Por Matias Philco
Equilibrar los estudios con largas horas de entretenimiento deportivo es un desafío que se debe enfrentar si se busca ser un deportista de alto rendimiento. Es una tarea difícil, pero no imposible, dice Aurelia Choque, estudiante universitaria de la carrera de Periodismo, apasionada jugadora de baloncesto e integrante de la selección departamental de este deporte en La Paz, categoría femenina.
«Mi día comienza muy temprano y trato de organizar mi agenda con una lista de tareas, de manera que puedo dividir el tiempo entre entrenamientos y mis estudios. En las semanas en las que tengo partidos importantes, los docentes me brindan un poco de flexibilidad, pero no es excusa para dejar de cumplir con mis responsabilidades académicas”, comenta.
La clave está en la gestión del tiempo y una comprensión clara de las prioridades personales, asegura. Para la deportista no ha sido un camino fácil, la doble responsabilidad implica cumplir con los entrenamientos, las competencias y, al mismo tiempo rendir académicamente, lo que requiere una planificación rigurosa, una fuerte capacidad de organización y principalmente disciplina.
«Uso un calendario donde anoto todo: desde las fechas límite de entrega de trabajos, hasta los horarios de entrenamientos y partidos. También trato de adelantar mis estudios cuando sé que voy a tener alguna competencia importante o viajes con el equipo. A veces tengo que estudiar en los descansos entre partidos o incluso en el autobús de regreso de las competencias, pero para mí vale la pena”, indica.
Cada 20 de septiembre, a nivel mundial, se celebra el Día del Deportista Universitario, una fecha marcada en el calendario para reconocer a aquellos estudiantes que no solo destacan en su formación académica, sino también en el ámbito deportivo. Estos jóvenes enfrentan el desafío de equilibrar el esfuerzo físico y mental que demanda la práctica deportiva con las responsabilidades académicas de la universidad.
El deporte no es solo una actividad extracurricular, sino una parte fundamental del desarrollo integral de los estudiantes. Los deportistas universitarios aprenden valiosas lecciones de disciplina, trabajo en equipo, liderazgo y resiliencia, cualidades que también son esenciales para tener éxito en sus estudios y en su vida profesional.
Un esfuerzo reconocido
Muchos estudiantes deportistas se ven obligados a manejar su tiempo de manera extremadamente eficiente, sacrificando, en ocasiones, su tiempo libre para cumplir con ambos compromisos.
Para Paola Luna Escobar convertirse en una deportista de alta competencia implica trazarse metas y, lo más importante, estar dispuesta a hacer sacrificios por alcanzarlas.
“Entreno cuatro horas diarias, hasta seis al día, dependiendo de la preparación para representar a Bolivia en algún campeonato internacional, sin olvidar mis estudios trato de mantener un equilibrio ya que los horarios son bastante exigentes, especialmente con las clases y proyectos”, detalla la estudiante de Ingeniería Comercial de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, quien ha representado al país en varias competencias internacionales en la disciplina de karate.
El éxito de un deportista universitario no se mide únicamente por las medallas o logros en el campo de juego, sino también por su capacidad de forjar una carrera profesional mientras desarrolla una identidad multifacética como atleta y estudiante.
“Son muy pocas las universidades del país que te dan estos privilegios. Las universidades parecidas son las estadounidenses, donde el deportista llega a la ‘U’ y sale como atleta profesional y también como profesional. Unifranz siempre busca ir un pasito más allá y ser mejor cada día”, comenta Bruno Rojas, quien no puede disimular la satisfacción de haber concluido su carrera.
Historias como la de Aurelia, Paola y Bruno muestran el desafío de coordinar la vida universitaria con el deporte de alto rendimiento. Las universidades juegan un rol clave al ofrecer apoyo y flexibilidad a los deportistas, brindándoles recursos como tutores académicos y programas de bienestar mental y físico.
En el fondo, este día celebra no solo el talento deportivo, sino también el compromiso con el desarrollo académico y personal, que constituye un ejemplo para todos los estudiantes.
Este equilibrio entre deporte y estudios es una muestra de que, con esfuerzo y dedicación, es posible alcanzar grandes metas en múltiples ámbitos de la vida.
Ecosistema de bienestar estudiantil
La actividad física, como el teatro, la danza, entre otros forman parte del ecosistema de bienestar estudiantil que desarrolla Unifranz, a través de nuestra área de Servicios Estudiantiles.
“Su salud física, mental, social, financiera, intelectual, ocupacional, entre otros, son vitales para que el estudiante desarrolle sus potencialidades de forma integral y pueda lograr un verdadero equilibrio en su formación. Las mismas están enmarcadas en las dimensiones de bienestar integral que apoya la universidad en los estudiantes que se forman en nuestra institución”, apunta Ninoska Peñaloza, Directora Nacional de Servicios Estudiantiles de Unifranz.