Impacto de la guerra comercial entre EEUU y China en la economía mundial 

La guerra comercial entre Estados Unidos y China transforma el panorama económico global, generando efectos que van más allá de estos dos gigantes y afectando a numerosas economías alrededor del mundo. Desde el aumento de los costos de producción hasta la reconfiguración de alianzas comerciales, los impactos son múltiples y profundos.  

Uno de los efectos más inmediatos de la guerra comercial es el incremento de costos para las empresas y consumidores. Los aranceles impuestos por ambos países encarecen los productos importados, lo que repercute en la inflación y en el poder adquisitivo de los ciudadanos. 

«Los aranceles incrementan los precios para los consumidores, reducen el volumen de importaciones y pueden estimular la producción nacional», señala Enrique Brouset, economista especializado en gestión de riesgos financieros y docente de la carrera de Ingeniería Económica y Financiera de la Universidad Franz Tamayo, Unifranz.

Además, la disputa generó una gran disrupción en las cadenas de suministro globales. Empresas que antes dependían de proveedores chinos o estadounidenses tuvieron que buscar alternativas, lo que supone costos adicionales y tiempos de adaptación prolongados. 

«Las restricciones comerciales alteran las cadenas globales de suministro, obligando a las empresas a buscar proveedores alternativos o a reconfigurar sus operaciones, lo que puede ser costoso y lento», detalla el experto.  

Por otra parte, el enfrentamiento comercial redujo el volumen de intercambio entre Estados Unidos y China, lo que también afecta a terceros países que dependen del comercio con estas potencias. Según los datos del informe. 

«Las exportaciones chinas a Estados Unidos superaron los 400.000 millones de dólares en 2024, consolidando a China como el segundo socio comercial del país norteamericano, detrás de México.  Sin embargo, la imposición de aranceles ha frenado este flujo y ha obligado a China a diversificar sus mercados, fortaleciendo relaciones con otras regiones, como América Latina”, explica el economista.  

Esta reducción en el comercio global tiene un efecto directo en el crecimiento económico. La incertidumbre generada por la guerra comercial afecta la inversión extranjera directa y desacelera la actividad productiva. 

«Las guerras comerciales interrumpen las cadenas de suministro globales, aumentan los costos de producción y reducen el crecimiento económico», alerta.  

Efectos en América del Norte y el impacto en los mercados financieros  

En América del Norte, los efectos de la guerra comercial son particularmente evidentes en sectores clave como el automotriz. Canadá y México tienen industrias manufactureras profundamente ligadas a Estados Unidos, y la imposición de aranceles encarece los productos finales, reduciendo la demanda. 

«Los aranceles harían que estos productos fueran más caros para los consumidores estadounidenses, lo que podría reducir su demanda, afectando la generación de empleo y la estabilidad económica de ambos países», puntualiza.  

En los mercados financieros, la guerra comercial ya generó volatilidad y pérdidas significativas en las bolsas de valores. Wall Street ha sufrido caídas importantes, especialmente en sectores con alta exposición al comercio internacional. 

El sector tecnológico también ha sido golpeado, con empresas como Amazon, Apple y Alphabet registrando pérdidas del 7%. 

«Tesla, una compañía clave en la industria automotriz liderada por Elon Musk, ha visto una caída del 28% en su valor de mercado en el primer mes de gobierno de Trump», menciona Brouset.

Estrategias para mitigar el impacto de la guerra comercial  

Ante este panorama, las economías emergentes deben adoptar estrategias para reducir su vulnerabilidad. Países como Bolivia, que dependen de la exportación de materias primas, deben diversificar sus mercados y reducir su dependencia de Estados Unidos y China. 

«Bolivia, como exportador de materias primas, es vulnerable a las fluctuaciones en los precios internacionales y a las interrupciones en las cadenas de suministro», indica el experto.  

La sustitución de importaciones es una estrategia clave para mitigar la dependencia de productos extranjeros, incentivando la producción local. Además, la inversión en infraestructura es fundamental para reducir los costos logísticos y facilitar el acceso a mercados regionales e internacionales.  

Por otro lado, la estabilidad macroeconómica y la diversificación de reservas internacionales pueden ayudar a minimizar los efectos negativos de las fluctuaciones en los mercados. 

«La estabilidad macroeconómica es esencial para enfrentar los efectos de una guerra comercial. Un manejo prudente de la política cambiaria evitaría la volatilidad en el tipo de cambio, protegiendo la competitividad de las exportaciones».

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