El sistema educativo y, por ende, sus instituciones se han visto obligados a apropiarse de las nuevas tecnologías y metodologías innovadoras de otras áreas para responder a la demanda de niños y jóvenes. Tanto la educación regular como la superior apuntan a aprendizajes más significativos que respondan a las exigencias del mercado.
Este proceso, sin embargo, ha evidenciado que el modelo educativo tradicional ha quedado obsoleto. El docente trasmisor de conocimiento ha quedado relegado. No fomenta la innovación, la creatividad y se caracteriza por la pasividad tanto del docente como del alumno.
Hoy, el docente es un facilitador y el estudiante es el centro del proceso educativo.
Bernard Marr, considerado uno de los cinco mayores influencers sobre negocios, asegura que el mundo está cambiando. Ese cambio afecta a la forma de enseñanza y aprendizaje. Éstas, también tienen que cambiar.
“La forma en que aprendemos tiene que cambiar, adoptando la tecnología y conceptos como el aprendizaje permanente para garantizar que estamos mejor equipados para el cambiante mundo de hoy”, dice Marr en un artículo hecho público. En ese mismo escrito plantea desafíos que impulsarán ese cambio en cinco ámbitos:
1. Inteligencia artificial, que tiene el potencial de ayudar a afrontar algunos de los retos más difíciles de la educación actual, como abordar las desigualdades en la forma en que se imparte la enseñanza en todo el mundo y mejorar el acceso al conocimiento a escala mundial.
2. Aprendizaje a distancia, en línea e híbrido: podría suponer un enorme paso adelante en la igualdad de acceso a la educación en el mundo gracias a plataformas de tecnología educativa en línea (ed-tech) como Udacity, Coursera, Udemy y EdX.
3. No sólo la universidad: es probable que los cursos de formación profesional y técnica que enseñan una amplia gama de conjuntos de habilidades se vuelvan más populares a medida que las escuelas trabajen con los empleadores para desarrollar nuevas soluciones a los problemas causados por la brecha de habilidades.
4. Realidad virtual y aumentada: la realidad virtual y la realidad aumentada son dos formas de realidad extendida que cobran cada vez más importancia en los sistemas educativos. Las aulas virtuales vivirán un resurgir importante para el aprendizaje a distancia.
5. Habilidades interpersonales y STEM: estas capacidades humanas que difícilmente podrán ser reproducidas por las máquinas en un futuro próximo, serán cada vez más importantes en un mundo en el que la IA asumirá muchas responsabilidades técnicas rutinarias y mundanas.
Juan Carlos Núñez, experto en pedagogía de la jefatura de Enseñanza Aprendizaje (JEA) de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, sostiene que uno de los desafíos de la educación en este nuevo siglo es lograr que el estudiante, al menos, lea un libro o supere la pasividad a la hora de investigar porque la tecnología se la resuelve.
“Los estudiantes usan la inteligencia artificial y la computadora hace la tarea en vez del estudiante, pero el docente también debe estar a la par de la tecnología (…), porque los estudiantes usan la tecnología y atajos como la Inteligencia Artificial. El profesor que no sabe de tecnología, prácticamente, queda marginado», reflexiona el experto.
Para Núñez, un gran acierto de la educación consiste en enfocar a las ‘competencias’ que trae la realidad al aula para ser resuelta de diferentes formas y, de paso, acompañado de tecnología. La educación abre un espacio mayor a la práctica.
“No estoy diciendo que la teoría no sea importante, al contrario, se debe ‘saber’ para poder aplicar y mejor si le damos el sabor de la práctica al estudiante”, agrega.
La educación afronta desafíos nuevos. Uno de ellos consiste en encontrar un equilibrio entre capacidades y habilidades. También se demanda algunos paradigmas educativos que quedaron obsoletos. Por ejemplo, en Turismo, el aula es buena, pero el viaje es la mejor enseñanza para resolver in sutu problemas que pueden surgir en el día a día.
En tanto, Katia Camacho, experta en educación y decana académica de Unifranz El Alto, considera que la educación enfrenta el reto de preparar a los actores del proceso educativo para adaptarse a los cambios futuros.
“El aprendizaje debe adaptarse a los cambios constantes, ello implica programas más flexibles para conducir al proceso permanente de adaptación”, dice.
La educación en el nuevo siglo, según Camacho, debe enfocarse en todos los ámbitos a fin de preparar a la sociedad para que experimente las dinámicas de un mundo cambiante y responda de manera activa y propositiva, con conocimiento, habilidades y destrezas, enfatizando en el desarrollo de habilidades blandas y de valores.