La Federación de Entidades Empresariales Privadas de Cochabamba FEPC y la Universidad Franz Tamayo (Unifranz) a través de su Instituto de Progreso Económico Empresarial (IPEE) recolectó y analizó la información de más de 1.000 empresas en su primera fase para perfilar el estado de la economía creativa a través de su primer proyecto: El Censo de Economía Naranja.
El proyecto es el primero de su clase en la región y presentará los resultados de esta primera fase en conferencia de prensa este próximo martes 22 de noviembre a las 10:00 de la mañana en su campus universitario.
El impacto económico posterior a los conflictos de octubre 2019 y los confinamientos a causa de la pandemia, engendró una crisis que propulsó una economía emergente fruto de la resiliencia de los microempresarios y emprendedores. Pero cómo saber cuál es el impacto de este sector económico para impulsar su desarrollo y convertirlo en motor de la reactivación económica de Cochabamba.
La respuesta: trazar la huella creativa o Creative Footprint, concepto que surge de una propuesta del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) y que sugiere “Mapear y caracterizar el ecosistema creativo”. Experiencia que ciudades como Tokio, Berlín, Montréal, Nueva York y Estocolmo han logrado con éxito. Para hacerlo se inició definiendo la caracterización de los agentes económicos naranja para luego poder clasificarlos y situarlos en el mapeo.
Gabriela Sanjinés, Directora del IPEE, define la economía naranja como el conjunto de sectores, rubros y actividades económicas con características particulares, ligadas al uso y manejo del talento humano, del conocimiento y de las “mentefacturas”(Productos realizados desde la creatividad y el conocimiento).
Por su parte, Santiago Laserna Investigador pionero de la Economía Naranja, define a la economía naranja -originalmente conocida como economía creativa- como el conjunto de actividades económicas que tienen como principal insumo la innovación y la creatividad.
Un Censo, indica Sanjinés, es un recuento estadístico de datos sobre una población específica para conocer sus características más relevantes, “nos dan una fotografía de ése sector. Los datos recolectados permiten construir información oportuna y actualizada para la toma de decisiones a niveles gubernamentales o a niveles decisionales” por lo que resulta ser una herramienta óptima para el esbozo de esta huella creativa.
Una vez realizada la revisión bibliográfica y el cotejo de categorizaciones de la Economía Naranja, se realizó el diseño de la boleta censal que permitió clasificar en cinco sectores a los agentes económicos: Arte y Patrimonio, Industrias no Convencionales, Creaciones Funcionales, Nuevos Medios y Software, Áreas de Soporte para la Creatividad y Rumbo a la Industria Creativa.
Esta primera fase logró el levantamiento de información de más de 1000 empresas de las comunas Tunari, Adela Zamudio y Molle comprendidas en la región metropolitana Kanata de Cochabamba y permitió identificar otros indicadores de este sector como el impacto económico, la magnitud de su aporte en el ecosistema creativo, el índice de empleabilidad generado por este sector económico, entre otros.
Las empresas fueron censadas por un equipo capacitado de encuestadores integrado por estudiantes Unifranz, voluntarios de la Cámara Junior Internacional JCI y la Cámara Junior Internacional Femenino. Una vez respondida la boleta censal digital, fueron geolocalizadas en un mapa digitalizado y caracterizadas con un adhesivo, esto, con el propósito de generar: rutas naranja diseñadas para visibilizar y potenciar a estas empresas, aldeas naranja compuestas por emprendedores de las industrias de base creativa o cultural con alto potencial de impacto e innovación y clústers naranja que construyan un vínculo sólido entre agentes involucrados.
Luis Laredo, Presidente de la FEPC y aliado estratégico del IPEE, menciona que el Censo de Economía Naranja permitirá establecer la “estructura empresarial” del sector para caracterizar las unidades productivas generando indicadores que representen al sector productivo, comercial y de servicios creativos así como una base de datos, un perfil de las empresas naranja y una “cartografía comercial y empresarial” de Cochabamba que sirva para orientar la política empresarial de la región.
El BID, identifica a la economía creativa como una “oportunidad de oro” para el desarrollo de las ciudades emergentes —aquellas con poblaciones inferiores a los 2 millones de habitantes— en latinoamérica. Estas urbes no tardarán en tener una demanda cultural y de servicios creativos.
Santiago Laserna, sustenta esta proyección en función a la ventaja competitiva de este sector. “La ventaja de la economía naranja para el país es, en esencia, que permite al país diversificar sus actividades productivas, generando nuevas fuentes de empleo que no dependen de un modelo de economía basado en la explotación de recursos naturales por parte del Estado principalmente, el cual ha sido el modelo predominante en Bolivia a lo largo de las últimas décadas. Adicionalmente, en un país en el que los capitales de inversión son escasos, resulta interesante potenciar un segmento que pueda generar movimiento económico a partir de activos intangibles que, en primera instancia, no requieren de inversiones muy grandes; es decir, las ideas”.
El Censo de Economía Naranja es un aporte desde la academia y el empresariado a la sociedad. Perfilar la huella creativa servirá para la creación de un entorno amigable con los agentes económicos naranja y servirá como experiencia replicable en otras ciudades del país para impulsar el crecimiento económico del país.