Bolivia en Todos Santos: viaje, tradición y aventura en un feriado que mueve al país
Por Leny Chuquimia
 
      Bolivia se prepara para vivir un largo feriado de Todos Santos, una fecha en la que tradición y movimiento económico se entrelazan. Este año, el descanso se trasladó al lunes 3 de noviembre y abre una ventana ideal para quienes desean reencontrarse con el país, respirar otros aires y recorrer paisajes que se sienten sagrados por su naturaleza o por su historia.
Desde destinos espirituales, como la isla del Sol o las Misiones Jesuíticas, hasta aquellos en los que la aventura es la marca, como el Camino de la Muerte en los Yungas o la espesura de la selva en el Madidi, son parte de la oferta.
Espiritualidad y paisaje
“Uno de los principales atractivos para este fin de semana largo será el tema espiritual. Copacabana, es el centro religioso por excelencia. Además, desde este punto se puede visitar las Islas del Sol y de la Luna”, señala el docente de la carrera de Administración de Hotelería y Turismo de Unifranz, Juan Carlos Núñez.
En el altiplano, el Lago Titicaca aguarda como un espejo eterno. Las islas del Sol y de la Luna emergen como refugios donde el visitante se encuentra con la memoria ancestral. Allí, el ritmo lento de las comunidades invita a caminar sin prisa, dejando que el cuerpo se adapte a los casi 4.000 metros de altura y que la mente sintonice con la calma.
Otro circuito ya consolidado es el de las Misiones Jesuíticas de Chiquitos, en el departamento de Santa Cruz. Llevan ese nombre porque fueron pueblos creados por misioneros de la Compañía de Jesús. Aún conservan y viven las tradiciones forjadas por siglos de encuentro entre las diferentes etnias indígenas y las misiones.
Parte de sus características son la música barroca, las artesanías, las danzas, las festividades, la música autóctona, los juegos populares, la pintura, la escultura, la mitología, la relación con la naturaleza y la totalidad de los templos restaurados.
Si hablamos de paisajes, hacia el suroeste del país, está el Salar de Uyuni. Allí el horizonte se confunde con el cielo y el viajero encuentra en la inmensidad salina una experiencia casi meditativa. En la Isla Incahuasi, con sus cactus centenarios, el tiempo se detiene, lo que invita al visitante a guardar el celular y vivir la realidad.
No muy lejos, el Parque Nacional Sajama se levanta como una postal de la puna más pura. Vicuñas que pastan en silencio, aguas termales que humean frente al nevado más alto del país y comunidades que conviven con el frío en serenidad, crean la calma que uno busca para recargar energías.
Selva, aventura y caminos antiguos
“Tenemos una variedad de destinos y para todos los gustos. Uno de ellos son los Yungas y los caminos precolombinos que nos invitan a vivir la aventura”, explica Juan Carlos Cárdenas, directivo de la Asociación Boliviana de Agencias de Turismo Receptivo (Abatur).
Entre nubes, precipicios y vegetación densa, los Yungas, en La Paz, vuelven a llamar a los aventureros. La antigua ruta, conocida como Camino de la Muerte, se ha convertido en escenario deportivo y adrenalínico para quienes se atreven a recorrerlo en bicicleta o en vehículo.
Quienes opten por caminatas de un día encontrarán alternativas en la Cordillera Real: Laguna Esmeralda, Tuni Condoriri y otros destinos donde la montaña se presenta majestuosa y accesible para los visitantes dispuestos a madrugar, caminar y respirar aire puro. También están los caminos precolombinos como El Takesi o El Choro, ideal para caminatas largas para los tres días de feriado.
En la otra cara del mapa y del clima, el Parque Nacional Madidi respira humedad, vida, bosque y río. Es uno de los lugares más biodiversos del planeta, escenario privilegiado para la fotografía y el encuentro con especies únicas, incluido el delfín rosado amazónico. El viaje hacia este territorio requiere organización, pero pero es un viaje que no se olvida.
Otros prefieren la serenidad de Villa Tunari, en Cochabamba, con su clima amable, donde los ríos y la vegetación permiten conectarse con la naturaleza sin renunciar a ciertas comodidades.
Memoria, patrimonio y tradición
Si el viaje se orienta hacia la historia, Bolivia también guarda tesoros. Potosí invita a mirar de frente su colosal pasado y presente minero; Sucre ofrece la elegancia blanca de sus calles, la memoria republicana y la habitación fresca de sus antiguas casonas.
A este mapa turístico se suman espacios de peregrinación cultural del día, como el sitio arqueológico de Tiwanaku o el espectáculo contemporáneo y popular de las cholitas luchadoras en El Alto, donde identidad y modernidad confluyen con autenticidad.
Pero algo que no puede faltar son las visitas a espacios donde la fiesta de Todos Santos es la protagonista. Los cementerios municipales de La Paz, El Alto, Potosí o Sucre son sitios en los que se puede ver la tradición, con el armado de mesas y los rituales del despacho de las almas.
Una invitación a viajar con responsabilidad
“Los operadores estamos preparados para ayudar a planificar viajes de acuerdo al presupuesto y el número de personas”, afirma Cárdenas, al mismo tiempo que exhorta a acudir a empresas formalmente establecidas para garantizar seguridad y calidad.
En un contexto donde el desabastecimiento de combustible puede generar complicaciones, la planificación cobra un rol especial. Reservar transporte, anticipar rutas y consultar operadores serios puede marcar la diferencia entre un viaje perfecto y uno frustrante.
El turismo, recuerda Cárdenas, es un motor que redistribuye los ingresos entre comunidades, hoteles, transportistas y guías, y este fin de semana largo representa una oportunidad para impulsar la reactivación del sector pese a las dificultades logísticas que el país atraviesa.
Más allá del destino elegido -altiplano, selva, valle o ciudad histórica-, este feriado de Todos Santos invita a honrar a quienes partieron, pero también a celebrar la vida, el movimiento y la conexión con el territorio. Bolivia ofrece rutas que son memoria, aventura y contemplación, y recorrerlas es una forma de reconocer la riqueza que late en cada rincón del país.