes y, de hecho, ésta es su principal finalidad”, dice la jurista.

La emancipación está regulada por el Código de las Familias y del proceso familiar a partir del artículo 105. Se la puede solicitar a partir de los 16 años de edad, bajo argumentos establecidos en los artículos 106, 107 y 108 del Código de las Familias y el proceso familiar consiste en: la emancipación por matrimonio o unión libre, emancipación ante notario de fe pública y por vía judicial (ante cualquier Juzgado Público de Familia).

“Es importante aclarar que existe una diferencia entre ambas vías. Cuando se acude a la vía notarial debe mediar la voluntad de todas las partes, obviamente de la persona que desea ser emancipada y que debe contar con una edad de 16 años y de las personas que ejercen la autoridad parental, ya sean los padres, tutores o guardadores (…). En cambio, en la vía judicial pueden no estar de acuerdo quienes ejercen la autoridad parental y, en ese entendido, se procede con una tramitación más larga donde interviene la Defensoría de la Niñez y Adolescencia de cada ciudad”, puntualiza la jurista.

En el procedimiento que se realiza por la vía judicial, en la práctica procesal, y debido a la conocida carga procesal que tienen los juzgados, muchas veces ese tipo de procesos demora más del tiempo establecido, pero no deben pasar de 12 meses, “salvo casos específicos que requieran un análisis especial y que tengan alguna característica adicional”.

No es lo mismo que cambiarse el apellido

La emancipación es un instituto jurídico que puede ser aplicado por menores de edad (16 años) que soliciten realizar la administración de sus bienes y ejercer sus derechos y obligaciones como si fuesen mayores de edad.

Esta situación, según Torres, es muy diferente al cambio de apellido que puede darse por alguna situación fundada y que tiene un procedimiento muy distinto a la emancipación, ya que “no se está desconociendo los orígenes y nombre de quien se está emancipando, únicamente se le otorga facultades como si fuese una persona mayor de edad”.

Una vez realizada la emancipación no existe vuelta atrás porque la sentencia que declara la procedencia de la emancipación es registrada en el Servicio de Registro Cívico (SERECI) del Tribunal Supremo Electoral.

Emancipación, cuando un adolescente quiere liberarse del cuidado y control de sus padres.

Beneficios de la emancipación

El colectivo “Psicología y Mente” asegura que la emancipación conlleva algunos aspectos positivos en la etapa de la juventud, tales como:

Responsabilidad. La emancipación va directamente ligada con la presencia de responsabilidades, en muchas de las cuales posiblemente el joven no se habría parado a pensar con anterioridad.

Autonomía. Con el inicio de la adolescencia ya vemos la necesidad de independencia y autonomía, cuando el propio menor demanda tomar decisiones por él mismo 

Autogestión. En el momento de la emancipación también se pone a prueba la propia capacidad de gestión de conflictos y resolución de situaciones que se pueden llegar a valorar como complejas.

Toma de decisiones. El adolescente se enfrenta encargados de decidir en base a nuestro propio criterio y a lo que consideramos que es la mejor decisión.

Crear reglas propias. Ahora el espacio personal es el propio hogar de la persona, quien marcará sus propias normas.

Libertad. Al igual que la independencia va asociada, por un lado, a un mayor grado de responsabilidad.

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