El sistema inmunológico ayuda al cuerpo a combatir contra cualquier amenaza. Se trata de una red compleja de células, tejidos, órganos y sustancias con la misión de resguardar el cuerpo. En algunos casos, este sistema se encuentra confundido y ataca al cuerpo, en lugar de protegerlo. Se trata de una enfermedad conocida cómo Lupus sistémico. Las estadísticas mundiales indican que por cada 100 mil habitantes hay 10 personas que tienen la enfermedad.
El Lupus sistémico es una enfermedad autoinmune que deriva en crónica. Resulta esencial un diagnóstico precoz para acceder a un tratamiento oportuno.
En el contexto médico se la conoce también como “La gran imitadora”, sus síntomas se confunden con otras enfermedades. “Es la enfermedad autoinmunitaria por excelencia en la que existe una producción exagerada de anticuerpos que pueden dañar prácticamente cualquier órgano o sistema” puntualiza Marco Balboa, director de la carrera de Medicina de la Universidad Privada Franz Tamayo, Unifranz.
Existen tres tipos de lupus. El cutáneo causa erupciones o lesiones en la piel. Por lo general ante la exposición al sol. Un segundo tipo está inducido por medicamentos y la consiguiente reacción a ciertos medicamentos. Finalmente, existe el lupus neonatal cuando un bebé adquiere autoanticuerpos de su madre.
Para identificar esta enfermedad se realiza un diagnóstico combinando síntomas, signos y alteraciones dentro del laboratorio. El lupus afecta a varias partes del cuerpo y los síntomas varían de acuerdo a la persona. Del mismo modo, sus consecuencias varían en la gravedad. Los más comunes son la fatiga extrema, una debilidad constante, dolor en las articulaciones y músculos, erupciones en la piel en forma de mariposa en la cara, que pueden empeorar con la exposición al sol, por la sensibilidad a la luz solar.
“La pérdida de cabello anormal, también es un síntoma; igual que el dolor de cabeza, se siente mareos, una falta de aliento acompañado con un dolor en el pecho, además puede tener problemas de memoria y concentración” añade Balboa.
Una enfermedad, distintas causas
No existe una causa única para desarrollar el lupus. Una de las razones que explica la enfermedad tiene que ver con la genética familiar. Algunos expertos también apuntan a las hormonas, cómo el estrógeno, durante la premenopausia y postmenopausia.
El especialista afirma que también existen factores inmunológicos, las personas con trastorno de regulación de la inmunidad o con linfocitos B que generan una cantidad desmesurada de autoanticuerpos tienen más posibilidades de desarrollar está enfermedad. “Asimismo, existen factores externos, cómo la radiación ultravioleta, medicamentos en cuanto al lupus inducido y posibles agentes infecciosos” comenta.
Por lo general, esta enfermedad es desarrollada en diferentes edades, pero comúnmente las personas que tienen mayor riesgo son mujeres de 15 a 44 años. Según estadísticas mundiales, nueve de cada 10 personas con lupus son mujeres.
En Bolivia, las mujeres, también son las más afectadas por el lupus. Se mantiene el mismo rango de un varón por cada nueve mujeres con la enfermedad. El Servicio de Laboratorio de Diagnóstico e Investigación en Salud (SELADIS) detecta alrededor de 130 nuevos casos cada año.
“Es fundamental que los pacientes con lupus reciban un tratamiento personalizado y estén en seguimiento con un médico especialista en reumatología para garantizar una atención integral y eficaz” afirma Balboa.
Existen grupos que apoyan de manera emocional a personas que viven con esta afección. Lupus Bolivia (ASBOLUP) en La Paz impulsan el proyecto de ley para que se fomenten investigaciones y educación en torno a esta alteración del sistema inmunitario.
Balboa resalta al importancia del acompañamiento familiar, y para esto, la información sobre ella es invaluable. Un entorno de contención ofrece apoyo emocional, escuchar, ayudar en las tareas diarias. “Apoyo para que el paciente mantenga un estilo de vida saludable y acompañamiento en los controles médicos que requiere el paciente” , asevera.
De acuerdo a la gravedad de la enfermedad, se define el impacto de ella en la calidad de vida. En casos crónicos, el lupus afecta a varios órganos y sistemas del cuerpo como la piel, las articulaciones, los riñones, el corazón, los pulmones y el cerebro, que necesitan de más apoyo.
En otros casos, el lupus es leve y tiene poco impacto en la calidad de vida de la persona afectada. Es posible que necesite cambios en su estilo de vida para manejar sus síntomas, como evitar la exposición al sol y reducir el estrés; pero siguiendo un tratamiento recomendado para controlar la enfermedad y prevenir complicaciones, es posible llevar una vida normal y activa.
Tratamiento
El tratamiento del lupus varía de acuerdo a la gravedad y los síntomas del paciente, entonces el proceso de cada persona es diferente. Los profesionales del área de la salud buscan controlar los síntomas, reducir la inflamación y prevenir daños a los órganos causados por el sistema inmunológico. Se utiliza por lo general, medicamentos antiinflamatorios no esteroideos (AINEs), corticosteroides, antipalúdicos, inmunosupresores y terapia biológica.
Aunque la enfermedad no tiene cura, Balboa, resalta la importancia de un estilo de vida saludable, para personas que desarrollan lupus. Se refiere a una dieta equilibrada, ejercicio regular, descanso adecuado y evitar la exposición excesiva al sol, porque pueden empeorar los síntomas.