Café de autor: el aroma que fusiona identidad, emprendimiento y visión creativa

La fama del café boliviano ha trascendido fronteras. Ahora desde la preparación de una taza, como café de autor, representa una experiencia sensorial que conecta territorio, saber ancestral, creatividad y visión emprendedora. Este concepto ha dado lugar a espacios como: De la finca a la taza, en la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, donde no solo se reúnen personas que valoran el buen café, sino que funciona como punto de encuentro para compartir conocimiento, identidad y economía creativa.
Por ello, el Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE) de Unifranz, en colaboración con el Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (CERES), organizó recientemente el conversatorio “De la finca a la taza”.
Este evento se consolidó como un espacio valioso de encuentro y reflexión, que reunió a emprendedores, baristas, productores de café, académicos y actores clave del ecosistema económico local.
Rolando López, vicerrector de Unifranz considera que espacios como este permiten conectar a los distintos actores de la cadena productiva y visibilizar el trabajo que hay detrás de cada taza, promoviendo así una mayor conciencia sobre su impacto económico, social y ambiental.
“Cada experto compartió su propuesta de valor desde una perspectiva única, y eso es precisamente lo más relevante: el valor que cada uno aporta al mercado. Lo más interesante del conversatorio fue constatar que la innovación puede surgir tanto en la finca como en la taza”, afirma el académico.
El objetivo principal es promover y fortalecer la economía creativa, destacando el valor del café como producto cultural, económico y social, así como su potencial para generar desarrollo sostenible a partir de la articulación entre los diferentes eslabones de su cadena productiva.
De la finca a la Taza
Santiago Laserna, director de proyectos del Centro de Estudios de la Realidad Económica y Social (Ceres), sostiene que, en los últimos doce años se han abierto muchas cafeterías de especialidad que han llevado el concepto de café mucho más allá de lo convencional.
“El concepto de café de autor lleva un paso más delante de la producción cafetera, con un valor agregado, que identifica ciertos procesos que tienen más que ver con la cata y el sabor del café, incluso de la producción que ayudan a especializar esta disciplina y hacer algo más fino y especializado para lo que busca el cliente, llevando la producción cafetera un paso más allá, incorporando técnicas internacionales”, explica Laserna.
A diferencia de otros países con una industria cafetera altamente industrializada, Bolivia tiene la oportunidad de destacar en el mercado global a través del café de autor, una tendencia que valora la trazabilidad, la autenticidad del origen y la historia detrás de cada taza.
Cada finca y cada productor boliviano tiene una narrativa única que aporta valor a un café que no compite por volumen, sino por experiencia, identidad y conexión con el consumidor.
Único y exótico, así es el café boliviano
María Saravia, cofundadora del café “4 Llamas”, sostiene que el café boliviano ha ganado reconocimiento y prestigio a nivel internacional por su sabor único. Por esta razón, ella y su equipo están comprometidos con la producción de un café de altísima calidad, cuidando cada etapa del proceso, desde el cultivo hasta la taza final. Su objetivo es no solo mantener, sino también elevar el estándar del café boliviano, mostrando al mundo el potencial y la riqueza de este producto nacional.
“El café boliviano es considerado uno de los mejores en el mundo, incluso los precios del café boliviano están por encima de otros grandes competidores, de otros países productores. Entonces contamos con un café realmente bueno a nivel Bolivia. Además, tenemos mucha suerte con la tierra que tenemos, porque realmente nos ayuda a tener un valor agregado”, explica Saravia.
Una de las grandes fortalezas del café boliviano es su cultivo orgánico y artesanal, muchas veces liderado por pequeñas comunidades que han conservado métodos de producción agroecológica. Esta forma de trabajo da como resultado granos más puros, menos intervenidos y con un perfil de sabor limpio, floral, con acidez balanceada y notas frutales profundas.
“El sector cafetero tiene amplio potencial en Bolivia gracias a nuestros territorios agrícolas y diversidad de terrenos. Pero todavía requiere políticas que integren a productores, comercializadores, distribuidores e incluso baristas”, destaca Laserna.
De la misma manera, Silvia Valverde, Ingeniera Industrial y catadora profesional de café certificada como “Q Grader”, está convencida de que el café boliviano posee un enorme potencial de crecimiento y expansión en los mercados. Según explica, las características exóticas y singulares de este café lo hacen altamente valorado por los expertos y amantes del café de especialidad.
“Lo que hace único a nuestro café es la gran biodiversidad que tenemos en Bolivia. Tenemos café con muchas características y expresiones distintas debido a que tenemos zonas altas, medias y trópico. Puedes encontrar una gran diversidad de sabores de expresiones, de intensidades y también mucha variedad genética por producir”, explica Valverde.
Por otro lado, María comenta que, 4 Llamas tiene un propósito claro y lleno de significado: aportar al desarrollo del país a través del café de especialidad. Una decisión cargada de esperanza y compromiso, motivada por el deseo de revalorizar los productos bolivianos y generar un impacto positivo en las comunidades cafetaleras.
“Producimos café de alta especialidad en la zona de Caranavi. Para ello consideramos que existen tres pilares importantes como: las personas con quienes trabajamos, la sostenibilidad y la innovación”, sostiene Saravia, que desde el 2018 con su esposo, iniciaron 4 Llamas como proyecto de vida enfocado en aportar al país con trabajo, la calidad y la pasión por el café.
Desde cafés cultivados en territorio amazónico boliviano hasta granos que maduran lentamente en localidades con climas húmedos como en Los Yungas, el país tiene el potencial de crear perfiles únicos, exclusivos, difíciles de replicar en otras regiones. Esto lo convierte en un terreno fértil para el café de autor y para proyectos de economía creativa que buscan diferenciarse por calidad e historia.