“Mi papá no besa a mi mamá delante de nosotros, pero le demuestra su cariño de otras maneras, con gestos y actitudes. Ojalá me quieran así algún día”, señala Clara, una adolescente de 16 años.
El psicoanalista e investigador Eric Fromm explica que el amor es un arte y, por lo tanto, se puede aprender, pero ¿dónde aprenden los jóvenes a amar?
“El amor es un concepto abstracto que se va formando a través de las experiencias que uno ha tenido. Estas experiencias nacen desde la primera infancia, del apego que tienen los infantes con sus progenitores y, luego, a medida que crecen, los niños van recibiendo muestras de afecto de familiares, posteriormente de amigos”, indica Liudmila Loayza, directora de la carrera de Psicología la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Loayza agrega que las primeras figuras de amor en nuestras vidas son los padres y que la manera en la que éstos aman y enseñan a amar a sus hijos, repercuten en las decisiones que éstos tomarán a futuro.
“Nuestras primeras figuras de amor son nuestros padres, son quienes nutren a los niños de amor. Cualquier falta de amor en la infancia, cualquier percepción de ausencia de amor y demás, va a repercutir en la elección de una pareja. Uno elige inconscientemente una pareja en función a esas deudas de amor que siente que ha tenido en la vida y que esta pareja va a poder, tal vez, llenar en su relación amorosa”, asevera la directora de carrera.
Para Loayza, es en el hogar donde uno recibe amor y aprende a amar, por eso hay formas de amar que las parejas no entienden.
“Por ejemplo, si un padre no ha sido expresivo, afectivamente, no haya dicho ‘mi amor, te quiero’, pero sí ha provisto todo, no ha hecho faltar nada en la casa, ésa es una muestra de amor. Es muy posible que esa persona reconozca el amor en el acto de recibir cosas o de dar cosas, pero tal vez no siendo afectivo, por la experiencia que han tenido en su casa”.
Otros canales
La psicóloga señala que, además del hogar, los niños y jóvenes aprenden a amar a través de otros canales, como las lecturas, la televisión, el cine, los amigos o las redes sociales. Sin embargo, estas representaciones del amor muchas veces están distorsionadas y no muestran lo que se puede considerar como “amor real”.
“Hay otros medios por los cuales se transmite una conducta amorosa que luego es analizada y es a través de los medios de comunicación, de las películas, de los libros, de las revistas y también desde las redes sociales Todas estas instancias transmiten una idea de lo que es el amor o de lo que debería ser el amor y es así como cada persona va haciendo su constructo social de lo que es el amo ‘ideal’, cuando el amor real lleva otro tipo de componentes”.
Según Loayza, este “amor real” tiene tres componentes, el de la intimidad, que es ese acercamiento con la pareja, donde uno puede confiar plenamente en el otro; el segundo componente es la pasión, que es la atracción de tipo sexual con la pareja y el tercer componente es el compromiso, esa idea de tener una meta en conjunto que los va a llevar a formarse como pareja y tener una duración en la relación.
También existe otro tipo de amor, basado en la espiritualidad, el cual puede ser más pleno en muchos casos y que puede ayudar a sanar heridas de la infancia, según Loayza.
“Un espacio para sentir un amor pleno es la espiritualidad. La religión, en muchas ocasiones, el sentirse amado a pesar de todo puede ayudar a curar muchas heridas, entonces un acercamiento a lo espiritual también ayuda a las personas a sanar heridas que se hicieron en la infancia y a entender que ésas quizás no se han hecho a propósito, sino por el desconocimiento de los padres. Eso también ayuda”, puntualiza.