¿Cómo obtener libertad financiera? Cinco consejos prácticos desde la academia
Por Andres Zankis
Desde el ahorro consciente hasta las inversiones con propósito, te mostramos cómo aplicar la sostenibilidad en tu economía personal.
La educación financiera comienza con pequeños cambios en la forma en que las personas administran su dinero. Bajo esta premisa, Luz Estrella Canido, directora de la carrera de Contaduría Pública de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz, reflexiona sobre una problemática cotidiana que afecta a familias: los gastos superfluos, aquellos que parecen inofensivos, pero que a largo plazo pueden limitar la estabilidad económica y el crecimiento financiero personal.
“Los gastos superfluos son aquellos que no aportan valor real o duradero a tu vida y que, muchas veces, se realizan por impulso, hábito o presión social. Entre ellos podemos mencionar las compras por moda, suscripciones que no se usan o comidas frecuentes fuera de casa, hábitos que pueden parecer mínimos, pero que al acumularse generan un impacto considerable en las finanzas personales”, explica la académica.
Para Canido, la clave está en la conciencia y el registro. “El primer paso es registrar todos los gastos, sin excepciones, por al menos 30 días. Clasificarlos entre necesarios, importantes y superfluos permite visualizar a dónde realmente se está yendo el dinero”, comenta. Esta práctica no solo permite detectar fugas financieras, sino también generar hábitos de control y planificación que son esenciales para cualquier persona.
El ejercicio de multiplicar el gasto mensual por 12 —señala Canido— ayuda a dimensionar el peso real de los gastos innecesarios. “Cuando ves que lo que gastas en snacks o delivery equivale a varios miles de bolivianos al año, comprendes que el ahorro no depende del ingreso, sino del hábito”, afirma. Desde esta perspectiva, promover la educación financiera desde edades tempranas se convierte en una herramienta de empoderamiento económico.
Propone estrategias prácticas para eliminar los gastos superfluos, como establecer prioridades financieras, aplicar la regla del 70/20/10 —donde el 70% se destina a gastos necesarios, el 20% al ahorro y el 10% al ocio— o implementar el llamado “reto sin gasto”. Según Canido, estas acciones fomentan una relación más saludable con el dinero, donde “no se trata de eliminar todo de golpe, sino de reordenar prioridades y generar disciplina”.
Desde Unifranz, la carrera de Contaduría Pública promueve este tipo de reflexiones como parte de su enfoque educativo, que busca formar profesionales con competencias técnicas, pero también con inteligencia financiera y ética económica. “El contador público no solo administra cifras; interpreta, asesora y educa financieramente. En la universidad incentivamos a nuestros estudiantes a aplicar estos principios en su vida cotidiana y profesional”, destaca Canido.
La estabilidad financiera, añade la directora, no se logra únicamente a través del ahorro, sino a través de un cambio profundo en la relación que cada persona establece con el dinero. En su artículo describe cuatro etapas de este proceso: conciencia, ajuste, consolidación y crecimiento, donde cada una representa un avance hacia la libertad económica.
“Cada gasto que eliminas hoy es una oportunidad que ganas para construir tu libertad financiera mañana. Es importante considerar que la educación financiera no debe verse como un lujo, sino como una necesidad para todas las familias bolivianas”, concluye Canido.
En este sentido, Contaduría Pública se convierte en una carrera estratégica para quienes buscan entender, gestionar y transformar la economía personal y empresarial. Unifranz impulsa una cultura de aprendizaje continuo y responsabilidad económica, que prepara a sus futuros profesionales para enfrentar los desafíos financieros del mundo actual.