Por Manuel Filomeno
Carmen Abastoflor vio a la muerte de cerca en 2020, estuvo internada con Covid-19 en la Unidad de Terapia Intensiva (UTI) por 10 días y pasó casi un mes recibiendo oxígeno en casa, hasta que pudo levantarse por sí sola y retomar sus actividades, o eso pensó ella.
“Cuando ya tenía fuerzas empecé a retomar mi vida cotidiana, me sentía bien, pero poco a poco empecé a sentir que me faltaba el aire y me costaba retomar el aliento”, agrega la mujer de 40 años.
Al ir al médico, Carmen se encontró con que tenía una de las secuelas más comunes del Covid-19, la fibrosis pulmonar, una condición que hace que sus pulmones sean menos flexibles y que aún padece, casi cuatro años después de contraer la enfermedad.
Como Carmen, entre el 5% y el 10% de las personas que contrajeron el Covid-19 presentan algún tipo de secuela, las cuales van desde la fibrosis pulmonar, ya mencionada, hasta problemas neurológicos como niebla mental o cardíacos, como palpitaciones, entre otras afecciones.
En ocasiones, a estos problemas de salud persistentes se los llama síndrome post-Covid-19, afecciones post-Covid-19, Covid-19 persistente, síndrome crónico de Covid-19 o secuelas agudas de la infección por el virus SARS-CoV-2, los cuales pueden prolongarse por meses e incluso años, después de la infección inicial.
“Una de las principales secuelas que se ha observado entre los pacientes que tuvieron Covid-19 es la fibrosis pulmonar, o sea que el tejido pulmonar dañado ha sido reemplazado por colágeno, lo cual endurece al pulmón y ya no es flexible”., explica Gabriel Mendoza, patólogo y docente de la carrera de Medicina de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Mendoza indica que las personas que presentan esta secuela tienden a cansarse con mayor rapidez y pueden llegar a dejar de respirar por momentos, por lo que en muchas oportunidades requieren de fisioterapia para restaurar la flexibilidad de sus pulmones.
“Esto tiene consecuencias a largo plazo en el cual las personas no pueden respirar normalmente o se cansan demasiado rápido o no pueden inspirar, meter aire a los pulmones con normalidad y estas secuelas a veces necesitan de fisioterapia para restablecer la función pulmonar”, agrega.
De acuerdo con la Organización Mundial de la Salud (OMS), las personas que desarrollaron una enfermedad grave tienen más chances de desarrollar secuelas. Esta posibilidad aumenta si el individuo estuvo internado en una terapia intensiva.
Cuáles son las secuelas más comunes del Covid-19
De acuerdo con la OMS y el Centro de Prevención y Control de Enfermedades (CDC) de Estados Unidos, los síntomas persistentes y secuelas más comunes del Covid-19 son los siguientes:
● Cansancio o fatiga que interfiere con la vida diaria
● Síntomas que empeoran después de un esfuerzo mental o físico (también conocido como «malestar general posterior al esfuerzo”)
● Fiebre
● Dificultad para respirar o falta de aire
● Tos
● Dolor de pecho
● Corazón que late rápido o muy fuerte (conocido como palpitaciones)
● Dolor de cabeza
● Problemas neurológicos
● Alteraciones en el gusto y el olfato
● Problemas para dormir
● Mareos (desvanecimiento) al ponerse de pie
● Sensación de hormigueo
● Depresión o ansiedad
● Diarrea
● Dolor estomacal
● Dolor muscular o en las articulaciones
● Sarpullido
● Cambios en los ciclos menstruales
El médico señala que, también, los pacientes que tuvieron Covid grave y que llegaron a la UTI suelen presentar secuelas neurológicas, las cuales pueden ir desde problemas con la memoria hasta fallas motoras.
“Otras secuelas son aquellas que se presentan a nivel neurológico, los pacientes que llegaron a terapia intensiva y sobrevivieron han tenido algún tipo de déficit neurológico post covid, pueden ser fallas en la memoria, lentitud en el pensamiento y el lenguaje y algunos, inclusive, han presentado fallas motoras como temblores o debilidad en las manos”. concluye.