¿Cómo el metaverso revolucionará la educación, el medioambiente, la medicina y la cultura?

¿Cómo el metaverso revolucionará la educación, el medioambiente, la medicina y la cultura?

Por Manuel Filomeno

El metaverso está cada vez más cerca de nosotros y sus aplicaciones se multiplican exponencialmente con el pasar de los meses. Esta tecnología emergente ofrece una infinidad de oportunidades para educadores, médicos, activistas y expertos en patrimonio, entre otros, eliminando las barreras geográficas y permitiendo la creación de comunidades más conectadas y eficientes.

Pero, ¿qué es el metaverso? Esta tecnología es definida como un mundo virtual, uno al que es posible conectarse utilizando una serie de dispositivos que nos harán pensar que realmente estamos dentro de él, interactuando con todos sus elementos, transportando a sus usuarios a un mundo totalmente nuevo a través de gafas de realidad virtual y otros complementos.

Los mundos virtuales no son nada nuevo, y existen una gran cantidad de ellos, sobre todo en el sector de los videojuegos. Sin embargo, el metaverso no busca ser un mundo de fantasía, sino una especie de realidad alternativa en la que podremos hacer las mismas cosas que hacemos hoy en día fuera de casa, pero sin movernos de la habitación.

Educación y salud

“El metaverso, una tecnología emergente, presenta oportunidades para optimizar la educación mediante enfoques innovadores. A través de entornos virtuales tridimensionales, el aprendizaje inmersivo se convierte en una realidad”, explica Marcelo Pacheco, director de la carrera de Ingeniería de Sistemas de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Pacheco señala que, por ejemplo, en la enseñanza de ciencias, los estudiantes pueden explorar estructuras moleculares en entornos virtuales, proporcionando una comprensión más profunda de los conceptos.

“Además, el metaverso facilita la colaboración global, conectando a estudiantes de diferentes partes del mundo. Se pueden realizar proyectos de investigación conjunta en entornos virtuales compartidos, fomentando la diversidad de perspectivas”, agrega.

Por otra parte, la realización de eventos educativos virtuales ofrece la posibilidad de eliminar las restricciones geográficas.

“Las conferencias y seminarios pueden realizarse en el metaverso, permitiendo que estudiantes de cualquier lugar participen sin la necesidad de desplazarse. Asimismo, las simulaciones prácticas en campos como la medicina se vuelven más realistas, ofreciendo a los estudiantes oportunidades valiosas para practicar procedimientos médicos en entornos virtuales antes de enfrentarse a situaciones reales”.

La personalización del aprendizaje es otro aspecto clave. Los entornos virtuales pueden adaptarse para satisfacer estilos de aprendizaje individuales, ofreciendo recursos específicos para cada estudiante

Volviendo al tema de la medicina, Pacheco explica que la creación de entornos virtuales interactivos puede ayudar en la medicina preventiva, ayudando a los médicos a mostrar a sus pacientes los efectos de ciertos hábitos poco saludables, así como llevar a cabo consultas a distancia de una manera más natural.

“El metaverso puede revolucionar la atención sanitaria preventiva y la participación del paciente al proporcionar entornos virtuales interactivos que fomentan la conciencia y la adopción de hábitos saludables. La participación del paciente podría mejorarse mediante la creación de comunidades virtuales de apoyo, donde los pacientes comparten experiencias y consejos sobre la prevención y el manejo de enfermedades. El metaverso también facilitará la monitorización remota de la salud, permitiendo a los pacientes acceder a datos en tiempo real sobre su estado y recibir retroalimentación personalizada”, expresa el experto.

Unifranz
La personalización del aprendizaje es otro aspecto clave

Cambio climático, patrimonio y desarrollo humano

El metaverso también puede desempeñar un papel crucial en fomentar la colaboración y el cambio social al proporcionar plataformas virtuales que conectan a personas de diversas partes del mundo.

“En un metaverso, se podrían organizar reuniones, conferencias y eventos colaborativos para abordar problemas sociales, permitiendo la participación activa de individuos, organizaciones y comunidades. La creación de entornos virtuales compartidos facilita la colaboración en iniciativas globales, desde proyectos de desarrollo sostenible hasta campañas de concienciación social”, explica el académico.

Además, el metaverso podría ser una herramienta efectiva para visualizar los riesgos climáticos globales.

“Al crear representaciones virtuales del cambio climático, los impactos ambientales y las posibles soluciones, se puede aumentar la conciencia y comprensión pública. Por ejemplo, los modelos climáticos podrían presentarse de manera interactiva, permitiendo a las personas explorar escenarios y entender la urgencia de abordar los problemas ambientales”.

Finalmente, las tecnologías emergentes, como el metaverso y la Web3, tienen el potencial de transformar el sector del patrimonio cultural y el desarrollo urbano al ofrecer nuevas formas de preservar, acceder y participar en la cultura y la historia.

“Puede recrear entornos virtuales que representan sitios históricos y museos, permitiendo a las personas explorar digitalmente el patrimonio cultural desde cualquier lugar del mundo. Además, la tecnología Web3 puede facilitar la creación de plataformas descentralizadas para la gestión y preservación de activos culturales, asegurando la accesibilidad y la integridad de la información.

En el ámbito del desarrollo urbano, estas tecnologías pueden ser empleadas para la planificación y visualización de proyectos. Las comunidades pueden participar activamente en el diseño de espacios urbanos a través de entornos virtuales interactivos. La descentralización de la gestión de datos urbanos a través de tecnologías como la Web3 podría mejorar la transparencia y la eficiencia en la toma de decisiones.

“En conjunto, el metaverso ofrece oportunidades para revitalizar y preservar el patrimonio cultural, así como para impulsar un desarrollo urbano más inclusivo y participativo, mejorando la conexión entre las personas y su entorno histórico y cultural”, finaliza el ingeniero.

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