Por Lily Zurita
“La creatividad es hija de la libertad y ese es el sentimiento que nos mueve. La libertad”, decía Alejandra Román, comunicadora social y diseñadora gráfica argentina fundadora de Manifestarte, un festival de publicidad y diseño que nació en Santa Cruz, hace 10 años.
Desde su creación en 2014, Manifestarte se ha consolidado como un festival de artes visuales esenciales en Bolivia. Este evento no solo celebra la creatividad emergente, sino que también ofrece una plataforma dinámica donde el talento joven puede brillar y desafiar los límites de la expresión artística.
Más que un festival de diseño
La idea del festival surgió de la necesidad de crear un espacio donde los universitarios pudieran mostrar las habilidades adquiridas en las aulas y enfrentarse a desafíos reales. La participación en concursos, el desarrollo de proyectos y la interacción con profesionales son pilares fundamentales de este evento.
«Además de ser una vitrina para el talento, el festival incentiva a los jóvenes a liberar su creatividad, cumpliendo objetivos concretos», destaca Lita Domínguez Araujo, directora de Diseño Gráfico y Producción Cross Media de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.
Talento emergente
Para la académica, el concepto de talento emergente está intrínsecamente ligado a la creatividad. «Todos poseen talento emergente, pero este necesita ser ejercitado constantemente. Es como un músculo que, al entrenarse, se fortalece y nos ayuda a destacar», afirma y, al mismo tiempo, puntualiza que los estudiantes de hoy tienen una ventaja significativa porque practican la creatividad de manera natural y continua.
La diversidad de habilidades es otro de los aspectos que se valoran ya que, en palabras de Domínguez, “el diseño gráfico no es estático. Los estudiantes deben reinventarse constantemente para sobresalir en un mercado competitivo».
Creatividad a la carta
«Creatividad a la carta», así se denominó la versión 2024 del festival porque cada participante tuvo la libertad de manifestarse de manera única.
Para Claudio de la Rosa, director de Publicidad y Marketing en la misma Casa de Estudios Superiores, la creatividad no se limita a un solo formato o técnica. «Puede estar presente en un punto en la pared o en una campaña publicitaria. Lo importante es utilizarla estratégicamente para vender ideas y productos de manera atractiva».
Durante el evento, los participantes tienen la oportunidad de explorar distintas disciplinas como la fotografía, el diseño audiovisual y la ilustración. Esta variedad no solo enriquece la experiencia de los futuros profesionales, sino que también les permite descubrir nuevas formas de aplicar la creatividad en su vida profesional.
«Los festivales, concursos y encuentros universitarios son esenciales porque permiten a los estudiantes foguearse, aprender de sus errores y exponer sus trabajos en un entorno real», señala De la Rosa.
La importancia de la práctica en la formación académica
Uno de los mayores valores de Manifestarte es su enfoque en la práctica porque en el ámbito del diseño gráfico, la teoría se complementa con la experiencia práctica.
«Así, los estudiantes aprenden haciendo, enfrentándose a retos y solucionando problemas en tiempo real», aclara Domínguez. Este enfoque permite que los jóvenes desarrollen habilidades concretas y estén mejor preparados para enfrentar los desafíos del mercado laboral.
El acceso democratizado a la creatividad es otro de los objetivos del festival, porque no solo busca destacar a los futuros diseñadores o publicistas, sino que también promueve la idea de que la creatividad puede aplicarse en cualquier profesión y cualquier edad.
«La creatividad no es exclusiva del diseño. Es una herramienta universal que, si se canaliza correctamente, puede transformar industrias enteras», subraya, por su parte, De la Rosa.
Más allá de ser un evento académico, en este tipo de festivales, los estudiantes no solo muestran sus éxitos, sino también sus fracasos, creando un espacio de aprendizaje auténtico.
«La vida es un reto constante, y los jóvenes aprenden enfrentándose a él», concluye Domínguez. El camino hacia la excelencia está lleno de desafíos, pero también de oportunidades para innovar y crecer.