Por Lily Zurita
Desde muy pequeña, Mariana mostró una tendencia a utilizar su mano izquierda para realizar algunas cosas básicas, como agarrar la fruta o la cucharilla. Cuando entró a la escuela e inició el aprendizaje de la escritura quiso hacer lo mismo, pero su padre, hombre de campo que pensaba que ser zurdo era una discapacidad, no la dejó. Le amarraba su mano izquierda hacia atrás y la obligaba a escribir con la derecha.
Mariana, a la fuerza, es diestra y, con el pasar de los años, tiene que sopesar con algunas dificultades, como la falta de fuerza en sus brazos o, cuando juega racquet, cambiar la raqueta de mano según el lado al que va la pelota.
Cristofer Ortiz, docente de la carrera de Psicología de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, asegura que cuando se frustra la tendencia natural de una persona a ser zurda, como sucedía en el pasado debido a presiones culturales y sociales, se pueden producir efectos emocionales y neuropsicológicos.
“Esto se conoce como forzamiento de diestros y ha sido más común en algunas sociedades a lo largo de la historia”, dice el académico.
Algunas consecuencias de este forzamiento podrían ser:
• La confusión y la dificultad en la realización de tareas cotidianas, debido a que el cerebro está naturalmente cableado para preferir la mano izquierda, y cambiar esa preferencia puede generar descoordinación y dificultades motoras.
• Estrés emocional y ansiedad en la persona, ya que se le está obligando a realizar acciones contrarias a su naturaleza.
• Efectos negativos en la autoestima y la autoimagen.
Ortiz indica que “aunque el cerebro es bastante plástico y puede adaptarse en cierta medida, esta adaptación puede no ser tan eficiente como la organización natural de la lateralidad”.
Los zurdos a menudo destacan en la generación de múltiples soluciones
Por qué una persona es zurda
La lateralidad cerebral, es decir, la preferencia por usar un lado del cuerpo sobre el otro, está influenciada por una combinación de factores genéticos y ambientales.
La tendencia a ser zurdo o diestro parece estar relacionada en parte con la herencia genética, pero no se ha identificado un único gen que determina la lateralidad.
La lateralización cerebral se desarrolla en el útero y se establece en gran medida durante la gestación, con el hemisferio cerebral izquierdo controlando la mano derecha en la mayoría de las personas diestras y el hemisferio cerebral derecho controlando la mano izquierda en algunos zurdos.
“Ser zurdo significa que una persona tiene una preferencia natural por usar su mano izquierda en lugar de la derecha para realizar tareas cotidianas. Esto se debe a una mayor dominancia del hemisferio cerebral derecho en el control motor en los zurdos”, indica el docente universitario.
En los zurdos, el hemisferio cerebral derecho suele estar más involucrado en el control de la motricidad fina y la coordinación motora. Ser zurdo no tiene una connotación negativa ni positiva en sí misma; simplemente es una variación natural de la lateralidad.
El zurdo tiene algunas ventajas
Los zurdos no son necesariamente «especiales» en el sentido de ser diferentes en su esencia, pero presentan una serie de características interesantes desde una perspectiva neuropsicológica.
Algunas de estas características incluyen una mayor prevalencia en campos artísticos y creativos, así como una posible ventaja en ciertas tareas cognitivas relacionadas con la creatividad y la resolución de problemas.
Las personas zurdas -según Ortiz- no desarrollan necesariamente habilidades inherentes diferentes de las personas diestras, pero pueden tener algunas ventajas o diferencias en ciertas áreas debido a la forma en que sus cerebros están organizados.
Debido a la forma en que el cerebro de una persona zurda está organizado, pueden sobresalir en tareas que requieren habilidades espaciales, como la navegación, la resolución de rompecabezas visuales o la interpretación de mapas.
Los zurdos a menudo destacan en la generación de múltiples soluciones o perspectivas en situaciones problemáticas. La creatividad y la expresión artística pueden ser áreas donde las personas zurdas se destacan.