Por Luis Escobar
El teatro se convirtió en algo más que una expresión artística. Es una herramienta de comunicación, de generación de confianza, carisma para enfrentar retos desde la vida cotidiana o hasta la defensa de una tesis.
“Para mí fue importante entender que el teatro o tener un grupo para interpretar obras no son importantes en sí mismo; sino, es una herramienta que todo universitario debería afrontar para contar con las herramientas comunicativas que son tan necesarias en la formación profesional”, declaró Patricia García, directora de elenco de teatro de la Universidad Franz Tamayo (Unifranz).
El teatro crea una serie de habilidades que parten por dejar el anonimato, generar confianza, carisma y ser un espacio de formación de líderes. Al pasar por esta experiencia, los jóvenes adquieren una fortaleza frente a la mirada del otro porque cuentan con herramientas para manejar una audiencia o hablar en público. Estas habilidades les permitirán desarrollarse en su vida cotidiana y profesional desde la defensa de tesis.
La actriz asegura que no es casual que la mayoría de los estudiantes que pasan por su taller sean más activos, tengan pasión por su profesión y la universidad. Pasaron jóvenes todas las carreras, incluso, ingeniería, medicina y otras que a simple vista no tendrían relación con el teatro. Lo hacen para tener mayores vínculos, amistades y tener una idea más completa de la vida.
García llegó al país de España para estudiar Educación y se sumó a los talleres de teatro. “Por esta razón tuvo mucha importancia la enseñanza del teatro en espacios universitarios y de colegio porque creo que puede ser el vínculo de mucha gente para encontrar su vocación. Ese fue mi caso”, afirmó.
Su carrera fue vertiginosa, en sólo un año ya se encontraba en el teatro de Los Andes que era el grupo más importante de Bolivia en ese momento; después tuvo la oportunidad de trabajar en un proyecto al que calificó “muy grande” denominado “Inmigrantes” en Argentina. Regresó al país y pasó un tiempo en Cochabamba para luego viajar a Francia y participar como actriz del festival de Aviñón.
“Todo eso transcurrió muy rápido”, afirmó. Entre el 2004 y 2005 retornó al país para aportar lo que aprendió. “Ya era profesora de colegio y se me abrió la posibilidad de ingresar a Unifranz, en este tiempo hicimos muchas cosas, descubrimos mucho talento y logramos incluso internacionalizarlos con el arte”, afirmó.
Ella sigue actuando porque considera que es el vehículo que la llevó por toda su vida profesional y hace poco fue galardonada como mejor actriz, en los Premios Maya, un evento que se realizó en la ciudad de Buenos Aires, Argentina. Cuenta con proyectos educativos y su intención es llegar a la mayor cantidad de gente posible, ofrecer esta posibilidad de que los jóvenes se encuentren consigo mismos y tengan las herramientas “tan importantes” que da el teatro para transitar por su vida personal y profesional.
Continúa impartiendo los talleres con el firme propósito de llegar a la mayor cantidad de jóvenes porque ellos “son el futuro”. “Son las personas que van a generar un nuevo público para el teatro, son los que van a crear un cambio en la mirada de sus padres hacia el arte. De alguna manera estamos plantando semillitas que posicionarán, en el futuro, al arte como algo que tenga mayor relevancia”.