“No estás sola/o”, la web de apoyo a víctimas de violencia, creada por estudiantes de Unifranz

Por Ricardo Espinoza

No estás sola
“No estás sola/o”, es una portal web de apoyo a víctimas de violencia creada por estudiantes de Unifranz

Natalia tiene 17 años y carga un silencio que le pesa. Como ella, miles de personas viven situaciones de violencia sin saber a quién acudir, por miedo, vergüenza o desconocimiento. Pensando en ellas, estudiantes de Derecho de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz El Alto, crearon la plataforma web «No estás sola/o» que ofrece información clara, asesoría legal y psicológica, y un espacio anónimo para compartir experiencias.

Lo que nació como un proyecto académico para Miriam Mamani y Fabiana Zambrana, hoy se proyecta como una herramienta concreta de apoyo para quienes más lo necesitan. Este sitio web – https://noestasola.netlify.app/ – es un recurso accesible y empático dirigido a víctimas de violencia sexual, así como a personas cercanas que quieran ayudarlas. Allí se puede encontrar información sobre los derechos de las víctimas, cómo denunciar, qué instituciones ofrecen atención gratuita, e incluso compartir historias —de forma anónima o con nombre propio— como una manera de sanar, conectar y no sentirse sola.

“El objetivo es brindar un espacio seguro y sin juicio. Sabemos que muchas víctimas no hablan por miedo, vergüenza o desconocimiento. Por eso, creamos esta herramienta: para que al menos tengan un lugar donde comenzar”, explica Fabiana, una de las creadoras; ambas diseñaron el contenido legal y coordinaron el desarrollo tecnológico del portal con el apoyo de estudiantes de Ingeniería de Sistemas de la misma universidad.

Aprender haciendo, transformar desde el aula

El proyecto es parte de los proyectos integradores que impulsa Unifranz desde su modelo pedagógico basado en el “aprender haciendo”. Así, los estudiantes no solo adquieren conocimientos teóricos, sino que los aplican en contextos reales, resolviendo problemas sociales y aportando soluciones tangibles.

“Desde los primeros semestres vimos temas como los derechos humanos y el enfoque de género, pero tener la oportunidad de construir algo que puede ayudar a alguien concreto es otra dimensión de aprendizaje. Es la vida misma”, reflexiona Miriam.

La iniciativa surgió al identificar una brecha enorme: la falta de herramientas accesibles y amigables para enfrentar diversas situaciones de violencia, tanto física como psicológica, muchas veces cometida dentro del entorno familiar. Miriam y Fabiana recopilaron legislación vigente, mapas de servicios, contactos de fundaciones y protocolos de denuncia. Luego, definieron la estructura del sitio, los contenidos y la narrativa.

“El proceso no fue fácil. Tuvimos que investigar mucho, validar cada fuente y pensar cómo hablarle a una persona que está herida sin revictimizarla. Queríamos una web que informe, pero también contenga, que acompañe”, cuenta Fabiana.

Una propuesta con rostro social y mirada legal

La plataforma combina el enfoque jurídico de sus creadoras con una sensibilidad social profunda. Brinda información clave sobre el proceso legal, pero también remite a espacios de contención emocional y acompañamiento psicológico, articulándose con organizaciones aliadas. Incluso, ofrece asesoría legal gratuita por parte de las estudiantes, bajo supervisión docente.

Esto la convierte en una solución distinta dentro del entorno universitario, no solo por su enfoque multidisciplinario, sino por su compromiso ético con la realidad social.

El impacto de hacer algo, aunque sea pequeño

Ambas estudiantes están convencidas de que un clic puede marcar la diferencia. “Sabemos que no todas se animan a denunciar, pero si logramos que una persona se informe, se sienta menos sola, o decida buscar ayuda, ya cumplimos con nuestro propósito”, dice Miriam.

En un país donde muchas veces el silencio es el único refugio de las víctimas, este proyecto demuestra que la universidad puede —y debe— ser un espacio donde surgen respuestas concretas, humanas y con visión de futuro.

Porque educar también es aprender a escuchar, a acompañar y a actuar cuando hace falta. Y Miriam y Fabiana están haciendo justamente eso: aprender haciendo, para que muchas personas puedan sanar.

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